julio 23, 2016

Mar Gijón: “Desafortunadamente, en 1948 la historia del movimiento de mujeres palestinas sufrió una ruptura que aún continúa”

Mar Gijón durante la entrevista realziada en la oficina de la Asociación Palestina Biladi. Fotografía de Eneko Calle.

Mar Gijón Mendigutía es licenciada en Filología Árabe por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y Doctora en Estudios Árabes e Islámicos por la misma universidad. Vivió en Damasco desde 2005 hasta 2010 y sus líneas de investigación se centran en los mitos fundacionales de Israel, la Nakba y el origen de la “cuestión palestina”, así como en la población refugiada. Es autora del libro realizado por la Asociación Palestina Biladi “Historia del movimiento de mujeres en Palestina”, organización a la que pertenece desde el 2012.


¿Cómo surgió la necesidad de contar la historia de las mujeres palestinas? ¿Era necesario visibilizar esa historia?

– Sí, por supuesto. Parte del interés de Biladi por mostrar la historia de Palestina, por sacar a la luz esa historia que el sionismo ha querido destruir de raíz. Pero la hemos querido visibilizar a través del movimiento de mujeres, que a su vez, también ha estado ocultado por dos razones distintas; primero, por el objetivo del sionismo de borrar cualquier huella palestina antes de 1948; y segundo, por el propio impulso del movimiento nacional de liberación palestino. Desde finales del siglo XIX y principios del siglo XX hay mujeres que realizaron distintas acciones como manifestaciones, memorándums de denuncia, actos de sabotaje y de boicot, contrabando de armas, recaudación de dinero para los combatientes y para las familias de las personas asesinadas, etc., y que son necesarias mostrarlas y recordarlas, desmontado así el estereotipo de que la mujer palestina se visibilizó a partir de la primera Intifada en 1987.

– ¿Es un libro que lo pueda leer una persona que no conoce nada de Palestina?

– Exactamente, esa era la idea. El objetivo era que sirviera a cualquier persona que no tuviera relación con la historia de Palestina para ayudar a comprender lo que ocurre hoy en día allí y al mismo tiempo, que completara la historia que conozcan las personas que sí que están familiarizadas y tienen conocimientos sobre la cuestión palestina.

– ¿Cómo ha sido la realización de este libro?

– No buscábamos que el libro pareciera como si el movimiento de mujeres fuera una cosa y la historia del movimiento nacional o de Palestina fuera otra. Hemos recopilado y utilizado una amplia bibliografía, mayormente en árabe e inglés. Y a la vez también hicimos un viaje a Palestina en el que entrevistamos a mujeres de diferentes ámbitos: político, académico y social. Con toda esa documentación previa intentamos cruzar la información y contar la historia de Palestina desde el movimiento de mujeres, a través de sus acciones.

– Un movimiento que además es heterogéneo.

– Claro y es importantísimo mostrar eso, porque esa heterogeneidad es la propia que hay en Oriente Medio y no la sectarización que nos quieren hacer ver hoy en día. Oriente Medio es riquísimo, era y es una sociedad muy heterogénea, cristianos y musulmanes vivían juntos. La población árabe puede ser musulmana, cristiana o judía. Hoy intentan meterlo todo en el mismo saco y no es verdad. Es una sociedad muy rica social, política, histórica y culturalmente hablando. Y por eso creímos que era muy importante mostrar esto en el libro y en este caso, el movimiento de mujeres es un reflejo de esa sociedad, mujeres musulmanas y cristianas lucharon juntas, codo con codo… El movimiento de mujeres palestinas es anticolonial, contra los británicos y sionistas, nacionalista y que reivindica los derechos de las mujeres.

– ¿Cómo se vinculan las múltiples opresiones que sufren las mujeres palestinas, por ser mujeres y ser palestinas?

– Desafortunadamente, en 1948 la historia del movimiento de mujeres palestinas sufrió una ruptura que no se iba a arreglar nunca; fue cuando la sociedad palestina, cuando la Palestina histórica desaparece como tal, cuando las bases de esa sociedad se destruyen y cuando más de la mitad de la población, más de 750.000 personas, fue expulsada de su territorio.

A partir de ese momento el pueblo palestino fue separado para siempre en tres grupos; por una parte, la población palestina que fue expulsada hacia los países árabes colindantes; por otra, la población que consiguió quedarse dentro de lo que hoy es el estado de Israel (que supone el 20 por ciento de la población israelí actual); y por último, la población que se encuentra en lo que se llama territorios ocupados palestinos, que comprende Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este. En cada una de esas realidades, la evolución y la historia ha sido distinta, tanto de la propia población palestina, como por supuesto, de las mujeres palestinas.

– El libro está divido en tres etapas que definen la evolución del movimiento de mujeres. ¿Cuáles son las claves de esa evolución?

– La fecha que hemos establecido como inicio del movimiento de mujeres es 1884, porque aunque, realmente, a finales del XIX no había un movimiento como tal, en ese año un grupo de campesinas palestinas realizaron una protesta contra la colonia sionista de Affula y nos pareció que esa acción suponía un sentir, una movilización ante ese peligro que se cernía en el horizonte y un inicio de movilización entre las propias mujeres. La primera etapa comprende entre 1884 y la Nakba –el Desastre- (1948-1949), año en el que se destruyó Palestina; luego, la segunda parte analiza la evolución del movimiento desde 1950 hasta 1989; y la tercera etapa comienza desde las consecuencias de la primera Intifada y los acuerdos de Oslo, hasta la época actual.

– En la primera etapa también el año 1929 fue una fecha significativa que posibilitó el acercamiento de las mujeres rurales al movimiento demujeres más urbano. ¿Qué ocurrió ese año?

– En mi opinión, la primera Intifada se puede considerar que fue en 1929 con el levantamiento de Al-Buraq, unos enfrentamientos muy importantes donde los británicos encarcelaron y asesinaron a muchos palestinos y palestinas que protestaban contra el colonialismo inglés y su permisividad con la migración sionista. El impacto de esta situación produjo meses después,la celebración del primer Congreso de Mujeres Árabes en Jerusalén, donde se conformó oficialmente el movimiento de mujeres en Palestina. A partir de esta fecha, las mujeres urbanas se organizaron para recaudar dinero y ayudar a las familias de los combatientes asesinados o encarcelados, la mayor parte población campesina, y esta ayuda e implicación propició que en la gran revuelta árabede 1936 a 1939 las mujeres urbanas y campesinas interactuasen y colaboras en de distintas formas.

– La segunda etapa la has llamado el resurgir y ocaso. ¿En qué se caracteriza esta etapa cargada de acontecimientos importantes en la resistencia palestina, como la ocupacióndel 67 y la posterior Intifada en 1987?

– En esta segunda época los primeros años fueron de supervivencia, de recolocarse en los nuevos contextos en los que quedo dividida para siempre la población palestina tras la expulsión. Por lo tanto, en las siguientes décadas empezó un resurgir del movimiento nacional palestino y por lo tanto del movimiento de mujeres. Las asociaciones y los movimientos organizativos empezaron a recomponerse, un reflejo de ello fue la creación de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en 1964 y de la Unión General de Mujeres en 1965. A pesar del varapalo con la ocupación total de la Palestina histórica en 1967, el movimiento nacional palestino no se detuvo. Prueba de ello fue la Intifada de 1987.

– ¿Esta Intifada posibilitó a las mujeres palestinas volver a reivindicar el espacio político?

– La Intifada fue el culmen del trabajo realizado por los comités populares desde finales de los 60-70 contra la ocupación sionista y ahí las mujeres tuvieron un papel protagónico. Pero al mismo tiempo, la primera Intifada también supuso el ocaso del propio movimiento porque en el momento que se firman los acuerdos de Oslo en 1991 las relegan de la lucha; unos acuerdos que fueron, como se vería después, una trampa y un auténtico fracaso. No obstante, esas mujeres, dentro de lo que era la promesa de un Estado palestino intentaron participar en la construcción del mismo, dejando en parte esa lucha nacional por esa construcción que, como hemos visto, no ha dado resultados.

– Y justo ahí, a partir de 1990, estableces la tercera etapa. ¿Por qué crees que el movimiento de mujeres palestinas ha sufrido un proceso de oenegeización a raíz de esos acuerdos?

– Investigadoras árabes y especialmente palestinas utilizan el término de oenegización. En Palestina, en el contexto de los acuerdos de Oslo entraron muchos fondos extranjeros y hubo un nacimiento o crecimiento excesivo de ONG de distintos tipos que se centraron, más que en el movimiento nacional, en líneas marcadas por el exterior, algo que suponía una injerencia clara en el trabajo de esas organizaciones. También se recompensaban las organizaciones que trabajasen por la paz, la democracia, que fueran mixtas, etc. Como dice Soraida Hussein con los Acuerdos de Oslo hubo como una “anestesia”. Un tiempo en el que se desvirtuó todo, en el que la resistencia nacional pasó a un segundo plano.

– ¿Esa oenegeización quiere decir que son menos combativas por estar sujetas a las pautas de los financiadores?

– Hay muchas organizaciones de mujeres que no han aceptado fondos del exterior, que no han permitido que les digan por qué líneas tienen que ir, que rechazan fondos de determinados países porque son países que están perjudicando la causa, etc., Pero en un contexto global, dentro de estos acuerdos, sí que podemos decir, no que sean menos combativas, sino que como dice Soraida Hussein, han estado “anestesiadas”. Eso sí, hay que diferenciar entre las organizaciones y las mujeres, las mujeres siguen siendo combativas, no se puede decir que no lo sean en una situación como la que están y llevan sufriendo desde hace más de 67 años.

– Hablas de Soraida Hussein. El libro cuenta con una pequeña biografía, que no son todas, pero que permite conocer a estas mujeres o al menos las que mencionas en el libro.

– Hemos incluido una pequeña biografía en los anexos finales del libro de las mujeres que mencionamos por si alguna de las personas que lo lean les interesa conocer o saber algo más o ubicar a las mujeres según lo lean, pero ni son todas las que están, ni están todas las que son, ni mucho menos… Es muy difícil hacer estos anexos, porque son cientos, miles de mujeres y muy importantes en la historia de Palestina. También hay un listado de organizaciones palestinas con información complementaria.

– ¿En qué momento está el movimiento de mujeres palestinas ante la falta de liderazgo actual y la no cercana solución?

– Yo creo que es el momento más difícil. Es un momento muy complicado, terrible, tanto para el movimiento de mujeres, como para la sociedad palestina. Siempre pensamos que no puede ir a peor pero siempre pasa algo que lo hace ir a peor. Antes de la construcción del Muro no hubiéramos pensado en eso jamás, y todo lo que ha conllevado el Muro, la continua expansión de las colonias, etc., hace que la situación sea insostenible. Entonces, creo que el movimiento de mujeres al igual que la propia sociedad palestina está en un momento crítico y necesitado de unas políticas contundentes hacia el estado de Israel por parte de la comunidad internacional. Un ejemplo, es la campaña de Boicot, Desinversiones y Sanciones a Israel, una campaña civil y pacífica que aunque partió de la sociedad palestina cada vez está cogiendo más auge dentro de los territorios ocupados palestinos con la dificultad que ello conlleva.

– Un boicot que ya se realizó en Palestina contra los mandatos británicos y sionista. ¿Se están recuperando algunas formas de lucha del movimiento nacional?

– Creo que se está volviendo otra vez a la fuerza que tuvieron los comités populares a lo largo de la historia del movimiento nacional palestino. Por ejemplo, Stop the Wall, la campaña BDS, otros comités de pueblos contra las colonias y contra otros frentes. Yo creo que la sociedad civil palestina está fuerte, pero hay una ocupación con todas sus consecuencias y el liderazgo palestino es muy débil, por un lado, por la falta de legitimidad que tiene una parte, y por otro, por todas las personas que han sido asesinadas y que siguen estando y siendo encarceladas.

– Entonces, ¿podríamos decir que la sociedad civil palestina se está despertando de esa anestesia?

– Digamos mejor, que nunca estuvo anestesiada del todo y que numerosos palestinos y palestinas jamás llegaron a estarlo. pero en estos últimos años sí que podemos decir que la sociedad civil palestina aunque tiene muchos frentes en los que luchar vuelve a recuperar su espacio. Sin embargo, necesitan apoyo en su lucha, una ayuda política internacional contundente que sancione a Israel hasta que acabe la ocupación en Palestina y respete las leyes internacionales.

Eneko Calle García es colaborador de Paz con Dignidad y de Pueblos – Revista de Información y Debate.

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