febrero 08, 2023

¿Donación gestacional de cuerpo entero?


En los últimos días se desató una polémica por un artículo que publicó en Twitter el Colegio Médico de Colombia que hablaba de la capacidad de las mujeres que tienen muerte cerebral para llevar a término un embarazo.

A continuación, me enteré de tres hechos, vi en Twitter un video del Diputado Alejandro Ocampo en la Asamblea de Representantes de Colombia, quien anunciaba con bombo y platillo que había presentado una iniciativa para regular la “gestación subrogada” o vientres de alquiler en la que se incluía la donación gestacional de cuerpo entero, de mujeres con muerte cerebral.

El otro hecho el que me enteré fue que la Corte Colombiana había, en un caso donde el subrogante o comprador de bebés, había ido a un juicio para lograr que se le reconociera la licencia de maternidad y no a la madre que gestó al bebé. Y que la Corte le dio 6 meses a la Asamblea de Representantes para que reglamente los vientres de alquiler, con una visión igual que la Corte mexicana de privilegiar el mercado sobre los derechos de las mujeres que son reducidas al papel de incubadoras y la compraventa de niños y niñas, recién nacidos o nacidas.

Y, finalmente, que el Colegio Médico de Colombia, salió a solicitar una disculpa pública en su cuenta de YouTube, a través de su vocero, para explicar que lo único que habían hecho fue publicar un artículo de la Dra. Anne Grethe Sandorff, de la Universidad de Olso, Noruega, y que tal vez les falto aclararlo.

Lo cierto es que el artículo de Sandorff efectivamente habla de que el cuerpo de una mujer con muerte cerebral puede llevar un embarazo a término, incluso puede embarazarse y gestar, y lo propone como una alternativa ética a los vientres de alquiler, si es que media una autorización de donación gestacional de cuerpo entero, previo a la muerte cerebral, igual que las autorizaciones que escribimos para la donación de órganos a la muerte, con una variante, esto duraría por o menos 9 meses y sería una donación en vida.

Y ya a más de un año y medio que se presentó la iniciativa en la Cámara de Diputadas y Diputados del Congreso de la Unión, para reformar la Ley General contra la Trata y la Ley General de Salud en México, para que se considere como trata de personas, y los vientres de alquiler como una forma de explotación, dentro del tráfico de órganos, incluida la donación comercial de óvulos, y que fue turnada a la Comisión de Salud, la Comisión de Igualdad de Género y la de Justicia, sigue durmiendo el sueño de los justos, sin que tengamos respuesta de parte de nuestras legisladoras y legisladores.

Y, mientras, el abuso de mujeres pobres y desesperadas, en condición de desempleo y pobreza sigue creciendo en México, sobre todo a partir de la guerra de Ucrania, lo que provocó que el mercado de los vientres de alquiler o reproducción reproductiva, y el tráfico de bebés recién nacidos, que son ordenados por contrato, incluso antes de ser concebidos.

Y resulta que, en nuestra legislación, se le olvidó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación que reconoce como trata de personas el reclutamiento o captación, el traslado, acogida o recepción de personas con el propósito de explotarlas, y el tráfico de bebés son delitos en nuestro país. Es más, el Código Civil Federal y los de las entidades federativas establecen que madre para la ley, es la mujer que da a luz, aunque inexplicablemente hay jueces que han estado reconociendo la maternidad/paternidad de los contratantes.

Es un negocio multimillonario que promueve complicidades e intereses tanto en la comunidad médica, como en las autoridades jurisdiccionales, incluso, notarios públicos, clínicas, hospitales, psicólogas y abogados, todos ganando dinero de los vientres de alquiler, cuando a las mujeres les están pagando dividido en los 9 meses el 10% de lo que cobran las agencias de “reproducción asistida”.

Y es de llamar la atención que el mismo fenómeno se está replicando en Colombia, Ecuador y Argentina. Además de que las Cortes de esos países, adoptan la misma postura de priorizar el mercado por encima de los derechos humanos de las mujeres y de la niñez, lo que seguramente sigue creciendo en tanto la capital mundial de la explotación reproductiva ha migrado a nuestra América Latina y especialmente a México.

Muy en el fondo, tanto en la explotación reproductiva y la explotación sexual se engarza el poco valor que le da a las mujeres el patriarcado, el capital, el neoliberalismo y cobra especial relevancia aquella consigna que dice “patriarcado y capital son una alianza criminal”.

Y esta propuesta de usar los cuerpos de las mujeres con muerte cerebral para usar sus úteros y sus cuerpos, porque en un embarazo, no se involucra sólo el útero, sino el cuerpo entero, vemos claramente los efectos del transhumanismo, entendido éste como:

El transhumanismo (abreviado como H+ o h+) es un movimiento cultural e intelectual internacional que tiene como objetivo final transformar la condición humana mediante el desarrollo y fabricación de tecnologías ampliamente disponibles, que mejoren las capacidades humanas, tanto a nivel físico como psicológico o intelectual.​

Los pensadores transhumanistas estudian los posibles beneficios y peligros de las nuevas tecnologías que podrían superar las limitaciones humanas fundamentales, como también la tecnoética adecuada a la hora de desarrollar y usar esas tecnologías.​ Estos especulan sosteniendo que los seres humanos pueden llegar a ser capaces de transformarse en seres con extensas capacidades, merecedores de la etiqueta «posthumano».

El significado contemporáneo del término transhumanismo fue forjado por uno de los primeros profesores de futurología, Fereidoun M. Esfandiary, conocido como FM-2030, que pensó en «los nuevos conceptos del humano» en La Nueva Escuela alrededor de 1960, cuando comenzó a identificar a las personas que adoptan tecnologías, estilos de vida y visiones del mundo transicionales a «posthumanas» como «transhumanos».​ Esta hipótesis se sostendría en los trabajos del filósofo estadounidense Max More, quien empezaría a articular los principios del transhumanismo como una filosofía futurista en 1990, y a organizar en California un grupo intelectual que desde ese entonces creció en lo que hoy se llama el movimiento internacional transhumanista.

Influenciado por trabajos y obras primarias de ciencia ficción, la visión transhumanista de una futura humanidad diferente ha atraído a muchos partidarios y detractores de una amplia gama de perspectivas. El transhumanismo ha sido descrito por Francis Fukuyama como «la idea más peligrosa del mundo», mientras que Ronald Bailey considera que es un «movimiento que personifica las más audaces, valientes, imaginativas e idealistas aspiraciones de la humanidad». Algunos autores consideran que la humanidad ya sería transhumana, porque los progresos médicos en los últimos siglos han alterado de manera significativa nuestra especie. Sin embargo, no lo sería de una forma consciente y, por tanto, transhumanista.

Directora de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe, A.C. (CATWLAC por sus siglas en inglés).
Fuente: Tribuna Feminista

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