febrero 02, 2018

“Es necesario transformar el sistema emocional, social y económico a favor de la igualdad”

La II Feria de Economía Feminista será celebrada en Madrid en torno al mes de abril

"El amor es la construcción de bases que forma el sistema económico"
Foto Archivo AmecoPress tomada del Instituto de Mujeres y Cooperación



La II Feria de Economía Feminista será celebrada en Madrid, en torno al mes de abril. Todavía no hay una fecha exacta, pero sí está claro que tendrá como tema principal “Interacciones entre amor y economía”. Alicia Rius Buitrago, doctora en Perspectiva feminista y economía aplicada, e integrante al Instituto Mujeres y Cooperación, junto a otras entidades como la Red de Economía Feminista y la Comisión de Feminismos en REAS, están preparando esta segunda edición.

Qué es la economía feminista

¿Cómo definirías la economía feminista?

La economía feminista es un nuevo paradigma de pensamiento económico, que a diferencia de las grandes corrientes de la economía, tiene en cuenta un trabajo históricamente olvidado: el realizado por las mujeres en el interior de las casas. Desde que se fundan las dos grandes corrientes económicas hay un olvido histórico hacia los trabajos del sostenimiento de la vida, y estos no se intercambian en el mercado por dinero. La economía feminista pone esa labor en valor y dice que sea remunerado o no, tiene que cuantificarlo, para repartirlo justamente, y pide que los Estados se hagan cargo de pagar pensiones a quiénes realizan esos trabajos. Entonces, digamos que la Feria de Economía Feminista lo que trata es de visibilizar las empresas lideradas por mujeres feministas, que nos estamos encargando de aportar este valor dentro de nuestras empresas.

La economía feminista cree que se deberían tener en cuenta más valores, relacionados con lo doméstico a la hora de calcular datos y realizar estadísticas. ¿A qué valores os referís más concretamente?

Bueno, la economía feminista es un desafío en tres niveles. Por una parte, es un desafío humano, de repartir mejor los trabajos que tienen que ver con el cuidado de las personas. Esos empleos históricamente se han realizado por mujeres, y el desafío personal sería repartirlos equitativamente entre todas las personas, pues todas necesitamos cuidados. El segundo de los desafíos estaría dentro de las empresas, ya que se tienen que hacer cargo de que las personas que trabajan para ellas tienen necesidades de cuidados. Entonces tienen que facilitar recursos para que las personas atiendan esas necesidades de cuidados. Y el tercer gran desafío es el Estado, que tiene que crear recursos necesarios para que las personas podamos ser cuidadas en cualquiera de nuestras etapas y en cualquiera de nuestras circunstancias.

Entonces, estos tres agentes tienen que responder a las demandas de la economía feminista, que serían: repartir justamente estas tareas y que haya empleos que los Estados reconozcan. Por ejemplo, el hecho de que las mujeres se hayan dedicado toda la vida a cuidar de otras personas y no tengan pensiones. En los Estados es algo que deberíamos replantearnos, porque sin esas mujeres no se habrían sostenido las familias, y en cambio, son las más pobres del mundo.

Entonces, la economía feminista lucha también en contra de la feminización de pobreza. ¿Y cómo puede medir la economía feminista un factor como el de los cuidados?

El uso más común para medir los cuidados son las encuestas sobre los usos del tiempo. España hace una encuesta de este tipo cada cuatro años, entonces pregunta a hombres y mujeres cuánto tiempo dedican al trabajo productivo, el que se intercambia en el mercado por dinero; y cuánto tiempo dedican al trabajo reproductivo, que se refiere al que se hace dentro de nuestras casas: gestiones con los bancos, limpiezas, comidas, cuidados, etc, y luego cuánto tiempo dedican al trabajo personal. Y así se mide el tiempo que se dedica a las labores de cuidados.

Hay una brecha enorme entre hombres y mujeres en la última encuesta, pero es algo que ocurre en todas las encuestas anteriores. Además, hay que tener en cuenta la economía sumergida de personas que se dedican profesionalmente a estos trabajos: empleadas domésticas, cuidadoras tanto de niños como de personas ancianas... Estos empleos también se pueden medir, pero al ser sumergidos es mucho más difícil.

Entonces, a groso modo, hay que pensar que si se intercambiara este mercado por dinero, el trabajo dedicado a los cuidados sería aproximadamente dos tercios mayor que el PIB. Y no estamos hablando de un trabajo marginal, ni de menor valor, estamos hablando de una cantida de trabajo enorme. Así que la pregunta es: ¿qué vamos a hacer con este trabajo? Porque hacerlo no da estatus, no da dinero, no da derechos, etc. Y eso es lo que quiere cambiar la economía feminista.

Por lo que existen un tipo de indicadores para medir todos esos valores que la economía capitalista no recoge.

La economía feminista se lleva a cabo por múltiples organizaciones. Naciones Unidas por ejemplo reconoció dentro de sus cuentas satélites el trabajo sumergido, entonces supuso un reconocimiento de la medición del empleo doméstico. Por lo que hay muchas organizaciones encargadas de medir y de cuantificar estas labores, pero todavía hay mucho por hacer. Primero, cuantificarlo y medirlo, y luego ponerlo en valor y darle derechos.

Por otro lado, nosotras dentro de nuestras empresas, que se enmarcan dentro de la economía social y solidaria, tenemos indicadores. Hay varias formas de evaluar nuestras empresas, por ejemplo desde el balance social, que puede medir la sostenibilidad medioambiental de nuestras empresas, o si favorecen a la igualdad en cuanto a conciliación, a responsabilidad, a toma de decisiones, etc. Por lo que nosotras tenemos medidores propios.

¿En un largo período de tiempo crees que podría ser posible tener un sistema económico desde esta perspectiva feminista?

Sí, sin ninguna duda. Además, no creo que sea posible, creo que es deseable y que hay una gran demanda, es decir, la gente no está feliz conforme a su trabajo. Entonces, hay una forma de darle la vuelta a la economía, y es que en lugar de poner en el centro el beneficio privado de las empresas, se ponga uno de los grandes principios de la economía feminista: la vida de las personas que trabajan y que hacen posible este sistema económico y de intercambio. Si ponemos en el centro las necesidades de las personas, el sistema económico va a ser mucho mejor. No solo es posible, sino que es lo deseable y lo justo.

Las relaciones sentimentales que han mantenido las mujeres siempre han estado muy ligadas a tener un cierto grado de dependencia económica, y claro la sociedad ha cambiado ya mucho en ese aspecto. ¿Crees que ese cambio ha sido muy significativo para la economía feminista?

Creo que ha cambiado, pero no tanto como desearíamos. Pienso que el modelo de amor que tenemos, basado en el amor romántico, es un canon que genera dependencia en las mujeres, y no solo económica, sino emocional. Hay mujeres que pueden tener independencia económica pero ser muy dependientes emocionalmente. Además, en este sistema a las mujeres nos enseñan que siempre tenemos que estar atentas a las necesidades de los demás, que nos tenemos que poner las últimas como prioridad, que nuestros deseos no son importantes… Todo eso va creando una autoestima muy deficitaria en nosotras.

Y por otra parte, en el mercado de trabajo ya sabemos que sigue existiendo la brecha salarial, es decir las mujeres nos incorporamos masivamente al empleo en los años 70 pero no en igualdad de condiciones. Cuando hay que reducir plantilla, normalmente las mujeres se van a la calle, y cuando hay que reducir jornadas por el cuidado de las hijas e hijos o de personas dependientes, somos las mujeres las que disminuimos las jornadas porque estamos mal educadas emocionalmente por decirlo de alguna manera.

¿Crees que si las mujeres fueran más independientes en estos aspectos podría suponer un cambio en el modelo económico?

Creo que es un paso, pero claro tiene que ir acompañado de otros pasos. Pienso que las mujeres hemos avanzado mucho, pero hace falta que las empresas nos lo reconozcan, y sobre todo que el 50% de la población, que son los hombres, renuncien a sus privilegios. Eso es ahora mismo uno de los grandes desafíos. Hace falta transformar el sistema emocional, social y económico a favor de la igualdad, y así ganaríamos todo el mundo. No solo es la independencia de las mujeres sino que es generar un sistema que sea interdependiente, es decir, que reconozca que todos los seres humanos nos necesitamos unos a otros.

II Edición de la Feria de Economía Feminista

La II Feria de Economía Feminista se va a celebrar en el mes de febrero en Madrid, y tiene como tema central “Amor y economía” con motivo del día de San Valentín. ¿Cómo surge esta edición?

El tema se nos ocurrió porque la feria iba a ser en febrero, y efectivamente por eso giraba en torno a San Valentín. Pero al final se va a hacer entre abril o principios de mayo, seguramente en abril, pero no tenemos la fecha cerrada del todo. Así que hemos mantenido la temática de “Interacciones entre amor y economía”.

Ha pasado bastante tiempo desde la primera edición de la Feria de Economía Feminista, que se celebró en octubre del 2015, pues hasta ahora no hemos podido realizar la segunda porque no contábamos con recursos suficientes. Y la verdad que entre el año anterior y este año está teniendo un impulso enorme la economía feminista en Madrid, así que hemos visto necesario realizar la segunda feria cuanto antes para dar a conocer estos valores a la sociedad.

Y estos términos de amor y economía imagino que se relacionan con lo que hemos hablado antes, la dependencia económica.

Exacto. Cómo las mujeres desde el sistema emocional, desde los cuentos que nos cuentan de pequeñas hasta las películas o series que vemos, estamos acostumbradas a perder. Es decir, que por amor perdemos derechos, tiempo, espacio, independencia… Y todo eso se acaba viendo reflejado en la economía. Parece que el amor y la economía no tienen nada que ver pero el amor es la construcción de bases sobre la que luego se forma el sistema económico.

¿Y qué otros temas o actividades vais a realizar en esta feria?

Va haber un taller dirigido a población adulta de amor y economía, actividades infantiles, en las que hay un taller sobre cultura dirigido a familias y un cuentacuentos, también queremos hacer una evaluación de la huelga del 8 de marzo, y un concierto que cerrará las jornadas. Lo que intentamos es que vayan dirigidas a todos los públicos, y que al final resulte ser una feria inclusiva y divertida.


Por María Luisa Calvo Monedero
SemMéxico/AmecoPress

Sí a la Diversidad Familiar!
The Blood of Fish, Published in