octubre 27, 2019

Antropóloga Patricia May y el estallido social en Chile: “El colapso lleva a las personas a buscar un sentido”


La autora de De la Tierra al Alma sí vio venir el movimiento social que ha estallado en todo Chile. "Hay una trama viviente de personas que están queriendo encontrarse y es muy importante que trabajen su actitud para poder escucharse, porque no es fácil. Los seres humanos tendemos a encasillar al otro y nos relacionamos con su etiqueta", asegura. ¿Qué viene ahora? Acá, nos cuenta.


La reconocida antropóloga chilena Patricia May se encontraba en plena promoción de su nuevo libro, De la tierra al alma (Ediciones Urano), cuando Chile salió a las calles. Y ella, trabajando con personas por más 30 años en Escuela del Alma (junto a su marido Sergio Sagüez), sí lo vio venir. De hecho, asegura, que su última publicación está muy conectado con lo que estamos viviendo actualmente.

“El libro plantea la cultura del ego, que significa exclusión y separación, que es lo que se está quebrando”, le explica a Mujer Dínamo. “En este momento propone justamente transitar a otra cosmovisión, que yo llamo cultura del alma. Esto consiste en conectar con la red biológica, espiritual y emocional que nos pone en contacto con el planeta y con todos los seres. Eso tiene que estar en la base de un nuevo entendimiento y una nueva cultura social”.

¿Cómo podemos entender el estallido social que se dio en Chile?

Es imposible definirlo porque viene de muchas partes. La cultura del ego y del estrés nos separa, es individualista y materialista y perdemos la conexión con nuestra naturaleza personal, con el cosmos, con el planeta y se rompe totalmente el tejido social. Yo me alegro mucho de lo que está pasando -obviamente no de las muertes ni de la violencia de lado a lado-, pero como fenómeno de despertar. Yo creo que de verdad Chile está despertando y lo está haciendo de una manera súper interesante: las protestas surgieron al mismo tiempo en todas partes y eso es un fenómeno de la nueva era en que las cosas se dan porque circulan en la red.

Hemos escuchado mucho que esto “no se veía venir”. ¿Es tan así?

Yo lo veo venir hace más de 20 años. No me imaginaba la manera, pero sí que había a nivel personal, sicológico y social una energía que estaba sobresaturando al ser humano. Yo he visto por décadas cómo el colapso lleva a las personas a buscar un sentido.

¿Por eso fue tan fuerte la explosión?

Este proceso social es el mismo que veo en personas que estallan porque se ven presionadas en su manera de vivir, en su falta de sentido. Ahora está pasando a nivel colectivo y eso es lo que me alegra: es como que hubiéramos llegado a la saturación total. A mí me parece que esta extrema tensión juega a favor del cambio, como cuando una olla a presión se aprieta, se aprieta, se aprieta y de repente tira el humito.

¿Qué viene después de que empieza a salir el humo?

Hoy sentí una brisa de esperanza. Siento que hay una conversación colectiva, un anhelo de escuchar al otro. Hasta en la televisión abierta estamos viendo a un Chile profundo, uno que no se suele ver en los medios. Antes de resolver, primero tenemos que vernos. Y creo que se están generando -y esa es la luz de esperanza- iniciativas positivas y que estamos dándonos cuenta de que necesitamos escuchar. Curiosamente, los que tienen la actitud correcta no son los que tienen en este momento el liderazgo del país, porque ¡pucha que han dado espectáculos tristes muchos de ellos! Hay una trama viviente de personas que están queriendo encontrarse y es muy importante que trabajen su actitud para poder escucharse, porque no es fácil. Los seres humanos tendemos a encasillar al otro y nos relacionamos con su etiqueta: de derecha, de izquierda, facho, delincuente. ¡Estamos llenos de etiquetas! Comunicarnos es súper difícil si yo no hago un trabajo en mí mismo de tomar conciencia de esas etiquetas, de la emoción o el rechazo que me pueden producir. Pienso que lo que pasó en el Senado tiene que ver con eso: ahí ya no hay relación entre seres humanos, son etiquetas que pelean entre ellas, y al ser humano real ya no lo escucho. 

¿Cómo podemos avanzar hacia delante?

La única manera de que podamos llegar a una mirada país es que abandonemos las pasiones extremas de lado y lado. Si yo sigo en mi ortodoxia y el otro sigue en la suya no nos vamos a poder conectar, es imposible. En este momento es muy importante no culpar a los demás -a tal Presidente, por ejemplo-, porque buscar afuera es la manera que evadimos nuestro propio rechazo y responsabilidad.

¿De qué manera podemos enfrentar la situación que vemos en las calles y en los medios para cuidarnos?

Al cuidarnos a nosotros mismos estamos cuidando a toda la red, porque si yo estoy bien, no voy a twittear algo agresivo. Eso creo que es lo que le ha pasado a la gente pública, que está tan fuera de sí que de repente tienen reacciones que, si las pensaran un poco más, no las tendrían. Por eso no hay que condenar. Yo lo que sugeriría es informarse y abandonar la cosa de estar todo el día con la televisión prendida. Conectarse con iniciativas creativas y sentir que hay algo positivo desde donde uno está, como por ejemplo llevando a otros en su auto o juntarse con amigos para conversar sin discutir. Aconsejaría conectarse con cosas que, dentro de esta línea, son constructivas, no seguir dándole a la ira, la destrucción. Empezar a equilibrar la vida entre estar conectado y haciendo, y darse tiempo para relajarnos, estar con nosotros, salir a pasear y ver cómo se mueven las hojas de los árboles, cosas que nos produzcan paz.

Fuente: El Dínamo

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