mayo 26, 2025

Vivian Gornick y su guía de combate parar la igualdad

En ‘Por qué algunos hombres odian a las mujeres’ Gornick recopila textos de hace medio siglo que dejan ver que la lucha por la igualdad de derechos necesita un esfuerzo continuado y un combate permanente

Vivian Gornick. / LA OPINIÓN


Todos los textos que componen el nuevo recetario de Vivian Gornick, sobre la lucha por la igualdad de derechos, agrupados bajo el título ‘Por qué algunos hombres odian a as mujeres’ que edita Sexto Piso, se escribieron hace casi medio siglo, a principio de los sesenta, cuando los movimientos por los derechos de la mujer comenzaban a tomar fuerza en EEUU. A Gornick le preocupaba ya entonces, como pese a los esfuerzos realizados, se hubiera avanzado tan poco a favor de la igualdad.

Ella sigue a Simone de Beauvoir en la idea de que desde que nacemos se nos instruye en roles diferentes a hombres y mujeres, es la cultura impuesta la que les dice a los niños varones que están llamados a ser grandes hombres y a las niñas que están para pasarse la vida ayudando al hombre a conseguirlo.

Ello llevó a Gornick a llevar una vida de lucha para conseguir la igualdad de derechos para las mujeres. En los últimos años parecía que esa revolución estaba en marcha. La voluntad de lograr la igualdad se había extendido ampliamente. Los textos que se agrupan en ‘Por qué algunos hombres odian a las mujeres’ van en esa línea.

Pero visto a la luz de la actualidad, parece que todo fue un sueño, pues en 2017 la aparición del movimiento Me Too dejó ver con claridad que aún se estaba lejos de esa igualdad. Ante las acusaciones de acoso y abuso contra hombres y profesionales importantes, se destapó cómo los hombres seguían tratando a las mujeres como a instrumentos y no como a semejantes y, aún peor, cómo las mujeres, con una increíble docilidad, habían sido cómplice de ello.

La conclusión, según analiza Gornick, es que estamos lejos de lograr el cambio cultural necesario para conseguir esa igualdad. No hubo tal revolución en los sesenta, sino un episodio más en el largo y torpe camino de la mujer hacia la ciudadanía en igualdad. Los texto que aquí aparecen así lo indican.

En el texto ‘El movimiento de las mujeres en crisis’ recuerda como el martes 4 de noviembre de 1974, los habitantes del estado de Nueva York acudieron a las urnas para votar a favor de la de Igualdad de Derechos Pero ahí seguimos pues la ley apenas se aplica.

Pese al tiempo transcurrido estos escritos de Gornick aún resultan frescos, están escritos con una contundencia y claridad ausentes en gran parte de la escritura ensayística actual.

Estos escritos ofrecen una visión fascinante de lo que se ha logrado y lo que se ha perdido durante esas cinco décadas, sirven para mostrarnos cuánto hemos avanzado en pro de la igualdad.

En el relato que da título al libro: ‘¿Por qué algunos hombres odian a las mujeres?’, Vivian Gornick acude a la misoginia del escritor Henry Miller para explicarlo: por miedo. Es el miedo propio de los niños, una conducta infantil, por tanto. La forma de superar ese miedo a las mujeres es vencerlas, oprimirlas y vejarlas. Los extremos a los que recurre Miller para conseguirlo le lleva a su propia degradación. En ese mismo texto arremete también contra Norman Mailer. Gornick cita un párrafo del ensayo de Mailer ‘El prisionero del sexo’ donde el escritor escribe en tono provocador en contra de las corrientes que buscan igualar los dos sexos. El texto de Mailer citado por Gornick no tiene desperdicio y se comenta por sí solo. «El ser humano hombre puede encontrarse con el ser humano mujer de una única forma: él debe montarla, follársela, mamar de ella, penetrarla y empalarla, pues ella no es simplemente otro ser humano como él y reduciendo así los poderes de ella e incrementando los propios».

En el mismo relato, Gornick va mas allá y señala a otros dos escritores muy conocidos: Philip Roth y Saul Bellow, cuya obra está atrofiada por el odio a las mujeres. «En la misoginia de estos escritores reside el iluso y viejo sueño de los hombres asustados: si ella es menos humana, yo seré mas humano».

En ‘Hacia una definición de la sensibilidad femenina’, Gornick expresa su opinión sobre el sometimiento de las mujeres, un sometimiento que residiría esencialmente en la arraigada creencia de que para las mujeres el matrimonio es la experiencia definitiva. Es esta creencia la que destruiría en las mujeres el flujo de energía.

En ‘A juicio por comportarse como un hombre’ cuenta el caso de Gabrielle Russier que con un brillante historial comenzó a trabajar como profesora de literatura en un instituto de Marsella. Corría 1967. Gabrielle, de treinta años, se enamoró de uno de sus alumnos, Christian Rossi, de dieciséis años e hijo de comunistas.

Cuando la relación llego a oídos de los padres de Christian, todo estalló. Fue denunciada y detenida por corrupción de menores. Fue juzgada y recibió una condena leve. Pero el Estado no se conformó y recurrió el caso buscando una condena mayor. Gabriella quedó destrozada y abrumada por el paso de las acusaciones y el miedo y finalmente se suicidó. Gornick concluye que todo eso le pasó porque era una mujer y pertenecer a un estrato social determinado. La indignada burguesía francesa estaba decidida a castigar a la rebelde. Su final fue el tipo de sacrificio exigido por la costumbre cultural ante cualquier desafío real a la autoridad. A Gabrielle no le habrían aplicado ese tipo de justicia específico y fatal si no hubiera sido una mujer.

Como bien señala la propia autora, estas crónicas, a pesar de los años transcurridos, definen no solo argumentos sino todo un manual de combate para la lucha por la igualdad de derecho y una guía de combate para hacer frente a los nuevos desafíos reaccionarios que minan el camino de la mujer a su autonomía.

Fuente: La Opinión de Málaga 

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