agosto 25, 2020

Uruguay Campaña Feminista: «Venimos a disputar el poder político»


Militantes y comunicadoras feministas pusieron en marcha la segunda edición de una iniciativa voluntaria que busca visibilizar e impulsar las candidaturas de mujeres políticas para las próximas elecciones departamentales.

La Campaña Feminista inició su segunda edición y cuenta con la colaboración de casi 100 comunicadoras activistas voluntarias y con más de 80 candidatas inscriptas. Este hecho le da pelea una vez más al argumento todavía recurrente, y muchas veces generalizado, de que «a las mujeres no les interesa la política».

«Nos interesa y mucho», afirma con convicción Victoria Verrastro, licenciada en Comunicación e integrante de esta Campaña Feminista. A su entender, la problemática que tienen las mujeres para acceder a espacios de representación y decisión tienen que ver con otros factores ajenos al desinterés o la falta de capacidad, que se esgrimen muy a menudo. «Si bien Uruguay es un ejemplo en materia de derechos, políticas públicas y de cuidados, las mujeres seguimos teniendo dificultades para desarrollar la vida política que surgen desde las mismas bases de la política y debido a cómo están conceptualizadas las organizaciones militantes. También a raíz de cómo está organizada la vida familiar y social, que va en detrimento del tiempo disponible que tienen las mujeres para militar».

Otros de los grandes problemas que enfrentan las mujeres durante su carrera política, señaló Verrastro, es la invisibilización y el financiamiento. «La invisibilización está presente en varias esferas de la vida, pero la política es uno de los espacios más duros a la hora de acceder a cargos de decisión. Muchas veces no cuentan con el apoyo de los propios partidos políticos y tampoco con financiación, una gran dificultad para que las mujeres puedan sustentar sus campañas».

Lo cierto es que si bien en los últimos años se experimentó un gran avance en lo que tiene que ver con el empoderamiento de las mujeres en los diferentes ámbitos de la vida, el poder político sigue siendo una conquista pendiente y los hechos lo demuestran. «De 171 candidaturas para las intendencias de todo el país, solo 27 son de mujeres», indica un informe publicado en La Diaria en febrero de este año.

El informe periodístico mencionado también señala que «de 2000 a 2020 la representatividad femenina en las candidaturas titulares a nivel departamental ha aumentado de 4,5% a 15,8%», cifra que continúa siendo escasa y representa un problema que se traslada a nivel nacional, ya que las instancias departamentales, explica la politóloga Verónica Pérez en el artículo, son consideradas la “puerta de entrada a los cargos nacionales” y esto explicaría «la escasa presencia de las mujeres, también, en los cargos de representación nacional: si hay poca representatividad femenina a nivel local, menos la habrá a nivel nacional».

Es en este contexto que surge la Campaña Feminista, como una forma de apoyar a las mujeres y disidencias que están transitando por la vereda política, que muchas veces puede sentirse como caminar en el agua, o peor aun, en arena movediza.

¿Qué es y qué aporta la Campaña Feminista?

Se trata de una iniciativa que busca dar soporte de comunicación y planeamiento estratégico a aquellas candidatas que no tienen un equipo de comunicación disponible y que, como requisito, estén comprometidas con un programa «democrático, progresista, diverso antirracista y feminista», así lo expresa el formulario de inscripción que deben llenar y cumplir quienes decidan ser parte de la Campaña Feminista.

El objetivo principal de este equipo de activistas es lograr visibilizar las candidaturas de mujeres y disidencias para que más personas puedan conocer quiénes son y, de esta forma, que puedan tener más oportunidades de ser elegidas. «Es una alianza entre comunicadoras que están dispuestas a volcar sus horas militantes y candidatas que desean recibir ese apoyo. La idea es lograr que más cantidad de feministas accedan al poder como representantes», agregó Verrastro.

La militante también explicó que esta iniciativa tiene su origen a partir de la articulación de un movimiento feminista más amplio que reúne diversos colectivos feministas del ámbito internacional, en muchos casos vinculados a la comunicación alternativa y la cultura. Es así que la Campaña Feminista está inspirada en la “Campanha de Mulher”, realizada en Brasil, en el año 2018, y que reunió a más de 100 candidatas progresistas con el objetivo de dar a conocer sus perfiles, así como sus propuestas políticas, trabajo que realizaron unas 200 comunicadoras.

«La oleada feminista mundial también nos llegó a las militantes de la comunicación de Uruguay, que veníamos trabajando hace muchos años en red con estos colectivos. En 2019, por la confluencia de las elecciones de Uruguay, Argentina y Bolivia decidimos juntarnos en el entendido de que era una gran oportunidad para poner a disposición nuestro tiempo militante para colaborar en que otras feministas lleguen a lugares de decisión».

Verrastro subrayó que el equipo que integra la Campaña Feminista se basa en principios de sororidad entre las mujeres, generando un sentimiento de hermandad, apoyo, reconocimiento y respeto, en el entendido de que a las mujeres las une la misma lucha: lograr la igualdad de género en todas sus dimensiones. Para cumplir con ese objetivo, entienden que es necesario disputar el poder político. «No somos ilusas sobre lo que implica la representatividad política y queremos disputar esos espacios, pero queremos hacerlo replanteando las lógicas patriarcales y no reproduciendo los patrones existentes».

Consultada sobre la importancia que tienen este tipo de iniciativas en los tiempos actuales, y dado el escenario político actual, la militante valoró que «el movimiento feminista es uno de los movimientos más proactivos respecto al freno de la oleada conservadora en el mundo. Las mujeres somos la mitad de la población y es muy fuerte observar la representatividad política que tenemos. Si nadie apuesta por las mujeres, si nadie hace campaña por ellas, nuestro colectivo lo va a hacer. No tenemos plata, pero sí tenemos fuerza de trabajo, formación y personas dispuestas a militar». Además, agregó que esta campaña ha sido útil para generar una red entre comunicadoras y políticas que colabora en el fortalecimiento de los vínculos con el movimiento feminista.

Con respecto a la dinámica de trabajo de este equipo de militantes, Viviana García, otra de las integrantes de Campaña Feminista, contó que la idea es darle un seguimiento a las agendas de las candidatas que están inscriptas al proyecto. Para ello, la idea es dividir el trabajo por áreas ya que es necesario cubrir varias, como fotografía, audiovisual, redes sociales, así como prensa y comunicación. «Es un equipo que viene con mucha fuerza y ganas, en el cual participan muchas mujeres en el entorno de los 20 años, lo que demuestra que también hay un interés de las generaciones más jóvenes en participar de estos procesos».
El trabajo está siendo ejecutado desde la plataforma de Mediared, colectivo de comunicación alternativa que impulsó la Campaña Feminista en Uruguay en 2019 y cuenta con un equipo coordinador que surgió a partir del trabajo conjunto en las últimas elecciones nacionales.

García hizo referencia a la Campaña Feminista de 2019, a la cual calificó como un «éxito y un gran aprendizaje». Aseguró que se creció mucho, no solo en relación al número de personas que se sumaron, sino en conocimiento y reflexión. A su entender, si bien la experiencia anterior tuvo buenas repercusiones, «a las mujeres no les fue bien en las urnas» y eso propició otro tipo de discusiones. «¿Por qué nos cuesta tanto a las mujeres acceder a ciertos espacios de poder? ¿Qué cosas suceden en esos lugares masculinizados y qué tipo de prácticas machistas persisten?», se preguntó. «Creo que son discusiones que se tienen que dar y que los partidos políticos no están generando instancias de intercambio en las que podamos juntarnos a pensar de qué forma queremos generar cambios en esos espacios». Nos está costando mucho acceder y no hay que abandonar. Hay algo que solo vamos a poder modificar con nuestra presencia».

Carrera de obstáculos

Para Verrastro, el resultado de las elecciones nacionales, en relación a la baja votación que obtuvieron las mujeres candidatas, es algo que también debería cuestionarse el feminismo de izquierda. «Nos tiene que hacer reflexionar porque la oleada conservadora también se refleja en las internas y seguimos reproduciendo ese modelo tradicional de no aceptar liderazgos de mujeres y, de esta forma, boicotearlas». «Los acuerdos del Frente Amplio, de candidaturas únicas, a las mujeres nos perjudican porque si existen candidaturas únicas, es probable que sean ocupadas por un varón».

Sobre este tema, Caras y Caretas también dialogó con algunas de las candidatas inscriptas en la Campaña Feminista, quienes contaron, desde su experiencia, cuáles son los principales obstáculos que enfrentan día a día en su carrera política. Para Sonia Acosta, candidata a alcaldesa suplente por Montevideo, los partidos políticos no son ajenos al problema de la desigualdad de género que existe en otros espacios de relacionamiento social. «Al ser a su vez espacios de disputa de poder, son ámbitos muy masculinizados y eso dificulta la participación de las mujeres, que deben a su vez negociar con la vida cotidiana y personal que muchas veces está sobrecargada de tareas impuestas socialmente, como los cuidados de niñas y niños, así como de las personas adultas mayores». Otro problema que visualizó Acosta es que las mujeres deben enfrentar violencias simbólicas naturalizadas por años de construcción machista.

Asimismo, la candidata cuestionó que la forma en que está diseñadas las instancias electorales también perjudican a las mujeres. «La política debería ser algo más que pelear por cargos, y esta es la principal lucha que tenemos dentro del FA: rescatar el valor de la política. Pero la carrera electoral exige definir listas y programas, proponer determinadas personas a ciertos lugares o señalar quién sintetiza mejor, dada la coyuntura, el proyecto político. Si no logramos ver las desigualdades. corremos riesgo de no actuar con justicia y ser incoherentes con el discurso».

Para Soledad Mazzarano,candidata a intendenta por el departamento de Salto, la Campaña feminista es una iniciativa “grata y necesaria”. A su entender, es esperanzador que “en tiempos de avance conservador existan compañeras feministas organizadas, dispuestas a prestar su trabajo, su tiempo y conocimientos para hacer conocer a otras compañeras y sus candidaturas a diferentes espacios de decisión, de acceso a través del voto popular».

Como tantas otras mujeres políticas,Mazzarano también ha sentido en el propio cuerpo el peso de un patriarcado “que nos atraviesa culturalmente” y del que “ ninguna organización de nuestras sociedades escapa”. A su entender, uno de los desafíos de todo el sistema político es generar conciencia de que “el rol de la mujer en política, en un marco de igualdad, debe ser tan protagónico como el del varón, no relegada a un espacio de complemento del líder varón. Fue enfática al decir que a pesar de que en el ámbito político existe un machismo naturalizado, y que algunas prácticas “nos desaniman, nos angustian, nos interpelan y nos preocupan, se impone ante todas esas emociones, la motivación de generar un cambio. Para reforzar esa idea, citó a la autora Ursula Le Guin quien expresó que «cualquier poder humano puede ser resistido y alterado por los seres humanos”.

Por su parte, Sonia Misirian, candidata a alcaldesa en Canelones, contó que su candidatura fue impulsada por vecinas, vecinos y organizaciones sociales, como el Encuentro de Feministas de la Costa, quienes juntaron firmas para que pudiera postularse. «Mi candidatura no surgió de ningún apoyo político, eso apareció después». También opinó que existen factores estructurales y sociales que obstaculizan la carrera política de las mujeres. «Los cargos de poder son tradicionalmente asignados a los hombres porque el sistema está organizado de forma patriarcal. Por ejemplo, las reuniones políticas se realizan en horarios en los que la mujer se está haciendo cargo de otras tareas, también asignadas socialmente, como la crianza de hijas e hijos o las tareas del hogar». «Actualmente, a las mujeres se las coloca ‘de relleno’ en algún lugar que queda libre, pero no se las elige desde una perspectiva de género».

Ante todo este escenario, la Campaña Feminista deja muy claro cuál es su plan de acción: «Queremos hackear las estructuras de poder». También tiene claro cuál es la forma: mediante la política feminista, transfeminista, anticapitalista, decolonial y antirracista. «Sabemos que el poder tiene el sello patriarcal de la masculinidad hegemónica occidental colonial: las leyes de paridad no garantizan ni la participación de las mujeres y de las mujeres trans, ni la presencia de feministas ni la transformación real del poder. Este problema es político: no solo refiere a un indicador cuantitativo, sino también a la posibilidad de permanencia en los cargos, la que está en juego para que haya condiciones reales de libertad e igualdad. Pese a que Uruguay cuenta con leyes de cuotas-cupo, son los hombres quienes siguen liderando y estando en la mayoría de las listas. Y en el caso de lesbianas, travestis o trans, su presencia es casi nula».

Fuente: Caras&Caretas