octubre 28, 2016

DECLARACIÓN PÚBLICA. BASTA DE VIOLENCIA RACISTA ESTATAL CONTRA LA PRISIONERA POLÍTICA FRANCISCA LINCONAO HUIRCAPÁN


La Primera Sala de la Corte de Apelaciones de Temuco ha revocado por tercera vez el arresto domiciliario de la Machi Francisca Linconao. De esta manera la autoridad ancestral ha sido obligada a abandonar su comunidad y territorio para ser encarcelada nuevamente, pese a que no existen pruebas en su contra. De allí que de los tres ministros que examinaban la revocación, solo Luis Troncoso insistiera en su encarcelamiento político.


El encarcelamiento de la Machi Francisca Linconao se produce en medio de la lucha en contra de la violencia hacia las mujeres. Dicha violencia no solo es la que propicia el varón, también lo es la propiciada por el Estado que naturaliza que el gobierno de Michelle Bachelet y la Nueva Mayoría apliquen la ley antiterrorista a una mujer indígena de sesenta años que ha enfermado gravemente producto de su privación de libertad. Lo descrito -que ha sido certificado por una comisión del Colegio Médico de Chile- destroza el carácter democrático de las leyes chilenas, pues a todas luces el estado perpetra un feminicidio lento y tortuoso.

 

La injusticia legal que habita en la revocación del arresto domiciliario a la Machi evidencia los límites y debilidades de las políticas de género chilenas. Pese al slogan del #NiUnaMEnos que se colgó en la fachada de La Moneda, el gobierno es parte querellante en este caso. En ese rol ha invocado la Ley Antiterrorista (18.314). Esta ley, elaborada por la Dictadura militar chilena, es objeto de profundos cuestionamientos por parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y el Comité de Derechos Humanos de la ONU. Dichos cuestionamientos han sido posibles no solo por la denuncia de comunidades indígenas, sino también por la denuncia de distintos grupos de mujeres y lesbianas y mujeres feministas. Si bien este gobierno ha impulsado políticas de género, el Ministerio de la Mujer y la Equidad y sus personeras como la Directora regional de La Araucanía, Bárbara Eytel Pastor, y la Ministra comunista Claudia Pascual, se han negado, entre otros, a hacer cumplir las reglas de Bangkok aprobadas por las Naciones Unidas para el tratamiento respetuoso de los derechos humanos de las mujeres privadas de libertad.

 

Lo anterior expone que el compromiso que el gobierno de Bachelet dice tener con las mujeres es falso, pues hoy nuevamente ejerce violencia en contra de una mujer mapuche. Que esto sea así es prueba de un ejercicio de violencia dirigido en contra de todas las mujeres, pues vulnerar la plataforma legal democrática que debería proteger a una mujer indígena nos expone a todas al dominio arbitrario del estado. Este dominio para mantenerse, no duda en encarcelar y agredir a las mujeres que se enfrentan a sus imposiciones en pos de amparar los intereses de las empresas trasnacionales, el Latifundio y la burguesía dominante. Esto en particular –la defensa de intereses neoliberales- es lo que mantiene a la Machi en la cárcel.

 

Todo lo indicado deja en evidencia el profundo sexismo y racismo de la política estatal que el estado chileno y el gobierno representado por Michelle Bachelet, aplica a las mujeres. El estado de Michelle Bachelet es racista, porque sin considerar las diferencias protegidas por el Tratado OIT 169 impone sus propios marcos interpretativos a una mujer indígena defensora de la Tierra y el Territorio. El estado de Michelle Bachelet es sexista, porque su violencia se aplica a una mujer. Ambos caracteres –racismo y sexismo- enmarcan una forma de violencia que recrudece las prácticas de exterminio, represión que afectan a algunos cuerpos femeninos. Aquí existe –homologando los alcances de la Violencia Política Sexual- una forma de exterminio de mujeres por parte de un agresor organizado e institucional –el Estado- que al observar a la Machi –una mujer indígena- como una amenaza a los intereses económicos, la intenta hacer desaparecer.

 

Francisca Linconao no ha cometido delito alguno, al contrario ha defendido las plantas medicinales que usa para la sanación de la gente y ha denunciado abusos policiales logrando demostrar legal y públicamente que tenía razón. Esto le ha valido una venganza patriarcal en todo sentido, orquestada desde el Estado neoliberal chileno. Por esto que sepa la presidenta Michelle Bachelet:

 

¡ Cuando decimos NI UNA MENOS es NI UNA MENOS!

 

¡¡¡Exigimos respeto y un alto a la Violencia contra las Mujeres y las Mujeres mapuche!!!

 

¡¡¡Exigimos la Libertad inmediata de la Machi Francisca!!!

 

¡¡¡Exigimos respeto a la Tierra y al Territorio ancestral!!!

 

¡¡¡Apoyamos todas las luchas por la autonomía y la autodeterminación de las Mujeres y de los pueblos!!!

 

¡¡¡Por todas la prisioneras políticas mapuche, actuales y pasadas, por todas las muertas a manos de agresores individuales y por las muertas a manos de agresores empresariales, latifundistas y estatales, basta de Violencia contra las Mujeres!!!

 

Coordinación Ni Una Menos

Red Lesbofeminista de Apoyo a la Machi Francisca Linconao Huircapán

Lastres AbisaLES _lesbianas Feministas Antirracistas

Editorial SIEMPRE VIVA

Puntada con Hilo, comunicación feminista

 

Sí a la Diversidad Familiar!
The Blood of Fish, Published in