febrero 09, 2015

"Es inaceptable que haya que suplicar que las mujeres estén en la construcción de paz"

Foto: Pinterest


Cartagena fue el escenario elegido para organizar el encuentro de alto nivel con mujeres Nobel de Paz. Las dos ganadoras del célebre galardón, Jody Williams, profesora estadounidense y activista por los derechos humanos, y la aboga iraní Shirin Ebadi, fueron las protagonistas de la cita que tuvo el objetivo de debatir sobre el delito de violencia sexual y de género del que son víctimas miles de mujeres colombianas. 

Las mujeres Nobel, con el apoyo de ONU Mujeres, mantuvieron una reunión con el presidente Juan Manuel Santos para compartir ideas y puntos de vista sobre la importancia de abordar la violencia sexual basada en género en los acuerdos de paz que se están llevando a cabo en La Habana. 

Tras la reunión, Fucsia.co en exclusiva con Belen Sanz Luque, representante de ONU Mujeres en Colombia, para conocer los puntos que se abordaron en la misma y las conclusiones a las que se llegaron. 

¿A qué conclusiones se llegaron?

Se llegó a dos mensajes clave. Una primera conclusión, la participación de la mujer en la construcción de la paz. La relevancia de la participación de las mujeres en la construcción de la paz y en los diálogos de La Habana. Las dos premios Nobel coincidieron en la idea de que es bastante incomprensible que solo haya una mujer plenipotenciaria en la mesa de conversaciones, y el hecho de que no tener más mujeres en la mesa, una mayoría de mujeres en la mesa, pone en riesgo que el acuerdo de paz sea fructífero. 

La segunda conclusión fue el tema de la violencia sexual en el conflicto armado y la violencia contra las mujeres en general. Las dos premios Nobel fueron muy enfáticas en traer a colación los acuerdos internacionales que hay sobre esta materia y de modo muy claro dijeron que la discriminación de las mujeres tienen su máxima expresión en la violencia sexual. Todos los actores del conflicto armado han tenido responsabilidades en el tema de la violencia sexual, por lo que no tendrá ninguna legitimidad un acuerdo en el que no se incluya la violencia sexual como un elemento central para la solución del conflicto. 

¿Por qué siguen siendo necesarias este tipo de encuentros en los que se vuelve a enfatizar en la necesidad de que las mujeres sean parte fundamental de la resolución del conflicto?


Lo que ellas manifestaron es que les parecía, en palabras de Jody Williams, inaceptable que a día de hoy haya que estar suplicando y rogando que las mujeres estén en los espacios de construcción de paz y toma de decisiones. Ya no estamos en el momento de pedir, sino que se debería dar como un hecho esa participación. Nuestro análisis es que definitivamente hay unos compromisos internacionales en el tema de mujeres, paz y seguridad que no se están cumpliendo. Hay un tema de representatividad que no está siendo efectiva. Ambas partes de la mesa, gobierno y las FARC, tienen que dar pasos más contundentes para aumentar la representación. 

¿Habéis conseguido algún compromiso del gobierno?


Hay un doble éxito en este tipo de visitas. En primer lugar, estamos hablando de dos mujeres que son de talla internacional, lideresas en la construcción de la paz y en este sentido su presencia en Colombia permite visibilizar la importancia de estos temas, no solo para denunciarlos, sino para ponerlos en el centro de la agenda y del debate público. Eso es muy importante: la movilización y crear conciencia pública. 

En segundo lugar, fue posible llegar a una serie de compromisos por parte del presidente Santos, y así se anuncio en la Presidencia de la República. Se comprometió a que, en lo que le corresponde al gobierno como parte negociadora de la paz en La Habana, iban a hacer todo lo que estaba en sus manos para asegurar que el tema de la violencia sexual estuviera claramente incluido en los acuerdos. 

¿Y sobre mayor presencia de mujeres en las conversaciones?

Sobre eso no se expresó un compromiso concreto. Uno de nuestros planteamientos que hizo Shirin Ebadi era que no es suficiente con que haya mujeres que estén por detrás, tras bambalinas. Las mujeres tienen que estar en la toma de decisiones y en la negociación. Ahí todavía hay una deuda pendiente que no se ha materializado. 

¿Y los compromisos de las FARC? 


Se espera que asuma compromisos sólidos en este sentido. Yo quisiera decir que esta visita no se da en un momento en que las conversaciones de paz no hayan avanzado en el tema de género. Hay que reconocer que tanto las FARC como el gobierno han hecho esfuerzos importantes en la mesa de conversaciones por incluir los temas de género. En sus comunicados públicos claramente reconocen los derechos de las mujeres. De hecho, durante los días que se estaba dando esta cita, las FARC sacaron un comunicado con respecto al derecho de las víctimas. El segundo punto del comunicado habla de las victimas mujeres como sujeto de derecho a reparar y con una serie de especificidades.. 

¿Qué sigue ahora?

Nos gustaría ver que los compromisos que se han asumido por parte del gobierno se cumplan. Lo que es importante es que las propuestas de las organizaciones de mujeres se tengan en cuenta por la subcomisión de género y por la mesa de conversaciones. 

¿Todavía queda mucho por hacer?

Si, todavía queda bastante por hacer en términos de representación y en términos de garantizar que todos los acuerdos incluyan esta perspectiva. Creemos desde ONU Mujeres que hay avances muy importantes. Colombia podría convertirse en un proceso de paz de éxito en términos de género si cumple con todos estos elementos. Y lo que va a ser muy importante, y ahí las mujeres colombianas tienen una enorme expectativa, es la participación de ellas en la implementación de los posibles acuerdos de paz. Esa parte va a ser fundamental porque, aunque se incluyan todos estos temas en los acuerdos, todo ello va a tener que resultar en una implementación eficaz que garantice que todos estos acuerdos son puestos en marcha.

Hay otro tema clave en la institucionalidad de la paz, y es que esta tiene que robustecer la institucionalidad de género en el estado colombiano. Es decir, que se cree por ejemplo un Ministerio de Género, o uno de la Mujer, que tenga una capacidad institucional muy importante para que los temas de género puedan ser implementados a lo largo y ancho de todo el gobierno. Es decir, una institución especifica de alto nivel para el tema de los derechos de las mujeres. 

Fuente: Fucsia

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