Asma Khader, palestina de origen jordano, es abogada de formación y una activista feminista cuyo trabajo a lo largo de más de 40 años se ha centrado siempre en la defensa y el desarrollo de leyes que garanticen la protección y la defensa legal contra las violaciones de los derechos humanos y amplíen el reconocimiento de los mismos en mujeres, niños y niñas, especialmente, dentro de la cultura árabe e islámica.
En su trayectoria se contabilizan numerosos hitos como, por ejemplo, haber sido fundadora y actual directora ejecutiva de Solidarity is Global Institute/Jordan (SIGI/J) que, entre otras áreas, trabaja en la erradicación de la violencia y la discriminación de la mujer. A. Khader también ha dado apoyo e impulsado la creación de numerosas ONG jordanas y árabes y, a nivel nacional, fue Ministra de Cultura (2003-2005) y desempeñó los cargos de Ministra de Estado y portavoz oficial del Gobierno jordano (2013), Secretaria General de la Comisión Nacional de Jordania para la Mujeres (2007-2014) y Comisionada de la Comisión Electoral Independiente (2014-2016).
Su implicación contra problemáticas como los crímenes de honor, una práctica que aún se recoge en el Código Penal de Jordania, o la abolición en 2017 de las leyes que en varios países obligan a las niñas a casarse con sus violadores, han sido de crucial ayuda en el avance hacia su erradicación. En el simposio coorganizado por Women’s Learning Partnership y Social Research Journal de la New School for Social Research que se celebró durante la reunión anual en 2010 de la Comisión de la ONU sobre el Estado de las Mujeres para discutir estrategias para el movimiento mundial de las mujeres con vistas a 2020, A. K. destacó la importancia de crear redes de colaboración internacional para vencer las resistencias que existen por parte de ciertos sectores y que perpetúan la violencia, animando a las mujeres del mundo árabe a que, desde la diversidad de estilos de vida y opciones de cada cual, reivindiquen e implementen acciones dirigidas tanto al desarrollo de procesos de paz en el ámbito de lo público, como a la progresiva substitución de las relaciones de poder en la vida privada por valores como el del amor, el respeto y los derechos humanos. La activista defendió la importancia de la promoción y el apoyo a la implicación de las mujeres en la democracia y que su voz se escuche de cara a que las transformaciones y cambios sociales que se van dando en el país sean sostenibles en el tiempo y representen a todas las personas y colectivos.
Siguiendo con sus contribuciones, su participación dentro de los tribunales de Jordania fue clave para que se aplicaran penas de cárcel más largas para hombres acusados de abusar de mujeres, niñas y/o niños. Otro de los aspectos que A. Khader mencionaba, en aquel simposio de la ONU, es la importancia de generar mecanismos que protejan a las víctimas de violación y eviten revictimizarlas y de que los hombres se sientan parte de la lucha contra la violencia de género.
En 1995, la activista fue elegida miembro de la Corte Árabe Permanente de Violencia contra la Mujer y fue juez en las audiencias públicas de la corte en el Líbano en 1997. Además es autora de libros como Preguntas y respuestas sobre los derechos de las mujeres en la ley jordana (1996) y Ley y el futuro de las mujeres palestinas (1998).
Más allá de su especialidad en el ámbito legislativo, su preocupación por el reconocimiento de los derechos de las mujeres y la infancia y por la eliminación de la violencia de género la ha llevado a ser una pieza fundamental en la creación y desarrollo de un programa de alfabetización y asistencia legal para mujeres, niños y niñas jordanas, así como del Parlamento de Niñas y Niños de Jordania, entre otros.
En 1990 la jurista recibió un Premio de Honor por parte de Human Rights Watch; un año más tarde Jordania le otorgó la Medalla de la Independencia de Jordania, y en 2003 recibió el Premio de Erradicación de la Pobreza el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en los estados árabes. En este sentido A. Khader fue fundadora y reportera de la Red Nacional para el Alivio de la Pobreza, subvencionada por la Iniciativa de Estrategia de Pobreza del PNUD y la Asociación de Desarrollo de las Familias, que estableció en octubre del 2000.
Actualmente, la directora ejecutiva de SIGI/J sigue trabajando para que el gobierno jordano apoye la reorientación de las iniciativas empresariales y el empoderamiento económico de las mujeres, a quienes afectará en mayor medida la crisis provocada por la pandemia del COVID-19. Una trayectoria que destaca por la lucha continua, sin tregua de la defensa de las mujeres, niñas y niños y su derecho a una vida justa, igualitaria y libre de violencia.
Por Susana Gómez
Fuente: Diario Feminista