República Dominicana: Muertes maternas continúan, adolescentes fallecen más
En la sala de espera del Hospital de Maternidad Nuestra Señora de la Altagracia, en el corazón de la capital dominicana, dos jóvenes madres abrazan a sus recién nacidos. En ambos casos se trata del segundo hijo, y tanto Leonela Sánchez, como Patria Cruz, de 20 años cada una, tuvieron el primero a los 16 y 17 años, respectivamente.
Sonríen con la sombra de una inocencia interrumpida y afirman, no obstante, que ahora les toca enfrentar la vida y esperar que sus esposos, que trabajan fuera del país, las ayuden. Confiesan a SEMlac que necesitarán del apoyo de sus madres, pues apenas han terminado la enseñanza media y ninguna percibe remuneración alguna.
Sánchez y Cruz forman parte de los 98 partos adolescentes que cada año tienen lugar en República Dominicana, el doble de los 49 que ocurren en el mundo, según datos levantados a solicitud del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y publicados en el vespertino El Día, el 31 octubre de 2013.
De todos modos, agradecen no haber tenido complicaciones; pero, el mismo día del encuentro, el director del centro, doctor Víctor Calderón, habló consternado de este grupo etario, que representa 18 por ciento de las muertes maternas en el país. A nivel mundial, cada año mueren 70,000 adolescentes por complicaciones en la gestación y el alumbramiento, indican datos de UNFPA.
Calderón narró el triste caso de una joven de 23 años, madre de cuatro hijos, que llegó al hospital luego de 23 días sin sentir a la criatura en su vientre. No pudieron salvarla. "Imagine una feto de 23 días muerto; se produjo un shock séptico, más la causa que ocasionó la pérdida, que fue una preeclampsia, todo lo cual degeneró daños multiorgánicos y condujo al fallecimiento de la embarazada", explicó a SEMlac el galeno, quien admite que a este un hospital de Tercer Nivel de referencia nacional llegan pacientes de todas partes y también extranjeras, sobre todo haitianas.
¿Por qué mueren?
En República Dominicana el 98 por ciento de las embarazadas acude a las consultas y el 98 por ciento de los partos se realizan en centros asistenciales.
En 2013, el Ministerio de Salud puso en marcha su Plan Estratégico Nacional para la Reducción de la Mortalidad Materna e Infantil 2012-2016; sin embargo, Calderón afirma que no se podrán cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), cuya meta para 2015 plantea reducir la tasa de mortalidad materna a 47 por cada 1.000 niños nacidos.
"En 1996, la estadística era de 229 por 100.000 nacidos vivos. Eso significaba que unas 700 mujeres morían anualmente por causa del parto o después. En 2004, se redujo a 159 por 100.000 nacidos vivos y en 2013, la Organización Panamericana de la Salud reportó 106 por 100.000 nacidos vivos. Apenas falta un año y para bajar de 106 a 50 necesitaríamos otros 17 años casi… ¿Se imagina?", enfatiza.
Entre otras causas, el galeno considera vergonzoso que en el país no se imparta educación sexual y reproductiva en las escuelas. "Mientras no existan estas enseñanzas, seguirán los embarazos no deseados y sumaremos a esto las enfermedades de transmisión sexual, el virus del papiloma humano, sífilis y VIH, todas en aumento", alega.
De acuerdo con el Observatorio Político Dominicano, se necesita una atención especial a la capacitación y sensibilización de los operadores sanitarios, para alcanzar una atención de calidad y calidez a las mujeres, antes, durante y después del proceso de maternidad.
Calderón acentúa un elemento social importante: "Mientras más pobre es la mujer, más se embaraza. Cree que puede lograr una vida mejor y lo que hace es empeorarla. Se ha determinado, estadísticamente, que una adolescente embarazada recrudece su pobreza en un 28 por ciento".
Ello agudiza, además, la deserción escolar, pues ambos jóvenes dejan de estudiar para asumir la nueva familia.
El director de la Maternidad La Altagracia añade la pérdida de sensibilidad y el agotador tiempo de trabajo de los médicos. "Las morbilidades ocurren, en su gran mayoría, pasadas las 12 de la noche. Tenemos alta incidencia de pacientes operadas en las madrugadas, porque dilatan su llegada aquí. Todo esto incide", asegura.
Las menores de 15 años tienen cinco veces más probabilidades de morir durante el embarazo que las mujeres de 20 años, indican el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).
Si una madre tiene menos de 18 años, la probabilidad de que su bebé muera durante el primer año de vida es de 60 por ciento, aseguran esas fuentes en el cuarto boletín de la infancia y la adolescencia sobre el avance de los objetivos de Desarrollo del Milenio.
La tasa de mortalidad materna de la nación dominicana es una de las más altas de América Latina, con 106 por cada 100.000 nacidos vivos; de esa cifra, el 18% corresponde a adolescentes entre 15 y 20 años.
Del total de partos de adolescentes en el país, unos 5.230 ocurren en la Maternidad La Altagracia. Entre otras causas de muertes maternas, en general, Calderón menciona la preeclampsia, con 27 por ciento; las hemorragias (25 %) y las infecciones, con cifras similares.
Cesáreas y otros riesgos
De los partos ocurridos en 2013 en adolescentes, 30 por ciento fue vaginal y 28 por ciento cesáreas, indican estadísticas del Ministerio de Salud. El 30 por ciento de los bebés muertos el pasado año a nivel general eran hijos de madres menores de 20 años.
Las cesáreas se incrementaron de 40,9 por ciento en 2011 a 43,5 en 2012 y 44,4 en 2013, lo que representa riesgos mayores, alertó en una declaración la Colectiva Mujer y Salud, en ocasión del 28 de Mayo, Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres.
Otro factor que incide en los altos índices de mortalidad materna es el aborto, que en 2013 representó la cuarta causa de muerte en el país, con un total de 17 fallecimientos.
Según los datos del Ministerio de Salud, en 2012 se atendió a 21.059 mujeres por complicaciones, un tercio más que las 14.650 asistidas 20 años atrás. La mayoría acude a sitios no convencionales para interrumpir los embarazos, en tanto la Constitución de la República prohíbe la legalización de esa práctica.
Existe un programa en el Hospital de Maternidad Nuestra Señora de la Altagracia dirigido a las adolescentes embarazadas, a fin de que puedan planificar un segundo alumbramiento.
La presidenta del Patronato e integrante del Consejo Administrativo, Gloria Mejía de Selman, ha colaborado con los talleres impartidos a las muchachas, a quienes orientan sobre lo que significa en sus vidas un embarazo no deseado y aconsejan planificar próximos nacimientos. El hospital les provee de vacunas gratuitas para ello. "Pero, no todas entienden esto y no se preparan", objeta.
Mejía lleva 35 años en esta ardua labor. "Recurrimos a instituciones privadas con campañas y cartas directas. Ahora mismo logramos adquirir equipos paradoscópicos y seguimos en busca de otras donaciones", expone.
El doctor Calderón admite que el Ministerio de Salud Pública les apoya en lo posible; pero la subvención del Estado, de unos cinco millones de pesos mensuales (114.784 dólares aproximadamente), se reduce por tener que pagar el 40% al Programa de Medicamentos Esenciales.
"¿Se imagina un hospital con unos 125 nacimientos diarios?; en una semana se van tres millones de pesos (68.000 dólares) fácilmente. Ni hablar del gasto de las 70 camas de cuidados intensivos neonatales. Esto es un barril sin fondo", resume Calderón. El Estado dominicano ha aumentado el flujo de recursos públicos para servicios de salud a grupos más pobres de la población e intenta consolidar mecanismos de monitoreo y evaluación de resultados.
El gasto total de los servicios de atención a las embarazadas adolescentes asciende cada año en el país a 2.103 millones (482 millones de dólares), señala el estudio "Costo del embarazo y la maternidad en la adolescencia en la República Dominicana, publicado en 2013 por el Centro de Estudios de Género del Instituto Técnico de Santo Domingo.
Ese monto es 1,7 por ciento mayor que los recursos destinados a la salud colectiva y representa el cinco por ciento del gasto público total presupuestado a salud anualmente. Sin embargo, al margen de tales asignaciones, el país se halla entre los cinco con más alta tasa de embarazos en población adolescente de Latinoamérica y el Caribe, según datos de UNFPA.
El doctor Calderón considera el tema una "asignatura pendiente" y lo califica como "mancha vergonzosa para el gobierno dominicano y todas sus instituciones".
Por Mercedes Alonso
Fuente: Semlac