Estudio: “Análisis de la ausencia de las mujeres en los manuales de la ESO. Una genealogía del conocimiento ocultado.
Tan solo un 7,5 % de los referentes culturales y científicos que aparecen en los libros de texto que se utilizan en la Enseñanza Secundaria Obligatoria, son mujeres. Si tenemos en cuenta que nuestro crecimiento social e intelectual se basa en modelos de referencia... ¿Podrían ser los libros la cuna del pensamiento machista?
Según publica hoy El Diari de l’Educació de Cataluña, un estudio de la Universidad de Valencia desvela una gran desigualdad entre la aparición de hombres y mujeres en los libros de texto de la ESO. Diversas voces opinan sobre el tema y debaten si se trata de un producto de la discriminación que la mujer ha sufrido a lo largo de la Historia o si se trata, más bien, de una ocultación intencionada de referentes.
Después de analizar 115 libros de 19 asignaturas, el estudio concluye que tan solo el 7,5% de las referencias aparecidas hacen mención a mujeres. Y son las asignaturas con más peso como Física y Química o Ciencias Sociales las que menos referentes femeninos contienen. Ana López- Navajas, autora del estudio Análisis de la ausencia de las mujeres en los manuales de la ESO. Una genealogía del conocimiento ocultado, defiende que se trata de una "estafa cultural". Y se pregunta por mujeres como Gertrudis Gómez de Avellaneda, aclamada poetisa del Romanticismo o María Rosa Gálvez, dramaturga de enorme prestigio en el siglo XVIII, ambas ausentes en los libros de texto.
¿Referentes culturales femeninos olvidados?
"La proporción seguiría siendo favorable a los hombres, que han disfrutado de predominio social, y seguro que cuando más atrás vas en la historia menos referentes culturales femeninos hay, pero aún así la presencia actual de mujeres en los libros no hace justicia a su importancia", reivindica Tania Verge, Agente de Igualdad de la Universidad Pompeu Fabra (UPF). "Muchos autores se apoyaban en autoras que no podían firmar y, por lo tanto, no se las reconocía. Por ejemplo, John Stuart Mill admitió que su mujer [Harriet Taylor] había sido coautora de muchas de sus obras. Esto lo sabemos hoy pero aún así no lo glosamos", lamenta Verge.
Esta situación, según Verge, es un peligro para las mujeres -y la sociedad en general-, que se quedan sin referentes válidos y que por méritos deberían constar en los manuales: "Esta situación hace que las mujeres sean menos referencia de conocimiento y tengan menos autoridad en la producción, y se les quita protagonismo en la historia. Todo esto es muy pernicioso actualmente, sobre todo para las mujeres, si se tiene en cuenta que aprendemos por socialización y por modelos de referencia".
Para combatir esta situación, en el propio estudio se expresa que una segunda fase del proyecto será crear una base de datos que permita intervenir en la incorporación de mujeres en los contenidos y en la adecuación del relato a los hechos. No se trata de una discriminación positiva, en palabras de López-Navajo, sino más bien de una revisión "con sentido crítico" que permita incluir a las mujeres de referencia por simple cuestión de méritos.
Las editoriales apuntan al currículum
Ante las conclusiones del estudio, los editores de los manuales se defienden afirmando que no son ellos quienes deciden el contenido de los libros, sino que se trata de una cuestión curricular de los programas educativos.
Argumentan que, en cualquier caso, no son ellas las que establecen qué se debe estudiar y qué no, sino que es la Administración la que fija los contenidos que se deben impartir, y los libros se adaptan a ello. "Esto no es culpa del editor. Los filósofos estudian según el currículo oficial. Estamos condicionados por los programas educativos oficiales", explica Antoni Garrido.
Señalan, además, que esta ausencia se debe a que, por desgracia, los hombres se han tenido en mayor consideración a lo largo de la Historia en el ámbito científico, social y cultural y que, por parte del mundo editorial, se procura la paridad entre hombres y mujeres.
Además, Garrido va más allá de los referentes culturales y valora la presencia paritaria de hombres y mujeres en los libros. "Somos muy cuidadosos para conseguir cierta paridad", apunta. Garrido se refiere no tanto a los personajes históricos sino a la presencia de hombres y mujeres no reales -los que aparecen en manuales de ejercicios, en narraciones, en ejemplos...-. En estos casos -no recogidos en el estudio- asegura que no hay discriminación y que, además, se trabaja para no caer en los arquetipos más tradicionales y sexistas, sobre todo en cuanto a los roles de las mujeres.
La autora del estudio apunta a una segunda parte del proyecto que consistiría en crear una base de datos que permita intervenir en la incorporación de las mujeres en los contenidos y en la adecuación del relato a los hechos.
Se trata, dice López - Navajos, de una revisión crítica que permita incluir a las mujeres de referencia por una cuestión de méritos profesionales.
Fuente: AmecoPress.