junio 08, 2018

España. El Gobierno con más mujeres de su historia

Once ministras y seis ministros: esa es la configuración del nuevo gobierno del Estado español. No ha sido tan difícil encontrarlas, las mujeres son mayoría en las universidades y terminan con las calificaciones más altas. Las mujeres también pueden superar ese 40% que tanto tuvimos que rogar y con el que había que conformarse. La paridad también es ser mayoría alguna vez.


Las ministras son: María Jesús Montero (Hacienda), Nadia Calviño (Economía), Carmen Montón (Sanidad), Teresa Ribera (Medio Ambiente), Meritxell Batet (Administración territorial), Dolores Delgado (Justicia), Isabel Celaá (Educación) y Magdalena Valerio (Empleo), Margarita Robles (Defensa) y Reyes Maroto (Industria). Hay que sumar a la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Igualdad Carmen Calvo. Los ministros: Josep Borrell (Asuntos Exteriores), José Luis Ábalos (Fomento), el astronauta Pedro Duque (Ciencia), el juez Fernando Grande-Marlaska (Interior) y Maxim Huerta (Cultura).

Hasta el momento, jamás se había superado la paridad a favor de las mujeres. Zapatero ha sido el único mandatario español que ha impulsado hasta ahora Gobiernos paritarios con una clara apuesta por las políticas de igualdad y con leyes pioneras. Nombró una vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega. En la segunda legislatura puso al frente de Defensa a Carme Chacón, cuyo paso de revista a las tropas embarazada de siete meses fue objeto de orgullo y polémica a la vez. Incorporó también como vicepresidenta y con dos carteras de peso -Economía y Hacienda- a Elena Salgado. Y en 2008 Bibiana Aido, que accedió al cargo con 31 años, fue la primera ministra de Igualdad de la democracia española, cargo que asumió durante dos años esquivando críticas hasta que con la excusa de la crisis económica el mismo Psoe acabó con el simbólico Ministerio y llevó la cartera de igualdad junto a Sanidad y Políticas sociales.

Además, según cifras del Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades, entre abril de 1979 y diciembre de 1981, así como de diciembre de 1982 y julio de 1986, bajo las presidencias de Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo y Felipe González, no hubo ninguna mujer en el Consejo de Ministros.

Pero la apuesta de Pedro Sánchez marca historia no solo en nuestro país, sino en el mundo: el español será el Gobierno con más protagonismo femenino desde que existe la OCDE.

El Gobierno de Sánchez, además de incluir a más mujeres que hombres, les asigna carteras con peso y apuesta por perfiles que en algunos casos, han destacado por su defensa del feminismo. No está de más recordar que las ministras elegidas son mujeres con mucha formación y trayectoria en su sector. Esta forma de dar visibilidad y capacidad de decisión a las mujeres es, según fuentes del Psoe, una forma de recoger el cambio que se manifestó en las calles de todo el país el pasado 8 de marzo.

Que el hecho de que haya mayoría de mujeres en el Gobierno sea una buena noticia parece indiscutible, a la vez de indicador de avance social. Ahora bien, que eso se vaya a traducir en políticas abiertamente feministas y que las ministras vayan a velar por los derechos y oportunidades de todas las mujeres –diversas y múltiples- no está tan claro.

El que acaba de firmar su cargo como presidente se ha comprometido a cerrar una ley de igualdad salarial, ha prometido un plan de dependencia –un ámbito absolutamente despreciado por el Gobierno de Rajoy que en los Presupuestos de 2017 dejó sin desembolsar 44 millones de los 100 comprometidos para tal partida- y ha asegurado también que impulsará el Pacto de Estado contra la Violencia de Género –en el que la labor socialista, a manos de Ángeles Álvarez, fue decisiva-.

No obstante, el nuevo Ejecutivo va a tener dificultades para concretar sus intenciones en políticas transformadoras, que pudieran esperarse por quienes ven en la composición gubernamental un marcado signo feminista. Se ha de mover en un perímetro reducido marcado por los férreos límites temporales y presupuestarios. Gobernará, como máximo, hasta 2020. Y tendrá que seguir las directrices de unos presupuestos ya acordados por el Gobierno saliente. Los parámetros de este Gobierno se nutren de un contexto y un sistema en el que la vida humana no ocupa precisamente el lugar central.

Fuente: AmecoPress,

Sí a la Diversidad Familiar!
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