septiembre 18, 2021

Marylène Patou-Mathis: Las mujeres en la prehistoria también fueron cazadoras y artistas


La prehistoriadora francesa Marylène Patou-Mathis, directora del Centro Nacional de Investigaciones Científicas francés (CNRS), durante una entrevista con Efe con motivo de la publicaciíón en español de "El hombre prehistórico es también una mujer" (Lumen). EFE/Luca Piergiovanni

La prehistoriadora francesa Marylène Patou-Mathis saca a la mujer de la caverna y dinamita, en su nuevo libro “El hombre prehistórico es también una mujer” (Lumen), todos los estereotipos patriarcales que nos contaron sobre la prehistoria. Una mirada al pasado con perspectiva de género que verifica que ellas no solo se dedicaron a la recolección o el cuidado de los niños y el hogar.

En una entrevista con Efeminista, la directora del Centro Nacional de Investigaciones Científicas francés (CNRS) reflexiona, entre otras cosas, sobre el origen del patriarcado, destapa los falsos mitos “basados en la sociedad actual patriarcal” que nos han llegado sobre las mujeres en la prehistoria y expresa la necesidad de revertirlos para cambiar el futuro. 
Los historiadores eliminaron a la mujer

Pregunta.- ¿Por qué es necesario y esencial ver la Historia con perspectiva de género?

Respuesta.- Yo creo que es muy importante porque esto prepara los cambios, apoya los argumentos que ponen de manifiesto que podemos cambiar las cosas. Si se demuestra el hecho de que la mujer no fue dominada por los hombres, se pueden cambiar todavía más las cosas. Esto es algo cultural. Así que es importante decir que las cosas no son necesariamente como son porque en otras épocas y en otras culturas no fueron así.

P.- ¿Cuándo y por qué empieza a invisibilizarse a las mujeres?

R.- Yo creo que ha habido distintos periodos. Al principio, por ejemplo, con los romanos y los griegos, no era tanto invisibilizarlas sino que la estructura social era muy patriarcal y se impuso. Pero en otras culturas, en otras tradiciones, los historiadores, los hombres, tenían un poder que eliminó a la mujer. En nuestro caso, en la Europa occidental, el s. XIX, fue un siglo que impuso realmente una visión de la mujer como subordinada y en los libros de historia todas las mujeres, aparte de Juana de Arco, desaparecieron de la historia aunque hubieran hecho cosas.
Ellas también fueron a la guerra en la prehistoria

P.- ¿Cuáles son los falsos mitos que nos han llegado sobre las mujeres en las cavernas?

R.- El mito de que las mujeres estaban limitadas a hacer determinadas tareas, por ejemplo, la recolección. Los hombres iban a la caza y las mujeres a la recolección. También el mito de que las mujeres no fueran a la guerra. Ahora sabemos que algunas mujeres como las celtas sí que participaron en las guerras. También que solo ellas se ocupaban de los niños y se quedaban en casa o en la gruta. Todo esto son prejuicios que están basados en la sociedad actual patriarcal. Hay que pensar que esas sociedades son muy lejanas y son distintas, había otro tipo de tradiciones.

P.- Si todo lo que nos ha contado la historia o los hombres que cuentan la historia no es así, ¿cuál es el origen del patriarcado?

R.- La hipótesis es que en el Paleolítico fueron los hombres los que hicieron las cosas, que son cazadores, recolectores y nómadas. Después, a partir de los 2.000 años, entran los productores, es decir, los que domestican a los animales y entran en la agricultura, las plantas. Se convierten en sociedades sedentarias y en este largo periodo que empieza hace 12.000 años hay un excedente agrícola y se producen unos bienes que hay que cuidar. La arqueología ha demostrado que las mujeres probablemente fueron las que se inventaron la agricultura porque tenían un vínculo muy grande con la tierra porque eran las recolectoras.

Entonces, para proteger ese excedente alimentario y de los hijos, se ocuparon de esas cosas mientras los hombres se dedicaron a otras tareas. Los hombres desarrollaron una actividad más bien guerrera, exterior porque se ocupaban de la caza. Y las mujeres de proteger los bienes y luego del comercio que se generó con el excedente de los bienes y que produjo riqueza. Y los hombres con esa riqueza se convierten en los jefes y hay un cambio piramidal, se convierte en una estructura piramidal. En las sociedades paleolíticas no había papá, mamá e hijos, sino que era un clan y todos se ocupaban de todos. Pero a partir del sedentarismo aparece la familia y los hombres empiezan a controlar a las mujeres para estar seguros de que sus bienes se transmiten a sus hijos.
Sociedades “matrilineales”

P.- ¿Es posible la idea del matriarcado en la Prehistoria?

R.- Esta palabra, “matriarcado”, me molesta porque es lo contrario al patriarcado. El patriarcado está en las leyes, en el código romano y luego en el código napoleónico, es algo instituido y escrito. Pero, podemos pensar que había sociedades matrilineales, es decir, la sabiduría se transmitía a través de la mujer porque era ella quien tenía al hijo pero no tenía un dominio de unos sobre otros. No tenemos pruebas de que hubiera algún dominio de las mujeres es más bien la transmisión de la tradición y de la cultura a través de la madre.

P.- ¿Qué ha ayudado a perpetuar estos prejuicios históricos?

R.- Hay que darse cuenta de que quienes han detentado el poder sobre todo en Europa han sido siempre los hombres. Y los primeros prehistoriadores fueron hombres. La primera prehistoriadora apareció en 1950 y la prehistoria apareció como ciencia en el s. XIX y siempre han escrito la historia los vencedores, no hay que olvidarlo. Entonces, la razón por la que por mucho tiempo se ha producido esto está en las religiones. A partir del s. XIX, la antropología estableció razas superiores a través de mediciones y dentro de la raza superior pusieron a las mujeres como seres humanos inferiores a los hombres. La antropología física hizo mucho daño en el S. XIX al ser humano en general. Todo estaba en función del tamaño del cráneo.
Revertir los prejuicios desde la infancia

P.- Desde muy temprano se enseña en los colegios todas estas ideas preconcebidas, ¿cree que es posible que se puedan llegar a revertir en algún momento?

R.- Sí, hay que revertirlo desde la escuela. Es importante y además yo creo que para avanzar hay que ver sobre qué reposa todo y deconstruir esos prejuicios. Si demostramos que no fueron siempre las cosas así, podremos cambiarlas, pero si pensamos que el sistema natural es el patriarcal entonces no podremos hacerlo. También creo que es importante reconstruir otro sistema en colaboración, no de los unos contra los otros. No podemos construir algo si hay un enfrentamiento. No podemos seguir estando dominadas, pero todo esto hay que hacerlo poco a poco, haciendo que se comprenda. Por eso he escrito el libro, para poder aportar argumentos a las personas, a las científicas y a las feministas actuales.

P.- En el libro también hace mención a que no solo había mujeres recolectoras y cazadoras, sino también artistas.

R.- Hasta hace poco se ha tenido una visión actual de la sociedad prehistórica, es decir, se aplican nuestros contactos actuales a las sociedades prehistóricas y entonces se ha producido un calco de nuestra sociedad a la sociedad prehistórica y eso no tiene por qué ser así. Por eso las películas, los libros, hasta hace poco, siempre era el hombre quien pintaba las imágenes de Lascaux y no hay prueba de ello, también pudo ser una mujer. No hay pruebas arqueológicas que demuestren que fueron ellos los que hicieran esas pinturas, simplemente se decidió que así tenía que ser.

Los prehistoriadores que estudiaban las estatuillas eran hombres. Pero ahora, con una nueva mirada femenina, con la prehistoriadora mujer, podemos también pensar en otras cosas y no decir que los únicos que esculpían estas estatuillas eran únicamente los hombres. También pudieron ser las mujeres las que hicieran esas estatuillas e imágenes. Hay una nueva mirada que nos aportan nuevas cosas y que puede llevarnos a pensar que las mujeres que también estaban muy dedicadas al parto y al nacimiento, podían también esculpir esas estatuillas para dar una buena fortuna o ayudar dándolo como amuletos ya que había pequeñas divinidades que se esculpían para proteger a la mujer a la hora del parto y la gestación, pero los prehistoriadores no se atreven a decir que eran mujeres quienes esculpían esas estatuillas, sino que siempre son los hombres.
Mujeres, prehistoria y la evolución del ser humano

P.- ¿Qué se puede hacer para dinamitar por completo esta dualidad de hombre cazador frente a mujer recolectora?

R.- Creo que poco a poco vamos haciendo camino. Ahora hemos visto en Perú que se han encontrado cazadoras de hace 9.000 años, es decir, que ya tenemos pruebas de que eso existió. La prehistoria es muy interesante porque a medida que vamos descubriendo restos arqueológicos no sabemos qué vamos a encontrar. A veces en el mobiliario funerario podemos encontrar una sepultura de una cazadora con sus artilugios de caza. Ese sería un hallazgo muy importante como se ha encontrado en los lugares arqueológicos vikingos a mujeres guerreras con sus armas y había grandes jefas de guerrillas. Hay que encontrar ese tipo de cosas pero hay que recordar al lector que nosotros siempre queremos pruebas científicas.

Cuando hace algo una mujer siempre hay que probarlo, pero cuando es un hombre el que se supone que lo ha hecho no se requieren esas pruebas científicas y esto es bastante molesto. Siempre se ha dicho que los hombres pintaron la cueva de Lascaux, ¿por qué? ¿dónde está la prueba? También pudieron ser mujeres, no hay prueba ni de lo uno ni de lo otro, pero siempre se dice que fueron hombres porque es como más prestigioso, ¿no? Ellos pintaron, fueron a la guerra, hicieron las casas y la cultura. A la hora de mirar al pasado es muy importante hacer ver a la gente que la evolución del ser humano, incluida la cultural, se ha llevado a cabo por los dos géneros, no solo por los hombres.
“La religión es fanática”

P.- ¿Cómo ve el movimiento feminista actual? ¿Pueden sufrir retrocesos los derechos de las mujeres con la extrema derecha?

R.- Es muy variado y diverso. Yo no sé si se trata tanto de colores políticos. Me temo, sin embargo, que la religión es fanática. Por ejemplo, en nuestro caso tenemos a los ultracatólicos que dicen “no” al aborto. Esto puede afectar a gente de derechas y de izquierdas. La religión para mí es terrible, te impide reflexionar, razonar, convencer… En el libro recupero extractos de la Biblia y el Corán y la mujer siempre sale perdiendo. En los textos sagrados no se puede discutir, y para mí esa es la parte más difícil. Yo esto lo centro en las religiones que se pueden encontrar en todos los partidos, no únicamente en la extrema derecha, ese es el problema.

P.- ¿Qué piensa del feminismo inclusivo, aquel que incluye a otras minorías como las raciales o el colectivo LGTB?

R.- Es difícil tratar de convencer a un grupo cuando se mezcla todo. Si hablo de las mujeres puedo hablar de las mujeres pero si mezclamos todo es más difícil, creo que es mejor ir tema por tema. Evidentemente pienso que hay problemas de las minorías, pero para poder transmitir mejor creo que es mejor centrarse cada vez en un tema. La interseccionalidad es muy difícil, a mí no me plantea problemas pero si tengo que tratar de convencer o me dirijo al público general es mejor no mezclar. Si queremos que las cosas cambien tenemos que ir a pocos. Creo que eso es mucho mejor que mezclarlo todo.

Natalia Ibáñez Guine
Fuente: EFEMINISTA

Sí a la Diversidad Familiar!
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