Miles de Mujeres Protestan en Brasil Exigiendo el Fin de la Violencia Machista
Las recientes manifestaciones fueron detonadas por incidentes de extrema violencia que expusieron la urgencia de la crisis que exige al Estado acciones efectivas para frenar la escalada de la odio en contra de las mujeres
Miles de mujeres brasileñas salieron este domingo a las calles de las principales ciudades del país y en especial en el centro de São Paulo, bajo el grito de «¡Ninguna Menos!», «Mujeres Vivas», entre otras, algunas cargando con cruces negras que simbolizan a las miles de mujeres asesinadas por la violencia machista en Brasil, en una masiva ola de protestas que exige al Estado acciones efectivas para frenar la escalada de la odio en contra de las mujeres. La movilización, que adquirió una dimensión nacional, fue una respuesta directa a una serie de casos de violencia machista que han conmocionado a la opinión pública por su brutalidad.
Las recientes manifestaciones fueron detonadas por incidentes de extrema violencia que expusieron la urgencia de la crisis. Entre ellos, el caso de una violación tumultuaria en contra de una mujer que se encontraba inconsciente en la vía pública, la cual quedó grabada en vídeo, el caso de una mujer que fue atropellada, arrastrada por un automóvil y forzada a la amputación de ambas piernas a manos de su ex-novio, y el brutal asesinato de una joven militar, cuyo cuerpo fue encontrado carbonizado.
Estos crímenes han puesto de manifiesto la falla sistémica en la protección de la mujer en Brasil, obligando a los líderes políticos a reaccionar. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva condenó públicamente a los perpetradores como «animales» y llamó a la «educación» de los hombres para combatir el machismo. Sin embargo, para las activistas, el cambio requiere de medidas estructurales más profundas que la retórica.¡
La perspectiva de las mujeres que salieron a marchar se fundamenta en un contexto estadístico alarmante que trasciende los casos mediáticos.
A pesar de que el número total de homicidios en el país ha mostrado una ligera tendencia a la baja, el femicidio (el asesinato por razón de género) aumentó un 13% en los últimos cinco años, lo que indica que la violencia letal dirigida específicamente contra las mujeres es un problema creciente.
Así mismo, la violencia sexual, física y psicológica también muestra una tendencia al alza. En 2024, Brasil registró el equivalente a cerca de 196 violaciones de mujeres por día. De manera preocupante, las mujeres negras son víctimas de la violencia patrimonial en una proporción desproporcionadamente alta.
La demanda de ayuda es palpable en el terreno. Informes de refugios para víctimas de violencia machista indican que las instalaciones están «siempre llenas» y que el número de mujeres que buscan refugio y asistencia legal ha aumentado.
Para los movimientos de mujeres y organizaciones indígenas —que también han protestado contra el aumento «absurdo» de los feminicidios en sus territorios—, la movilización no es solo una queja, sino una exigencia de que el debate sobre la violencia de género se convierta en un eje central de la agenda pública y electoral.
La lucha se percibe como una batalla generacional, donde madres llevan a sus hijas para inculcarles la «fuerza de las mujeres» y la necesidad de erradicar la cultura que permite que su hogar o sus parejas sean el lugar más inseguro. Esto implica, para las activistas, asegurar que la justicia no solo sea punitiva, sino que también se invierta fuertemente en educación, salud y protocolos de protección que aborden las profundas desigualdades sociales.
La violencia de género en Brasil se confirma así como una crisis de derechos humanos que requiere una respuesta integral que vaya más allá de la condena de los casos individuales.
Fuente: La Costilla Rota

