Foro Feminista, evento paralelo a la Conferencia Regional sobre la Mujer de AL y el Caribe
Se llevará a cabo el 11 de agosto, como antesala crítica de la XVI Conferencia Regional sobre la Mujer
El encuentro será el Centro Cultural Universitario de Tlatelolco
El Foro Feminista es un espacio autónomo e histórico de articulación crítica y plural, que sucede previo a cada Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe en el que se reúnen las organizaciones feministas de la región debaten, acuerdan y movilizan propuestas para incidir en los acuerdos intergubernamentales.
En este compromiso participa el gobierno de la Ciudad de México para generar espacios de estos eventos paralelos donde se puedan encontrar la sociedad civil, el movimiento feminista acompañando la XVI Conferencia Regional sobre la Mujer a celebrarse del 12 al 15 de agosto, precisó la titular de la Secretaría de las Mujeres, Citlalli Hernández Mora, durante el anuncio del II Foro Parlamentario de América Latina y el Caribe.
Este año, el Foro Feminista se llevará a cabo el 11 de agosto, como antesala crítica de la XVI Conferencia Regional sobre la Mujer, que tendrá lugar del 12 al 15 de agosto en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco.
Todavía no se tiene la información de cuántas organizaciones feministas participarán, aunque las inscripciones para los eventos paralelos ya se encuentran cerradas. El lugar del encuentro será el Centro Cultural Universitario de Tlatelolco donde hace 50 años, cuando se llevó a cabo la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer en 1975, se encontraba la Secretaría de Relaciones Exteriores, conocida como la Torre de Tlatelolco edificio que fue donado a la Universidad Nacional Autónoma de México en 2006.
En la pasada XV Conferencia realizada en Buenos Aires, Argentina, llegaron más de mil feministas que discutieron sobre el trabajo de cuidado no remunerado, la autonomía económica de las mujeres, la violencia de género, entre otros temas cruciales para la región.
Como resultado emitieron una declaración política con propuestas concretas sobre el reparto justo de las tareas de cuidado, la colectivización de los trabajos de cuidado, el acceso a la tierra, y la lucha contra diversas formas de violencia.
Entre las propuestas que hicieron destacan el considerar el derecho al cuidado como un derecho humano: Los estados tiene la obligación de implementar leyes, políticas y programas con presupuestos suficientes para la creación de sistemas integrales de cuidado.
Los sistemas de cuidado deben asumirse como una inversión, no como un gasto y deben contemplar la corresponsabilidad del Estado, las comunidades, las familias y el mercado.
Reclamaron se garantice el uso social de la tierra en los territorios urbanos, y el acceso a una vivienda digna y a infraestructuras y servicios que permitan la colectivización de los trabajos de cuidado. Dado que los desalojos y otros procesos de expulsión producto de la voracidad inmobiliaria y extractivista -tanto sobre los territorios ancestrales como los urbanos- amenazan la vida de las comunidades y son causa de migraciones forzadas y mayores niveles de pobreza y vulnerabilidad.
El trabajo de cuidado no remunerado aumenta el tiempo de trabajo total de las mujeres: Se invisibiliza el trabajo de cuidados que se realiza a través de las organizaciones comunitarias, al igual los realizados por las mujeres indígenas: sanadoras, curanderas, hierberas, cuidadoras de la madre tierra.
Los Estados deben impulsar una agenda de cuidados que considere a las niñas y adolescentes como sujetas de derecho, aportando a minimizar la imposición de responsabilidades de cuidados como algo que no les corresponde.
Los Estados deben reconocer el derecho al cuidado de las personas con discapacidad desde un enfoque de autonomía, con el apoyo necesario para asegurar el autocuidado y reivindicándolas como personas cuidadoras, generando los mecanismos y apoyos para que puedan ejercer su derecho a cuidar.
Los sistemas de cuidados deben considerar las necesidades de salud y abastecimiento de las mujeres que viven con VIH: Que los Estados de la región implementen medidas preventivas, de protección y atención que contribuyan a la erradicación de todas las formas de violencia basadas en el género, incluyendo las violencias y vulneraciones a los derechos humanos de las que son víctimas las mujeres que ejercen el trabajo sexual.
En este foro participan activistas, colectivas, juventudes, personas LGTBIQ+, mujeres indígenas, afrodescendientes, migrantes con discapacidad, defensora, trabajadoras sexuales, rurales y urbanas.
El Foro Feminista tiene su antecedente más emblemático en el Foro de ONG de Huairou (1995), realizado paralelamente a la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing. Desde entonces, en cada edición de la Conferencia Regional sobre la Mujer, el Foro Feminista se ha consolidado como un espacio único, en el que se produce un diálogo continuo y propositivo.
Se señala en el sitio donde está la información que este proceso ha generado un círculo virtuoso entre movimientos feministas, redes regionales, organismos multilaterales y sistemas de derechos humanos, que ha permitido construir acuerdos de alto valor político y técnico frente a contextos históricos, sociales y económicos diversos.
Gracias a esta articulación sostenida, la agenda por los derechos de las mujeres y las niñas ha avanzado reconociendo su papel central en el desarrollo sostenible, la justicia social y la construcción de paz.
Por Elda Montiel
Fuente: SemMéxico