septiembre 22, 2018

Presentación del libro "Feminismo para jóvenas". Relatos en primera persona de las protagonistas de la cuarta ola feminista.


Pañuelos atados a la mochila, amor compañero y sororidad: la “revolución de las hijas” contada por ellas mismas

Buenos Aires CABA. 15 de Agosto 2018Ley legalización del Aborto. Foto: Diego Díaz.

Laura Rosso y Nadia Fink son las compiladoras de Feminismo para Jóvenas (de Editorial Chirimbote, la misma que gestó a las Antiprincesas). Más de cincuenta ensayos de chicas y chiques de 16 a 30 años con prólogo de la periodista Luciana Peker abordan sin inhibiciones temas como acoso callejero, micromachismos, amor libre, aborto, organización estudiantil, fútbol feminista, migracion, adolescencia trans, discapacidad y más. "En un mundo en el que la gente está presa del miedo y el odio, amarse es una forma de resistencia frente a la barbarie", dice Corrar Herrera Gómez en uno de los textos.

Ellas fueron tejiendo una nueva mirada social con nuevos conceptos y principios vitales. Las chicas de "la revolución de las hijas" (término que Peker usó por primera vez) llenaron las escuelas de pañuelos y se afirmaron en las marchas del 13J, 14J y el 8A, sustrato fértil de una nueva generación de feministas que alzan una voz muy firme y clara frente a los medios y otros actores sociales. “Los martes verdes en el Congreso, los pañuelazos en todo el país, luego los plenarios de comisiones donde expusieron estudiantas de colegios secundarios. Es un tiempo de ellas y lo viven con el pañuelo verde atado en la mochila, llevan las discusiones a sus colegios, universidades y mesas de sus casas. Combaten el sistema patriarcal, el machismo, la homolesbotransfobia y la ignorancia. Están decididas a conquistar su libertad, como señaló Ofelia Fernández en Diputados. Por eso creo que este año el debate que se produjo en torno a la legalización del aborto, constituyó la plataforma de despegue de muchas jóvenas y adolescentes”, argumenta periodista Laura Rosso.


Presentación del libro "Feminismo para jóvenas".

El libro es fiel muestra de inclusión: para jóvenas y escrito por jóvenas, refleja motivos generacionales, como el cuestionamiento a la monogamia impuesta o la inclusión de las personas trans, imponiendo un sello con los anteriores feminismos. “Ambas compiladoras fuimos pensando en contactos de chicas que conocíamos y se nos empezó a abrir un mundo cuando ellas mismas nos sugerían a otras y a otros y cuando queríamos ampliar los temas”, comenta la periodista y escritora Nadia Fink. ¿Qué implica ser adolescente y trans en el 2018? "Mi nombre es Carolina y lo elegí a la edad de 13..." comienza uno de los relatos. 

"Nos pareció importante dar cuenta de que hay nuevas masculinidades y que las pibas y pibes están dando una lucha de la mano y deconstruyéndose mucho más velozmente que las personas adultas. También que la cuestión de 'los géneros' es algo mucho menos delimitado para ellxs y por eso las personas trans tenían que estar presente contando su experiencia. Lo que se desprende de esos relatos es que quienes no están acompañadxs (abrazadxs, como dice la referente y artista trans Susy Shock) sufren mucho más el no sentirse a gusto con lo que esperan de ellxs", agrega Fink. 

En Que viva el amor compañero, Coral Herrera Gómez, una española residente en Costa Rica escribe “el capitalismo patriarcal nos quiere celosos, monógamos, posesivos, amargados, miedosos, con complejos e inseguridades, sumergidos en guerras románticas (…) estamos construyendo una nueva filosofía del amor”.

Y si hablamos de amor, hablamos de sororidad. Esa palabra que lo vino a cambiar todo. “Guerra entre mujeres”, “crítica”, “competencia”, los paradigmas divisorios "se caen" a ritmo vertiginoso. Rosso comenta: “Es esa hermandad entre mujeres que se entrelazan para caminar solidariamente juntas. En el libro hay dos textos sobre sororidad, Camila Suárez la define como un acto de resistencia política y como una forma de acción, 'la principal estrategia del feminismo', dice. Abril Pérezhabla de la sororidad como 'inspiración cotidiana', porque sabe que la que está a su lado no es competencia, es compañera. Abril dice que la sororidad 'es la unión entre nosotras como antibiótico a tanta injusticia, hostilidad y machismo en esta sociedad patriarcal'".

Presentación del libro "Feminismo para jóvenas".

Cómo el amor y el respeto hacia el propio cuerpo se va sintiendo ayudado por una mirada crítica hacia el entorno es otro de los temas abordados por los ensayos. Manu Martínez se desnuda en La culpa cae pesada: “La hipocresía no me dejaba hacer una autocrítica razonable. Miraba por la calle a otras mujeres y trataba de identificar qué cuerpo era el más parecido al mío. Intentaba verme desde afuera, saber qué porcentaje de la sociedad era más flaco que yo; pero no podía entender dónde estaba parada”. Verse hermosa es un desafío cotidiano en en un mundo de figurines estereotipados y una chica común se siente rara. Mónica Santino, una de las referentes del fútbol feminista, construye la rareza de otro modo, visibilizando que las dueñas de la pelota podemos ser nosotras. Ni hablar de la profundidad que instala Johanna Ureña en su discurso sobre discapacidad y feminismo.

"Pensar en la revolución de las hijas me llevó a pensarme a mí misma de adolescente. Y me di cuenta de que no tuve ese acercamiento al feminismo compartido entre tantas y con tanta sororidad. Porque en la escuela no nos enseñaron teoría feminista, tampoco nos hablaron de diversidad, de derechos, ni de la historia de los movimientos de mujeres y de sus luchas políticas. El patriarcado gozaba en aquella época de muy buena salud. Hoy no tanto", concluye Rosso.

Por Clara Gualano
Fuente: Clarín