mayo 23, 2020

¿Qué pasa después de la pandemia? Doce pensadoras y pensadores hablan de cómo proyectan lo que viene



Sin intenciones de predecir un futuro incierto, se ha vuelto inevitable –especialmente en estos días en los que varios países han levantado sus cuarentenas obligatorias y con precauciones han intentado retomar una vida “normal”– pensar que en algún momento vamos a volver a enfrentar el mundo exterior. Y que ese mundo no va ser el mismo que conocimos hasta ahora.

Si bien la prioridad urgente es velar por la salud de las personas, es difícil no pensar en lo que viene después. Esta situación tiene la capacidad de poner en tela de juicio el sistema económico social imperante en un mundo globalizado, en el que lo que afecta a un país tiene repercusiones en otros y es, para algunos, una oportunidad de repensar la tendencia individualista y dar paso a un escenario más colaborativo.

El coronavirus nos ha confinado y a la vez ha expuesto a nuestras vulnerabilidades. No tenemos cómo saber qué va pasar, pero aquí doce especialistas y pensadores de distintas áreas responden a qué desafíos nos enfrentaremos como sociedad en un futuro post esta pandemia.

Sociedad. El gesto rotundo de la dignidad

“Después de la peste no sé si veremos la muerte del capitalismo, a quien el virus le daría el disparo de gracia, como afirma el filósofo Slavoj Žižek. O, en Chile, el fin del modelo neoliberal y la instalación de un Estado robusto que garantice salud, pensiones y educación. Lo que sí sé, es que nada es inmediato y que al igual que los peces de un acuario en Australia que se volvieron letárgicos y dejaron de comer por la ausencia de interacción humana durante la pandemia, cuando esto termine y salgamos de ese letargo nos buscaremos nuevamente para reagruparnos como cardúmenes, para retomar los sueños interrumpidos por el virus, para sentirnos otra vez como cuerpo social. Un cuerpo humillado y ofendido por el hambre, el desempleo y la enfermedad, pero que fue capaz de clavar en el corazón de esta metrópoli, ahora cercada y castigada por la pandemia, el gesto rotundo de la dignidad”.

Faride Zerán. Académica de la Universidad de Chile y Premio Nacional de Periodismo

Género. Corresponsabilidad como norma

“La pandemia ha sacado de su invisibilidad y menosprecio al trabajo doméstico y de cuidado, realizado en un 90% por mujeres a lo largo de la historia. Ha quedado en evidencia su enorme importancia y el gran esfuerzo y energía que requiere. Espero que tras la pandemia esto no se olvide nunca más, y que la corresponsabilidad entre hombres y mujeres se haga la norma”.

Paula Escobar Chavarría. Columnista de La Tercera y Directora Cátedra Mujeres y Medios de la Universidad Diego Portales.

Amor. Valorar las relaciones

“Creo que este tiempo nos ha permitido reflexionar y darnos cuenta respecto a la fragilidad de la vida. A su vez nos ha hecho dimensionar y poner en orden qué aspectos de nuestras vidas son importantes, entre ellas las relaciones. Hemos podido identificar qué tipo de relaciones nos hacen bien y cómo valorar aquellas que nos hacen bien. En ese sentido, es probable que cuando volvamos a algún tipo de normalidad veamos con otros ojos las relaciones que tenemos y las disfrutemos más”.

Daniela Werner. Psicóloga y terapeuta de parejas.

Sociedad y relaciones. La urgencia por confiar

“En cosa de semanas internalizamos un nuevo imperativo categórico: cuídate de tal modo que en ese autocuidado se juegue tu cuidado por los demás. Nos aislamos pensando en nosotros, pero también en la ciudad, el país, el mundo y la especie.

Salimos a la calle y los cuerpos de los demás nos resultan semejantes a los nuestros en la precaución de distancia recíproca. Pero también son el objeto de nuestro miedo o nuestra desconfianza. Basta que otro tosa, nos roce o desencaje su mascarilla, para que su semejanza se transfigure en amenaza. Las catástrofes producen algunos hábitos y formas de mirar que luego se perpetúan, por más que sean disfuncionales cuando la catástrofe ya pasó. Si perdemos la confianza en los demás, ¿bastará superar la pandemia para recuperarla?

Quiero pensar que la post pandemia refutará este mal augurio. Y que será exactamente al revés. No sólo la confianza en la proximidad de los cuerpos sobrevivirá, incólume, a esta hibernación puertas adentro; sino que saldremos de esto con urgencia por confiar, también, en muchos otros sentidos que habíamos perdido. Y que la relación íntima entre autocuidado y cuidado de los demás se afinque ya no como medida epidemiológica, sino como la manera de vincularnos. Tal vez quede enraizada en nuestra subjetividad la ecuación, y podamos formularla al derecho y al revés: “cuida de tal modo a los demás, que en ese cuidado se juegue el cuidado de ti mismo”.

Martín Hopenhayn. Filósofo, académico y ensayista.

Sociedad. La relación con la muerte

En el futuro que viene va a ser muy distinto pensar en el futuro. Nos habíamos acostumbrado a pensar que era un asunto de las películas, algo que tenía que ver con autos voladores, rebeliones de robots y atuendos cyberpunk, pero el futuro ahora se va a tratar de nosotros, de nuestros cuerpos y los que perdimos. La película, o la serie, ahora somos y seguiremos siendo nosotros, los del 2020 y los años que vienen.

Después de esto, de alguna manera, todos y todas vamos a haber ido al mismo funeral. Eso cambia la relación con la muerte, por lo tanto, la relación con los otros y con uno mismo. Llevamos muchas décadas sintiendo que la muerte es un evento privado, íntimo, que pertenece a las familias, como mucho a los gremios. En lo que viene todos vamos a cargar con un mismo muerto y vamos a tener que compartir ritos y un mismo gran duelo para poder habitar ese futuro que ya empezó.

Pablo Paredes. Poeta, dramaturgo y guionista.

Sociedad. Una literatura maravillosa


“Vislumbro un futuro deslumbrante post Covid-19: novelas contagiosas que destruirán nuestro sistema nervioso; poesía apestada y maloliente, excelente para la salud; ensayos de estupidez infinita que promoverán el aburrimiento ilimitado o el internamiento forzoso en clínicas psiquiátricas; en fin, una literatura maravillosa, que superará todo lo conocido. Sin embargo, nada logrará evitar una pandemia universal, de carácter venérea, que nos hará dichosos de aquí a la eternidad. En cuanto a convivencias, desafíos o la manera de relacionarnos, a juzgar por lo que se ve, nunca más podremos tocarnos, saludarnos, mirarnos. En suma, felicidad universal”.

Camilo Marks. Abogado de Derechos Humanos, académico, escritor y crítico literario.

Género. Distribuir la carga doméstica

“En un futuro post pandemia es difícil visualizar qué va a pasar con las mujeres. Estamos en un punto de inflexión en el que podemos o retroceder muchas décadas o bien conquistar algo fundamental que está a la base de todas las teorías feministas: la división sexual del trabajo. Como mujeres, hemos sostenido a través del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado la reproducción de la vida. Pero adicionalmente muchas han tenido que hacerlo desde las posiciones más precarias, porque ganan menos, porque se desempeñan en trabajos informales y porque son jefas de hogar. Esta pandemia ha puesto en evidencia la importancia de ese trabajo que no ha sido ni reconocido ni valorado. Es a partir de ese mismo trabajo que se articulan las desigualdades que van a acompañar a las mujeres en toda su trayectoria. La pregunta es si se traducirá en otras formas de distribuir la carga en la sociedad y no sólo al interior de los hogares”.

Lorena Fries. Abogada de Derechos Humanos y presidenta de Corporación Humanas.

Sociedad. El triunfo de la tecnología

"Decía hace unos días que el confinamiento es como viajar en una nave espacial. Nos comunicamos con una Tierra que no sabemos ya si existe y, en cualquier caso, cuando aterricemos y se abran las puertas, saldremos a un planeta desconocido. Lo peor que puede ocurrirnos será precisamente reconocerlo. Es al mismo tiempo lo más probable. Nos resultará familiar, también, porque estamos deseando reconocerlo. Lo reconoceremos, sin embargo, desde ese nuevo sujeto que se ha ido asentando en nuestras vidas durante estos meses: un sujeto más dependiente de las nuevas tecnologías, que ha interiorizado el temor al cuerpo del otro como saludable y protector, que ha sentido temblar el aire a su alrededor, hasta hace poco seguro y estable.

Saldremos a un planeta con más desigualdades, más atemorizado, más escéptico y, al mismo tiempo, más tentado por la credulidad más indiscriminada. Y, lo peor, un mundo en el que la biotecnología se habrá impuesto como el verdadero poder de control e intervención, tanto a nivel económico como político y social. Las grandes empresas digitales, que ya estaban extendiendo sus tentáculos, son las grandes triunfadoras de la crisis y es más que probable que la distopía tecnológica en la que estábamos sumergidos se convierta en la “nueva normalidad”. La humanidad, ya dividida en dos, verá aumentar la fractura entre los que viven sin cuerpo -parasitados por teletrabajos y teleafectos- y los que exponen el cuerpo para garantizar la reproducción material del mundo. Esto es lo que podemos anticipar desde el interior de la nave espacial. Pero nada es seguro, ni siquiera lo más lógico”.

Santiago Alba Rico. Escritor, ensayista y filósofo español.

Género. Desequilibrio de poder en lo doméstico

“Suponiendo que el futuro es cuando se encuentre vacuna y se levanten cuarentenas: Especialistas descubren que tras dos años de cuarentenas más o menos severas en diversos países, los aportes intelectuales de las mujeres se redujeron a la mitad. La tendencia al alza que había comenzado tras la ola feminista de la primera década del siglo XXI se borró de un plumazo, dejando al descubierto el desequilibrio de poder y trabajo en el ámbito doméstico. Con los niños sin ir a la escuela, un importante número de mujeres acrecentó las horas dedicadas a las labores de cuidado y limpieza, además de asumir la enseñanza de sus propios hijos. A este lamentable saldo se suma el incremento de la violencia doméstica y los femicidios a nivel mundial”.

Alejandra Matus. Periodista, investigadora y escritora.

Trabajo. Entrar en la ola de tecnología

“La crisis que estamos viviendo es una que va tener una recuperación lenta y un efecto importante en el empleo. Pero más que eso, lo que nos va mostrar esta crisis es que probablemente las empresas que van a salir más beneficiadas son aquellas que han incorporado mejor el uso de tecnologías de la información. Es probable que saliendo de esto se vea un aumento grande en el teletrabajo porque las organizaciones van a querer minimizar el riesgo en un futuro. En ese sentido, para que no existan brechas entre las empresas que están a la vanguardia y las que están retrasadas, va a haber que fomentar que las empresas pequeñas se suban a la ola de la tecnología. El capitalismo per se no se va a acabar, pero lo que puede ocurrir es que haya un capitalismo más consciente con rostro humano, que privilegie el valor compartido con la sociedad y no solo la maximización del valor bursátil de las empresas”.

Jorge Valverde. Economista de la Universidad de Chile, PhD de la Universidad de Maastricht y ex coordinador del Ministerio de Hacienda

Género. Sobrecarga del trabajo femenino

“La vida en cuarentena pone en evidencia la gran sobrecarga de trabajo femenino; y por eso me encantaría pensar que tras la pandemia tendremos sociedades con mayor corresponsabilidad en la crianza, cuidado de otras personas y tareas domésticas”.

Michelle Sadler. Antropologa de la Universidad de Chile y Magíster en Estudios de Género y Cultura.

Ciencia y tecnología. Lo que pasa en un lugar se propaga a otros

“Creo que se viene una época en la que los científicos vamos a tener que comunicarnos de manera virtual. En vez de tomar aviones para ir a congresos, vamos a estar todos unidos en una gran red. Los viajes en avión, además de ser contaminantes, facilitaron la propagación. También creo que esta pandemia nos ha despertado de un letargo en el que creíamos tener todo bajo control. Nos dimos cuenta de que no. De que tenemos que estar alerta y que estamos en un mundo globalizado en el que lo que afecta a una país, tiene consecuencias en otro. Vamos a vernos obligados a estar preparados estratégicamente en un futuro. Creo que después de esto el mundo debería invertir mucho menos en armas e invertir mucho más en salud”.

María Cecilia Hidalgo. Bioquímica y Premio Nacional de Ciencias Naturales.

Por Emiliana Pariente
Fuente: La Tercera