Participación política de las mujeres a la zaga en India
Celebraciones fuera de la casa de la dirigente Mamata Banerjee.
Crédito: Avishek Mitra/IPS.
Cuando en India aún resuenan los efectos de las elecciones nacionales, activistas y académicos pasan a preguntarse si la crónica inseguridad que padece la población femenina y la apatía de los dirigentes políticos para afrontarla, podrían revertirse con más mujeres en el parlamento.
Desde la violación colectiva de una joven en Nueva Delhi hace dos años hasta la violación y linchamiento de dos primas adolescentes en el norteño estado de Uttar Pradesh, la violencia de género ocupa la primera plana de la prensa local.
En una lista de prioridades del gobierno que comenzó su andadura el 1 de junio, se incluyó el compromiso de garantizar una representación femenina de 33 por ciento en el parlamento, así como en las asambleas estaduales.
La aprobación del proyecto de ley de Reserva para las Mujeres, que establece una cuota de un tercio de los asientos de la Lok Sabha (cámara baja) y de todas las asambleas legislativas, podría convertirse en un fuerte mensaje a favor del empoderamiento femenino, según especialistas.
La iniciativa legislativa fue aprobada por la Rajya Sabha (cámara alta) en 2010, pero espera el visto bueno de la Lok Sabha, así como del nuevo primer ministro, Narendra Modi, del nacionalista Bharatiya Janata Party (BJP).
“Tiene que haber una masa crítica de mujeres para poner las cuestiones femeninas en la agenda política”: socióloga Pratibha Pande.
Para varios analistas, el proyecto simboliza la llave que abriría la caja de las necesarias reformas electorales y parlamentarias.
El principio de la igualdad de género está consagrado en la Constitución de India. Además, este país ratificó varias convenciones internacionales e instrumentos de derechos humanos para garantizar la equidad de las mujeres. Una de ellas es la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra las Mujeres (Cedaw, por sus siglas en inglés), ratificada en 1993.
Pero actualmente solo hay 61 mujeres en la cámara baja de 543 escaños.
A pesar de que las mujeres constituyen alrededor de la mitad de los 1.200 millones de habitantes, no están bien representadas en todos los niveles políticos. Esto se reflejó en las últimas elecciones, en las que solo hubo 632 candidatas, muy por debajo de los 7.527 hombres que se presentaron.
“Difícilmente sea una representación proporcional en la (llamada) mayor democracia del mundo”, observó la socióloga Pratibha Pande, que ha sido profesora de la Universidad de Nueva Delhi.
En cambio, “si las mujeres representan un tercio de los parlamentarios, se implementaría un sistema de control y equilibrio para garantizar una mejor vigilancia de las autoridades en los casos de violación y en la sesgada proporción entre mujeres y hombres, notoria en todo el país”, aseguró.deEn las últimas décadas se registró un continuo declive en la proporción de mujeres con respecto a los hombres en la población india.
Todavía se prefieren los hijos varones y, aunque se prohibió en 1996 conocer el sexo del feto, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), estima que “faltan” unas 50 millones de mujeres en India debido a prácticas como el feticidio y el infanticidio.
La mentalidad patriarcal está tan arraigada que, según el censo de 2011, hay 37 millones menos de mujeres que de hombres; 586,5 millones de mujeres respecto de 623,7 millones de hombres.
La alfabetización también muestra claramente la situación. Setenta y seis por ciento de los hombres saben leer y escribir y solo 54 por ciento de las mujeres pueden hacerlo, lo que limita más sus oportunidades en el ámbito político.
Durante la última campaña electoral, muchos partidos políticos, incluido el nacionalista partido pro hindú BJP, expresaron su deseo de promover leyes que mejoren la situación de las mujeres y enderecen los permanentes desequilibrios de género. El BJP desalojó del poder al Partido del Congreso, que gobernó la última década.
Pero ninguna organización presentó más que unas pocas candidatas, que para muchos observadores fueron simples “piezas” del proceso.
Según un ensayo de Carole Spary, profesora de la británica Universidad de York, los partidos políticos de India tienden a considerar que las mujeres tienen menos posibilidad de ganar los comicios, en comparación con los hombres, y por lo tanto prefieren no arriesgarse.
Amitabh Kumar, del Centro de Investigación Social, con sede en Nueva Delhi, quien desde hace años promueve campañas para la aprobación de la ley de Reserva para las Mujeres, dijo a IPS que a pesar de que ya pasaron seis décadas de la independencia, una actitud profundamente misógina frustra la capacidad de las mujeres de ingresar a la política e incidir en las decisiones políticas.
“Incluso mujeres muy capaces que demostraron excelentes habilidades administrativas y de liderazgo tiene dificultades para movilizar fondos para las elecciones”, remarcó Kumar.
Para competir por un escaño legislativo, el candidato o la candidata necesita por lo menos cinco millones de dólares. “¿Cuántas mujeres puede reunir ese monto?”, preguntó.
Las mujeres constituyen solo 11 por ciento de los miembros de la cámara baja, una ínfima cantidad comparado con muchos países, incluso los vecinos de India en Asia meridional.
Según datos de este año de la Unión Interparlamentaria, con sede en Ginebra, Pakistán tiene 67 mujeres en la cámara baja, de un total de 323 diputados (20,7 por ciento), Bangladesh tiene 67 de 347 (19,3 por ciento) y Nepal 172 de 575 (29,9 por ciento).
La situación de la cámara alta no está mucho mejor con 27 mujeres en 2013, equivalentes a 11,5 por ciento, muy por debajo del promedio mundial de 19,6 por ciento.
La representación femenina en el parlamento es importante no solo por la justicia social y la legitimidad del sistema político, sino también porque un mayor número mujeres en el ámbito público, articulando intereses y ejerciendo el poder, atacará a la raíz misma del dominio patriarcal en la vida pública.
“Sin la suficiente visibilidad, la capacidad de un sector de incidir, ya sea en la toma de decisiones o en la cultura política en la que se enmarca el sistema de representaciones, es limitada”, explicó Pande.
“Tiene que haber una masa crítica de mujeres para poner las cuestiones femeninas en la agenda política”, añadió.
Un nuevo estudio de la organización Oxfam International concluyó que los panchayats (unidades administrativas rurales), encabezados por mujeres funcionaban mejor que los que tienen hombres al frente, según un índice realizado en base a ocho servicios: agua potable, sanitarios y saneamiento, escolaridad, comercio, grupos comunitarios de autoayuda, implementación de programas de bienestar y reducción del alcoholismo masculino.
El hecho de que las mujeres representen casi 25 por ciento del nuevo gabinete ministerial es un buen augurio para el movimiento femenino.
Esta es la primera vez que India tiene siete ministras, lo que ha generado esperanzas de que el país logre dar pasos importantes para revertir el desequilibrio de género en la política.
Por Neeta Lal
Fuente: IPS