noviembre 06, 2018

Una revisión de la política del pensamiento feminista negro de Patricia Hill Collins.


Patricia Hill Collins (b. 1948) 
"I want to get intersectional with you." 
Imagen: Zoe Caplan 
La autora comienza su trabajo visibilizando el activismo de la pionera intelectual negra Stewart a comienzos del siglo XIX, quien expone públicamente sobre la condición de opresión sexual y racial de las mujeres negras, haciendo un llamado en base a definiciones de autoconfianza e independencia, para desafiar a las mujeres negras a usar su rol de madres con el fin de movilizar la acción política desde la comunidad y la autodeterminación. 

La idea de partir con este reconocimiento y otras autoras que se mencionan, es plantear el valioso cimiento analítico de las voces intelectuales negras bajo imperantes de dominación y cuestionamientos de los privilegios de las mujeres “blancas”, la comunidad y la sociedad, que constituyen los patrones de desigualdad de raza, clase y género en la estructura social y que a través del activismo de las feministas afronorteamenricanas se siembran las bases de la política del pensamiento negro. 

La supresión del pensamiento feminista negro. 

Desde un inicio las mujeres afronorteamericanas llegaron como esclavas, lo que subyuga sus relaciones familiares y en comunidad, que suponen tres dimensiones interdependientes (i) la explotación de su trabajo dentro de la economía "las ollas y teteras de hierro" parte de lo doméstico; (ii) la dimensión política de la opresión que las excluye de ser parte de los privilegios hegemónicos y de participación y; (iii) la dimensión ideológica de su opresión, que se basa en supuestas cualidades que son atribuidas a las mujeres negras y que en su conjunto son utilizadas para justificar la subordinación de las mujeres negras. 

Es así que para los mismos estudios de mujeres implicó un desafío la inclusión de las afroamericanas, porque la conciencialización interseccional de la raza y la clase trajo consigo una desestructuración de la teoría feminista. Esta misma situación se denota en las organizaciones lideradas por varones negros y que desde una perspectiva masculina limitaban las ideas y experiencias en femenino. 

La forma del activismo. 

Las opresiones interseccionales de raza, género y opresión de clase construyeron los cimientos de resistencia para las mujeres afronorteamericanas. En toda cultura existen percepciones propias y pese a la subyugación de las comunidades negras, estas prevalecieron y las afronorteamericanas se encargaron de dar interdependencia al significado de la mujer negra marcando la diferencia. De igual forma, cuestionan la subordinación económica y política, principalmente en espacio del “trabajo doméstico” entre las ideologías de la feminidad y la condición de su experiencia desvalorizada, generando la creación de una posición de afuera/desde adentro esencial para la producción de un activismo en rescate de sí mismas y su valorización social. 

Rescatando la tradición intelectual feminista negra. 

El rescate de la tradición intelectual feminista negro parte del saber que ha sido sometido a la propia subordinación y a la reconceptualización de las dimensiones de la dialéctica de la opresión del activismo de las afronorteamericanas, el que es impulsado por las académicas feministas negras y la línea matrilineal de sus antecesoras partiendo de su silencio como parte de la realidad. 

Por otra parte, el rescate, trae consigo la reinterpretación de las producciones académicas conocidas y el uso de nuevos marcos teóricos con la integración de las variables raza, clase y género. Esto supone investigar sus expresiones en espacios alternativos y que incluso no son valorados como intelectuales por las mujeres, pero lo valioso es que surge cuestionar los conceptos de ser mujer e intelectual, lo que conlleva a resignificar la experiencia de las mujeres negras más allá de los discursos intelectuales reconocidos y su legitimidad. 

Objetivos del trabajo 

Collins plantea que el objetivo de su trabajo es describir, analizar y explicar el significado del pensamiento feminista negro y la promoción de su desarrollo. De lo que encontramos los siguientes objetivos específicos: (i) resumir lo que considera temas esenciales del pensamiento feminista negro dentro de su expresión histórica y contemporánea, por medio de citar a las pensadoras negras; (ii) visibilizar su trabajo y aporte teórico, y colocar en el centro del análisis un nuevo ángulo de los asuntos feministas y afronorteamericanos desde una óptica feminista afrocéntrica; (iii) explorar una selección de conceptos que han sido descuidados y que carecen de un análisis feminista integral, esto quiere decir que se incorporen las variables interseccionales de raza, clase y género, para colocar hincapié en el uso de sus propios análisis independientemente si tienen importancia para las mujeres negras y; (iv) diseñar un marco epistemológico para que se use tanto para evaluar el pensamiento negro actual, como para aclarar algunas nociones que derivan de este pensamiento.[1]

Definiendo el pensamiento feminista negro. 

El pensamiento feminista negro ha sido muy utilizado pero rara vez se ha definido, lo que deviene de la tensión que se compone de la diversidad y las contradicciones de sus significados. La diversidad se vincula a la cuestión de quién puede ser feminista negra, que también refleja la idea selecta de tener alguna conciencia feminista, desde las experiencias de ser mujer junto a las de opresión de raza- clase y género. 

Es posible encontrar detonaciones de tipo biológico y la idea de una herencia matrilineal negra, como una especie de conciencia y perspectiva de reconocimiento, presentándose la raza con un carácter fijo a diferencia de la expresión feminista que conlleva mayor variabilidad, situación que provoca que se vea a las feministas biológicamente determinadas, como las radicales que se basan en que solo las mujeres pueden ser feministas o como personas que implica pasar por una transformación política en teoría al alcance. Así la expresión feminista negra puede ser usada para describir a quien abrace estas ideas, pero no se reconoce en los trabajos de las intelectuales negras la separación de biología – ideologías, generando contradicciones, y las contradicciones de estas definiciones pueden provocar que se utilicen todas al mismo tiempo y esta ambigüedad puede producir otra tensión sobre el pensamiento feminista negro, que convoca a preguntarse sobre ¿qué es el feminismo negro?, puesto que cuando se llama a una persona "feminista negra" se entiende que sus ideas son parte del feminismo negro, careciendo del reconocimiento de las individualidades y las diferencias de las teóricas feministas negras. Por tanto la definición de feminista negro debiera evitar la variable materialista de la experiencia negra/mujer que determinan la conciencia negra y/o feministas, y la idealista que pretende evaluar los conceptos dejando al margen a los grupos que los generan. 

Las dimensiones de la postura de mujeres negras. 

Con lo expuesto, una forma de enfrentar las tensiones para definir el pensamiento feminista negro es ubicar la relación de las feministas negras, considerando tanto las experiencias como las ideas que comparten y las que promueven un enfoque particular desde lo personal con la comunidad y la sociedad. Para Collins el pensamiento feminista negro es “un saber especializado creado por mujeres afronorteamericanas, que pone en evidencia un planteamiento de mujeres negras, para mujeres negras”, entendiéndose que es un pensamiento que abarca las interpretaciones de la realidad de las mujeres negras, que son hechas por quienes la viven. De las que se pueden encontrar cinco dimensiones claves sobre la ubicación de las mujeres negras. 

a) Los temas medulares de la postura de mujeres negras. 

El hecho de vivir en un cuerpo sexuado en femenino y de raza negra trae consigo compartir la experiencia de denigración, que menoscaba a las mujeres de la ascendencia africana y que vincula una posición en común. En la herencia de la lucha ante vulnerabilidades de violencia en los diferentes espacios, se cruza el racismo y el sexismo, y se encuentra una forma de rescatar la postura intelectual feminista negra. 

Asimismo entre otros factores claves que se pueden reconocer en la experiencia son: la orientación sexual, la etnicidad, la región del país, la urbanización y la edad, que en su conjunto conforman la diversidad entre las afronorteamericanas y donde encontramos no solo una postura de una mujer negra, sino que la postura de las mujeres negras. 

b) La interdependencia de experiencia y conciencia. 

La importancia de la interdependencia de las diferencias entre las afronorteamericanas es la que deviene de su propia experiencia y que puede generar conciencia feminista partiendo de la diferencia y su contexto para movilizar articulación grupal o no, lo que se vincula a lo que se hace y a lo que se piensa. 

c) La conciencia y la lucha por una postura auto definida. 

Las experiencias afronorteamericanas pueden representar una visión única de grupo y el acto de auto definirse en conciencia feminista negra, puede pasa a ser una problemática, ya que su pensamiento enfrenta a los grupos sociales dominantes, que se ven amenazados a expresiones diferentes de su ámbito ideológico. 

Han existido diversos tipos de conciencia dentro del grupo y para su supervivencia deben generar una postura articulada, autodefinida y colectiva, dentro de una conciencia afrocéntrica y feminista, que no solamente identifica una noción de la raza en un sentido biológico, sino que va más allá al proponer a la negritud y el afrocentrismo como un sistema de creencias propio, que ha sido sometido bajo el aparato de dominación de la gente blanca y los hombres. 

Respecto al ser feminista surge la preocupación de su significado, puesto que el ser mujer no es sinónimo de ser feminista, se requiere de una lucha constante y consciente del sistema opresor patriarcal y si hay más mujeres feministas, es por la convivencia negativa que ha implicado la construcción al género con una base biológica. Consecuentemente, la lucha del feminismo como ideología implica una transformación de la realidad y con mujeres diferentes, y es aquí que se interpela a variables como la raza y la etnia que aunque compartan experiencias comunes, no son construidas de la misma forma y tienen que autodefinirse desde una conciencia feminista afrocéntrica. 

d) La interdependencia de pensamiento y acción. 

Las experiencias frente la opresión desde la conciencia y la postura de autodefinirse por medio del pensamiento conlleva necesariamente la acción de la resistencia ante la forma en que se vive para su transformación, siendo esta idea la base de una conciencia feminista afrocéntrica autodefinida, que sostiene una interdependencia del pensamiento y de la acción como parte de un proceso. Esta posición ha implicado divisiones entre teóricas y activistas, pero la mayoría de los trabajos realizados por las intelectuales negras reconoce esta fusión. 

e) Rearticulando el punto de vista de mujeres negras. 

La existencia de una posición feminista afrocéntrica no implica que todas las afronorteamericanas valoren su contenido e importancia, por lo que las intelectuales negras han tenido que desarrollar su trabajo en terreno con la comunidad, vinculando las preguntas adecuadas e investigar todas las dimensiones de las mujeres negras con ellas y para ellas en la generación de los contornos del pensamiento feminista negro. Así se presentan dos tipos de saberes interdependientes (i) el conocimiento común y corriente que da por sentado como conocimiento inicial, que parte de nuestros actos y pensamientos cotidianos, y que es compartido por las afronorteamericanas; y (ii) el conocimiento especializado del pensamiento feminista negro, que es el que sea ha estado trabajando en este texto.

El pensamiento feminista negro tradicionalmente surge como una forma alternativa de la academia para producir saber especializado y se instala en los estudios formales en escuelas/universidades en la década de los ochentas. Los estudios se focalizan paralelamente en la historia de mujeres negras, lo que implicaba documentar influencias sociales de carácter estructutral que afectan la conciencia de las mujeres y la crítica literaria feminista negra que exploraba las autodefiniciones a través de la libertad del arte. 

Estos espacios intelectuales corrían el peligro del aislamiento de los tipos de experiencias de conciencia feminista afrocéntrica desde otras mujeres negras y la comunidad, como también la separación del pensamiento de la acción por la formación, que conllevaba la formación académica, pero con todo el pensamiento feminista afrocéntrico contemporáneo es la fuerza creativa que se sienta en la historia y la literatura. 

El potencial del pensamiento feminista negro como saber especializado va más allá de producir teoría, debido a que busca crear una identidad colectiva sobre las dimensiones que surgen de las mujeres negras y que difieren del grupo dominante con la toma de conciencia usando el saber cotidiano existente, para reaticularla teóricamente en resistencia y en una posición feminista negra que pueda ser significativa en las luchas de las afronorteamericanas contra la opresión. 

Una definición ampliada del pensamiento feminista negro conlleva una dimensión de la relación entre pensamiento cotidiano y pensamiento especializado, y la importancia de la rearticulación, entendiéndose como el pensamiento que consiste en “teorías o un pensamiento especializado producidos por intelectuales afronorteamericanas, elaborados para expresar un punto de vista de mujeres negras”, considerando “los temas medulares característicos, la diversidad de experiencias de las mujeres negras en el encuentro con esos temas medulares, las variadas expresiones de conciencia feminista afrocéntrica de las mujeres negras en relación con esos temas, sus experiencias con ellos y la interdependencia de sus experiencias, conciencia y acciones” y buscar nuevos significados a las experiencias y pensamientos cotidianos de las mujeres negras, como rearticulando la interdependencia de sus experiencias-conciencia. No obstante, este modelo negro ha generado críticas por su dependencia biológica de negras y mujeres. 

¿Quién puede ser feminista negra?: la centralidad de las intelectuales negras en la producción del pensamiento feminista negro. 

Por una parte, para poder responder la pregunta planteada, es importante solucionar la tensión que conlleva determinar la centralidad de las intelectuales negras como encargadas del quehacer del pensamiento feminista negro, y por otra, conlleva examinar la relevancia de las coaliciones con hombres negros, mujeres blancas, gente de color y otros grupos con perspectivas diferenciadas, que han sido parte de la promoción de una postura feminista afrocéntrica y autodefinida. 

Las experiencias concretas de las mujeres negras como miembros de grupos específicos de raza, clase y género, tienen su propia significancia y por tanto, no son neutrales. La importancia de estas experiencias son (i) las afronorteamericanas ofrecen una perspectiva única de la feminidad negra, que solo son reconocidas en este grupo de mujeres, y tienen mayor probabilidad de tener una visión crítica como grupo oprimido y poder definir su propia realidad; (ii) las intelectuales negras representan un liderazgo único para el "empoderamiento" y la resistencia de las mujeres negras dentro del movimiento feminista, en este aspecto se menciona a Sheila Radford-Hill que plantea que se deben “hace notar estas conexiones entre autodefinición, "empoderamiento" y emprender acciones en beneficio propio, por el desafío que tienen ante la opresión de raza, género y clase. Por ello, el proceso de la autodefinición individual o en grupo juega un rol esencial para su propia autonomía y determinación de la conciencia feminista que se encuentra en constante cambio ante pensamiento y acción y; (iii) las intelectuales negras están a cargo de la producción del pensamiento feminista negro, porque sólo ellas pueden crear la autonomía de grupo y autodefinirse, para originar una sólida fuerza basada en la experiencia y que sea efectiva en el cambio social, considerando que en su accionar no se vuelva separatista y excluyente, sino que se ubiquen las experiencias propias en el centro e incluso contar con la colaboración de otros grupos autónomos, para lo cual deben generar diálogos entre intelectuales negras y dentro de la comunidad afronorteamericana de forma más amplia, colocando temas en comunes desde el interés de las mujeres negras y abriendo el diálogo desde afuera hacia adentro, como una necesidad de ambas partes. 

De esta manera pueden explorar las relaciones subordinación y dominación para crear nuevas verdades de diálogo y coalición, ya que el principal compromiso es con la solidaridad humana y una lucha que debe ser consciente con los estereotipos de dominación en la reorganización de la sociedad. Por lo que ante la pregunta sobre ¿qué es el feminismo negro? según las ideas de Anna Julia Cooper, Pauli Murray, bell hooks, Alice Walker, Fannie Lou Hamer y otras intelectuales negras, que definen implícitamente en sus obras, el feminismo negro es “como un proceso de lucha consciente que da poder a las mujeres y a los hombres para actualizar una visión humanista de la comunidad”

Por Daniela Andrade Zubia
La Ciudad de las Diosas

[1]Cabe señalar que la autora se plantea que usará el mismo marco epistemológico para la significacia que tiene la preparación de este trabajo.