enero 24, 2022

Las mujeres: personas con derechos humanos incompletos




No hace ni un mes que hemos comenzado el año y las malas noticias sobre los asuntos que nos afectan a las mujeres, no cesan.

Comenzábamos el día tres de enero con la siguiente noticia: “El Tribunal Constitucional se lava las manos y dice que no quiere entrar en valorar si saldar una deuda entre adultos a base de felaciones o sexo oral es legal o no”. Así, directamente en vena.

El alto Tribunal, con esta decisión e indirectamente avala la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Baleares que falló en ese sentido. O lo que es lo mismo, a partir de ahora, dos personas adultas están legitimadas judicialmente para satisfacer las deudas contraídas entre ambas partes «en especies». Es decir, que podrán acordar liquidar las cargas económicas mediante felaciones o cualquier relación sexual como si de una relación contractual se tratara. Y después nos niegan que la Justicia esté patriarcalizada. Por lo visto para algunos jueces e incluso alguna jueza consideran que a las mujeres nos pueden exigir sexo por deudas pendientes. O, dicho de otro modo, nos pueden prostituir, vejar, amenazar o acosar por haber contraído una deuda con un varón. Recordemos que estamos hablando de la Justicia, no de opiniones vertidas en un café. No. De una decisión de uno de los más altos Tribunales del Estado y del más alto de la Comunidad Balear. Después se nos pide que acudamos a la Justicia. Ya!

Seguimos con más informaciones.

Esta semana pasada, la maltesa Roberta Metsola fue elegida presidenta del Parlamento Europeo con los votos liberales y socialdemócratas, entre los cuales se encuentra la representación del PSOE.

Estupendo que un partido que se reivindica como feminista dé sus votos para elegir como presidenta de uno de las más importantes instituciones europeas a una mujer antiabortista y del Partido Popular. Se le llama incoherencia política sobre todo en tiempos en donde los derechos de las mujeres están en franco peligro. En fin…que luego nos vengan reivindicando su talante feminista, con estas capitulaciones políticas, dice mucho del partido socialista.

Este es un claro ejemplo que de el hecho de que una mujer esté en las instituciones no la convierte en aliada del feminismo. Más bien, al menos en este caso, la convierte en un ejemplo de ambición cumplida y de falta de ética para con los derechos de más de la mitad de la población que somos las mujeres.

Pero como ya sabemos, la política hace extrañas compañías de viaje, según los intereses partidistas del momento.

Y tiene que ser otro liberal europeo, Emmanuel Macron, presidente de la República Francesa, quien proponga al Pleno del Parlamento Europeo y justo después de la elección de Matsola como presidenta de este, que el derecho al aborto sea un derecho protegido mediante su inclusión en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea.

Comienzo a preguntarme si el mundo se ha dado una vuelta y no me he enterado y los valores de la socialdemocracia se han puesto al servicio del capitalismo salvaje y de los postulados más reaccionarios en lo tocante a los derechos de las mujeres. Igual he de estar más atenta a lo que ocurre en el mundo. O realmente son los intereses partidistas quienes juegan con los derechos y, por extensión, con las vidas de las mujeres.

Para continuar con las terribles noticias que nos llegan sobre los derechos de las mujeres al inicio de este nuevo y recién estrenado año, nos enteramos de que varias universidades británicas han asumido que sus alumnas se prostituyan para pagarse sus estudios y ofrecen “manuales” para enseñar a su personal cómo tratar a estas mujeres para evitarles “malestares”.

Así, sin más, sin cuestionarse nada más. Ni siquiera las secuelas que eso pueda provocar en las estudiantes y, ni mucho menos bajar los desorbitados precios de las matrículas o los alquileres. Nada, es mucho más fácil introducir a las estudiantes en el sórdido e ilícito mundo de la prostitución y la pornografía y que ellas solitas se busquen la vida. Como si de un problema particular se tratara.

Se calcula que puede haber unas doscientas mil mujeres jóvenes en esta situación. Y, visto lo visto, no pasa nada…

Como vemos, se nos está quedando un 2022 niquelado acabado de empezar y, como dice un amigo mío, había expectativas con el nuevo año y, visto lo visto, no está defraudando. Esperemos que vaya mejorando a lo largo de los algo más de once meses que quedan. Seamos, pues un poco optimistas, aunque nos cueste.

Porque precisamente el feminismo se nutre de esperanzas de cambios y de optimismo conseguirlos.


Teresa Mollá Castells
tmolla@telefónica.net 
La Ciudad de las Diosas

Sí a la Diversidad Familiar!
The Blood of Fish, Published in