
En su más reciente informe presentado ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, la Relatora Especial sobre la violencia contra las mujeres y niñas, Reem Alsalem, denunció una creciente ola de nuevas y complejas formas de violencia sexista que afectan desproporcionadamente a mujeres y niñas en todo el mundo. El documento subraya que estos ataques, a menudo invisibilizados o normalizados, se intensifican por la erosión del reconocimiento legal y social del sexo biológico femenino.
El informe destaca que formas históricas de violencia —como los feminicidios, la mutilación genital, y la explotación sexual— persisten en niveles epidémicos. Sin embargo, se suman hoy manifestaciones emergentes, como la eliminación de datos desagregados por sexo, la supresión de espacios exclusivos para mujeres, y el uso de tecnologías digitales para perpetrar abusos sexuales, especialmente mediante inteligencia artificial generativa.
Una de las advertencias más contundentes del documento es la tendencia global a sustituir el término “sexo” por “género” en leyes y políticas públicas, lo que, según Alsalem, debilita las herramientas legales diseñadas para proteger a las mujeres como grupo biológicamente determinado. “No podemos proteger lo que no se define”, remarca el informe, que llama a restituir el uso de categorías basadas en el sexo para reconocer la violencia específica que viven mujeres y niñas.
También se evidencian formas extremas de violencia reproductiva con efectos genocidas, como el uso sistemático del hambre, las restricciones al acceso a la salud materna y los ataques a hospitales en zonas de conflicto como Gaza, Myanmar y Sudán. Estas prácticas, alerta Alsalem, pueden constituir crímenes de genocidio bajo el derecho internacional.
La ONU pide a los Estados adoptar medidas urgentes para revertir estas tendencias: entre ellas, garantizar la protección de espacios exclusivos para mujeres, recolectar datos precisos por sexo, y tipificar delitos como el feminicidio y la violencia digital. Asimismo, reclama la defensa de la libertad de expresión de quienes denuncian estas violencias, muchas veces silenciadas o perseguidas.
Este informe marca un hito en la defensa internacional de los derechos de las mujeres, al colocar el foco en el sexo biológico como eje central para comprender y erradicar las formas más profundas y estructurales de discriminación y violencia.
Fuente: DF Diario Feminista