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Christine Blasey Ford, la profesora de psicología que acusó al entonces candidato a la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos, Brett Kavanaugh, de haber intentado de violarla, sigue viviendo bajo amenazas.
Mientras que Kavanaugh negó las acusaciones y finalmente fue elegido como juez por parte del Senado con la mayoría de los votos republicanos, la profesora sigue viviendo bajo amenazas. Eso lo confirmaron sus abogadas y abogados, Debra Katz, Lisa Banks and Michael Bromwich, en entrevista con la radio estadounidense NPR.
Dijeron que ella todavía está luchando para volver a su vida normal. Pero, bajo amenazas hasta de muerte, como Ford misma contó en la audiencia pública del comité judicial del Senado, el 27 de septiembre 2018, fue obligada a cambiar su casa cuatro veces.
El alojamiento y la contratación de servicios privados de seguridad que protegen a Ford, su esposo y sus dos hijos, han llevado a costos tan elevados que amigas y amigos lanzaron una campaña para recaudar fondos en internet. Hasta ahora, las donaciones suman 800 mil dólares, en dos campañas, según NPR.
En un mensaje para la campaña, Ford escribió “todavía creo que fue mi obligación cívica dar mi testimonio, pero esto es la cosa más dura que he tenido que hacer en mi vida, hasta peor de lo que pensaba. No solamente para mí, sino también para mi familia.”
Relató que los movimientos de los integrantes de su familia son “limitados”, aún con escoltas, y que siguen recibiendo amenazas. Pero gracias a las donaciones, sus hijos podrían seguir yendo a la escuela.
El testimonio de Ford generó muchas polémicas entre corrientes liberales y conservadoras en Estados Unidos, especialmente por la cercanía a las elecciones del pasado 6 de noviembre.
Kavanaugh, el conservador y antiaborto, era el candidato de los republicanos para la Corte Suprema de Justicia. Un puesto que se otorga por vida y puede influir las políticas públicas del país a través de décadas con sus fallos.
Ford relató que Kavanaugh intentó violarla, ebrio, y en presencia de un amigo, en una fiesta estudiantil, cuando ella tenía 15 años, a inicios de los años 80. La joven logró escaparse y encerrarse en el baño hasta que se fueron. Kavanaugh negó la acusación y dijo que no se acordaba.
Dos otras mujeres también dieron su testimonio de manera pública y dijeron que el juez las había acosado en la preparatoria y la universidad, pero no fueron escuchadas ante el comité judicial. Algunos hombres principalmente, criticaron que las mujeres no hubieran dado a conocer las agresiones durante décadas, por lo que consideraron que ellas seguían una agenda política al hacer las acusaciones contra Kavanaugh.
El y las abogadas de Ford, dijeron en entrevista con NPR que ella no quería lucrar con la situación y que no planeaba publicar un libro. Únicamente se concentraría en volver a la normalidad sin embargo hasta ahora, no le ha sido posible retomar su trabajo como profesora de psicología en la Universidad de Palo Alto, California.
Por Sonia Gerth
Fuente: Cimacnoticias