febrero 27, 2014

Pese a mayor educación, laboran en la informalidad en AL. Enfrentan las jóvenes más obstáculos para obtener empleo: OIT

A nivel latinoamericano, las jóvenes de entre 15 y 24 años –edades en las que se busca o se obtiene por primera vez un trabajo– se enfrentan a altas tasas de desempleo, a la informalidad y a la carencia de empleos dignos aun cuando cuenten con un alto nivel educativo. 

De acuerdo con el informe “Trabajo decente y juventud en América Latina (AL)”, publicado recientemente por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la crisis y recuperación económica que sufrió la región entre 2005 y 2011 repercutieron más en las jóvenes, pues son ellas las que ahora enfrentan más obstáculos para ingresar al mercado laboral.

En AL –informa la OIT– hay cerca de 108 millones de personas jóvenes, de las cuales alrededor de 56 millones forman parte de la fuerza laboral, es decir que tienen un empleo o buscan uno. 

A través del análisis de los datos de empleo juvenil en la región se pudo estimar que 50 millones presentan indicadores preocupantes en su vínculo con el mercado de trabajo, es decir, laboran sin seguridad social, están en la informalidad, desempleados o no estudian ni trabajan.

La OIT destaca que pese a contar con mejores condiciones para que las jóvenes accedan a la educación o se inserten al mercado laboral, sigue existiendo una brecha de género en el empleo juvenil. 

Y es que si bien entre 2005 y 2011 el desempleo de las y los jóvenes de 15 a 24 años se redujo de 16.4 por ciento a 13.9 por ciento, aún la juventud representa más de 40 por ciento del total de los desempleados de la región; existen 7.8 millones de personas jóvenes desempleadas.

En ese sentido, la OIT resalta “la gravedad del problema” en el caso de las jóvenes, cuya tasa de desempleo en AL alcanzó el 17.7 por ciento comparado con el 11.4 por ciento en los jóvenes.

Al recordar que la educación “es un derecho fundamental y factor decisivo en el desarrollo de los países”, que permite mejorar las condiciones sociales, económicas y culturales de las personas, la OIT advierte que aunque las jóvenes han logrado ingresar y mantenerse en los sistemas educativos, esto no se ve reflejado en empleos dignos.

Señala que aunque ellas son las que logran terminar la educación secundaria, esta “ventaja de las mujeres no se traduce necesariamente en mejores posibilidades de acceso al empleo ni en la obtención de remuneraciones similares a las de los hombres”.

Los grupos de mujeres jóvenes con los niveles más bajos y los niveles más altos de educación tienen menores tasas de desempleo que aquellos con niveles intermedios de educación, aunque también los empleos de las jóvenes con menores niveles educativos no necesariamente son trabajos dignos.

De acuerdo con el organismo, esto guardaría relación con el hecho de que las jóvenes con menor educación por lo general no disponen de muchas alternativas laborales, pero sí de la necesidad de obtener un empleo a causa de su contexto familiar.

La situación en AL respecto al empleo juvenil –concluye la OIT– no puede esperar más a ser atendida, ya que la insuficiente creación de empleos decentes para las y los jóvenes no es sólo un problema económico, pues trasciende hacia otros ámbitos toda vez que la ausencia de oportunidades de empleo decente “conduce paulatinamente a cuadros de violencia y degradación social, que afectan decisivamente el presente y futuro de los países”.


Fuente: OIT

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The Blood of Fish, Published in