enero 13, 2014

Lento avance de cuotas de género en AL, advierte la CIM Las indígenas y afrodescendientes, excluidas del poder político

Un pendiente de las democracias de América Latina (AL) es resolver la exclusión de la representación política de las mujeres indígenas y afrodescendientes, pues la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) calcula que para 2011 sólo un 0.03 por ciento de los parlamentarios de la región eran mujeres afrodescendientes.

En el informe “La ciudadanía de las mujeres en las democracias de las Américas”, la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) –dependiente de la CIDH– destaca que si bien las cuotas de género en AL han logrado un avance lento pero sostenido de la participación política femenina, aún falta promover la presencia de grupos específicos.

El organismo internacional señala que no se ha logrado que, en general, las mujeres dejen de ser percibidas como “extrañas” o “recién llegadas” a la política, y aunque en muchos casos a nivel legislativo se ha incrementado su presencia, todavía no se rompen los círculos más estrechos donde se concentra el poder.

Por ejemplo, salvo el caso de los más recientes comicios en Bolivia –en el que fueron electas dos mujeres como presidentas de la cámaras baja y alta–, un análisis de los datos consignados por la Unión Interparlamentaria (UIP) revela que en la actualidad ninguna de las cámaras restantes en la región (un total de 18 cámaras bajas únicas y nueve senados) tienen una presidencia femenina.

Además, según datos recopilados hasta 2009, sólo el 11 por ciento de las vocerías o jefaturas de bancada eran desempeñadas por mujeres en cámaras bajas o unicamerales.

Por ello la CIM llama a atender estas limitaciones porque argumentó que la presencia femenina en los congresos ha permitido ampliar y enriquecer la agenda parlamentaria, legislando sobre temas que antes eran invisibles, y que se han traducido en leyes.

Por ejemplo, menciona que gracias a las legisladoras hay normas para sancionar la violencia contra las mujeres, promover la igualdad de oportunidades entre ambos sexos, regular el cuidado infantil, y reconocer derechos relacionados con la maternidad-paternidad, entre otros temas.

Pese a ello los datos indican que hasta 2013 si bien las mujeres representan la mitad del electorado, puede observarse que su presencia en promedio en los gabinetes ministeriales es de 26.1 por ciento, en las cámaras bajas o unicamerales de 20.5 por ciento, y en las cámaras altas de 21.6 por ciento.

En este sentido resalta que las cuotas de género en el sistema electoral de varios países de AL han jugado un rol fundamental para la aceleración de los cambios en la representación política de las mujeres.

La CIM menciona que la cuota es una acción afirmativa, concebida como una medida temporal orientada a disminuir la brecha entre los sexos en la esfera política, equiparando a poblaciones o sectores que por razones sociales o culturales no gozan de iguales oportunidades en la distribución de recursos o posiciones.

Sin embargo advierte que es necesario resaltar que el paso de las cuotas a la paridad “no es un simple cambio numérico”, sino una “transformación del sentido mismo de la representación política” que acoge la diversidad.


Fuente: Cimac

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