diciembre 29, 2016

Las mujeres y el sentido de la vida


Foto: Brenda Ayala/MujeresNet

Georgina Ligeia Rodríguez Gallardo aborda el tema del suicidio, proporcionando datos que permiten mirarlo como un fenómeno que compete a diferentes esferas de estudio. La autora llama a trabajar en la resiliencia de las personas como forma de prevención, para fortalecer la capacidad de 'enfrentar con entereza a la vida misma'.

El suicidio es el acto de atentar voluntariamente contra la vida. Hablar de suicidio, no es sólo hablar de un asunto moral, sino de un fenómeno que compete a diferentes esferas de estudio. Se trata de un fenómeno global íntimamente vinculado con los procesos de segregación social -no solo de pobreza- sino de acceso a oportunidades de desarrollo humano. Al tratarse de un fenómeno social, debe de ser considerado como un factor de violencia al afectar diferentes esferas del desarrollo de la persona, y generar un ambiente que agrede a sus miembros.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) en su informe "Prevención del Suicidio: Un imperativo global", señala al suicidio como una de las tres causas de muerte en las personas de entre 15 y los 44 años de edad; se debe de considerar que las tentativas de suicidio son 20 veces más casos que los suicidios consumados.

Una de las principales tendencias al tratar el tema del suicidio es exponer un cuadro patológico y con ello detectar a los posibles suicidas, lo cual resulta poco factible si se considera la diversidad de razones, circunstancias y características que intervienen en el fenómeno. Los perfiles del suicida no permiten establecer reglas o patrones para identificar posibles casos. Podemos plantearnos la pregunta de por qué hombres y mujeres no presentan la misma tendencia suicida, principalmente si se considera que la OMS señala que la mujer tiene una mayor tendencia a la depresión, por lo que debería de considerarse que éste sería un factor determinante para consumar un suicidio y no es así; los casos de suicidio consumado en mujeres es inferior a los hechos protagonizados por hombres.

Es necesario hacer una puntualización de que las mujeres presentan en México [1] menos casos de suicidio consumado, pero más casos de intento de suicidio. El suicidio afecta a cualquier tipo de persona que bajo circunstancias especiales se encuentra desolado, deprimido, angustiado y requiere de ayuda para enfrentar sus tendencias suicidas.

• Son más mujeres las que intentan suicidarse. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima una proporción de 20 veces mayor a la del suicidio consumado.

• Son más los hombres que se suicidan. La OMS da una relación de 3.5 suicidios de hombres contra 1 de mujeres.

El fenómeno del suicidio es multifactorial, por lo que debe de ser estudiado por diferentes disciplinas; de otra manera al abordarse por un solo enfoque dará como resultado que falten elementos para dar una respuesta concreta del ¿por qué? Una mujer decide dejar de vivir, ¿por qué la muerte se convierte en una opción? Con ello, se hace referencia no sólo al suicidio, sino a los intentos de suicidio. Se trata de mujeres que tienen esta idea en su mente de manera intermitente. Es el momento en que la persona evalúa -en palabras de Camus- si la vida vale o no vale la pena de ser vivida.

Se suele afirmar con ligereza que las personas que se suicidan tienen graves problemas psicológicos, familiares o que se trata de algún desajuste emocional, esto puede presentarse en ocasiones, pero no para la mayoría de los casos. Lo que es una constante, más no determinante, es la presencia de depresión, no necesariamente severa, que resulta en que la mujer se encuentre desesperada, angustiada y requiere ayuda. En este caso el sentido de vida se ha perdido como sucede con las mujeres en China, donde las tasas de suicidio rompen con las tendencias en el mundo al ser las principales protagonistas de casos de suicidio, el panorama ante sus ojos es gris, han perdido toda razón por la cual continuar viviendo.

El suicidio es un tema ético y moral, establecido por una sociedad, cultura y un momento histórico determinado, mediante un acuerdo social de lo que está permitido y lo que no. Son las instituciones sociales las que en su operación eficaz y eficiente mantienen el orden social, y con ello una cohesión social que de alguna manera ofrecen una razón de vida, al menos de vida comunitaria. El suicidio es un fenómeno social e individual, que ha acompañado a la humanidad desde sus inicios, con diversas características y proporciones, y en muchas ocasiones generando inquietud en el resto de la sociedad. En el último momento el suicidio es una decisión personal que surge de una valorización de la vida, en el sentido que de la vida tenga la mujer que decide atentar contra su vida.

En la teoría de la Logoterapia de Viktor Frankl, se plantea la carencia de un sentido de vida y de objetivo, que se trata de personas que cuya vida transcurre en la indiferencia, insatisfacción y apatía o bien la neurosis noogénica [2]. "El sufrimiento emocional y psíquico, la depresión, la ansiedad y la disociación de la identidad, es incluso más resaltante en los países más ricos". (Molla, 2002:5)

Muchos son los determinantes en la decisión que toma la mujer de continuar viviendo o no. Existe un ingrediente que actúa de manera fundamental para que ésta decida continuar viviendo, este es, la forma de enfrentar las situaciones adversas que se van presentando a la persona día a día. La mujer mexicana dispone de elementos de resiliencia que le permiten resistir los embates a los que se enfrenta, es la capacidad de la mujer de enfrentarse y de salir adelante con sus hijos e hijas. La mujer mexicana realiza un ejercicio de sacrificio, de renuncia a su vida en favor de su familia, su vida tiene un sentido que le permite seguir adelante.

Si bien las causas del suicidio pueden ser diversas, y no se puede decir con exactitud qué motiva el que se tome la decisión de concluir con la vida, es importante señalar que todos estos factores influyen y confluyen en un amplio sector de la población y no todos toman la decisión de suicidarse. La evaluación de que la vida vale o no la pena de ser vivida, es un decisión que se toma desde lo individual, enmarcada en una estructura sociocultural e histórica, en donde resulta determinante un factor detonante, que puede ser cualquiera por absurdo que en su momento resulte.

Sin embargo, no todas las mujeres que presentan estos factores cometen suicidio, la pregunta es ¿qué las amarra a la vida? Las acciones emprendidas para frenar el suicidio se han concentrado en la prevención, es momento que se trabaje en el fortalecimiento de los elementos que se interponen en que la decisión sea continuar con vida. Es importante también el trabajar en la resiliencia, que es la capacidad de la persona para enfrentar con entereza las dificultades de la vida, y a la vida misma o bien en palabras de Viktor Frankl:

"Lo que de verdad necesitamos es un cambio radical en nuestra actitud hacia la vida. Tenemos que aprender por nosotros mismos y después, enseñar a los desesperados que en realidad no importa que no esperemos nada de la vida, sino si la vida espera algo de nosotros. Tenemos que dejar de hacernos preguntas sobre el significado de la vida y, en vez de ello, pensar en nosotros como en seres a quienes la vida les inquiera continua e incesantemente. Nuestra contestación tiene que estar hecha no de palabras ni tampoco de meditación, sino de una conducta y una actuación rectas. En última instancia, vivir significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a los problemas que ello plantea y cumplir las tareas que la vida asigna continuamente a cada individuo" (Frankl, 1991:46).

Ante el panorama desolador del incremento vertiginoso de los hechos de suicidio apremia la búsqueda de un compromiso multidisciplinario y principalmente mirar el mismo fenómeno desde otro punto de vista, a fin de empezar a ver resultados en su disminución, Aquí es necesario señalar que el suicidio es una decisión individual que impacta en el bienestar de la comunidad y de la familia.

Por Georgina Ligeia Rodríguez Gallardo 
Doctora en Ciencias Sociales y Humanidades (Universidad Autónoma de Aguascalientes), coordinadora de Proyectos del DIF Municipal de Aguascaliente
Fuente: Mujeres.net

Notas: 
[1] Y en muchos países con excepción de China y la India en donde las tasas son muy similares o superiores a la de los hombres. 
[2] Existencial, o bien el vacío, falta de sentido o de objetivo de vida.

Bibliografía:

  • Ferrer Gómez del Valle Ernesto, Alvarez Araiza María, Atienza Merino Gerardo y otros, "Factores asociados con la conducta suicida y evaluación del riesgo suicida. 2016", Guía de Salud. ES, EGPC.
  • Frankl, Viktor E., 1991, El hombre en busca de sentido, Barcelona, Editorial Herder.
  • Molla, Madueño Miguel, 2002, "La Logoterapia, descubriendo el sentido de la vida: Una visión existencial", Lima, Perú, Extracto de ponencia presentada en Seminario: Aportes de la Logoterapia, Espiritualidad y Proyecto de Vida en la Comunidad Terapéutica, Conferencia Episcopal Peruana, Perú.
  • Organización Panamericana de la Salud, 2014, "Mortalidad por suicidio en las Américas". Washington, OPS.
  • Organización Mundial de la Salud, 2014, "Prevención del Suicidio: Un imperativo global", OMS, OPS.
  • Rodríguez Gallardo Georgina, 2012, "Suicidio, Un enfoque para su análisis", UCICA, Unión de Crédito de la Industria de la Construcción.

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