mayo 19, 2018

Galería: El poder de las mujeres y niñas oaxaqueñas


Adriana CreditCitlali Fabián

Citlali Fabián creció en Oaxaca, México, inmersa en su cultura indígena y en la fotografía.


Nicha, la madre de la fotógrafa CreditCitlali Fabián

Regina CreditCitlali Fabián

Lizette CreditCitlali Fabián

Su pueblo, los yalaltecos, tienen raíces profundas en Oaxaca, pues son descendientes de los zapotecas de las cimas de la sierra de Juárez. Citlali, de 29 años, no puede recordar cuándo fue que las cámaras aparecieron en su vida. La preceden, al igual que sus tradiciones zapotecas.

Su padre tiene un estudio de revelado fotográfico y ella aprendió los misterios del cuarto oscuro sentada en sus rodillas; luego, durante su adolescencia las hizo a un lado, atraída por las posibilidades de la fotografía digital. Sin embargo, el amor por los procesos antiguos la llamó de vuelta.

Mestiza, el actual proyecto fotográfico de Citlali, utiliza las técnicas clásicas de fotografía para celebrar una civilización que perdura, empapada de historia.

Los emotivos retratos en claroscuro de mujeres y niñas indígenas, tomadas con cámaras de gran formato, son tanto personales como universales. A pesar de que fotógrafos de todo el mundo celebran la cultura indígena de Oaxaca, Citlali quería capturar su poder. Utilizó modelos que sabía que producirían imágenes impresionantes: su madre, primas, sobrinas y amigas.

“Quería mostrar nuestra esencia, desde el punto de vista de una igual, y darnos voz”, dijo Citlali. “Los grupos indígenas del mundo han estado bajo las lentes de los extranjeros que no los entienden realmente o que no intentan ser parte de la comunidad. Mi objetivo es reforzar nuestras conexiones y relaciones para tener una voz más fuerte y clara”.

Ariadna CreditCitlali Fabián

Eunice CreditCitlali Fabián

Podría haber escogido familias o haberse enfocado en ceremonias indígenas para ilustrar su punto. Pero en una cultura –como la mayoría— en la que dominan los hombres, demostrar la fuerza y la belleza de las mestizas, mujeres indígenas-españolas, parecía ser lo más sensato.

“A lo largo de la historia, las mujeres del mundo han sufrido discriminación”, dijo Citlali. “En México, ser mujer y también tener aspecto indígena nos coloca en una posición muy vulnerable. Mestiza es un proyecto fotográfico que da voz y presencia a las minorías, como mi pueblo”.

El recurrir a aquellas que conoce personalmente para usarlas de modelos convirtió el proyecto en una colaboración. Sus modelos, que son sus parientes, querían transmitir su mensaje. “Pusieron su tiempo y almas en estas imágenes”, dijo Citlali. “Esperé y las capturé”.

Tania CreditCitlali Fabián

Lido CreditCitali Fabián

Eva CreditCitlali Fabián

Isabella CreditCitlali Fabián

Citlali, quien aún utiliza el estudio de revelado de su padre, trabajó cinco años para completar Mestiza. Comenzó su proyecto después de una beca de posgrado y estudios posteriores en procesos y técnicas históricas en el Museo Eastman, en Róchester, Nueva York. Le emocionó mucho aprender maneras de fotografiar que solo había visto en libros.

Se enamoró tanto de la fotografía de gran formato que, a sabiendas de no poder costear una cámara nueva de formato 5×7, fabricó la suya, utilizando una lente del siglo XIX.

“El alma de la cámara es la lente”, dijo. “Tengo esta lente por suerte. Forma parte de la historia y también me ofrece una hermosa perspectiva”.

Esa perspectiva es la mezcla de sensibilidades artísticas viejas y actuales, imágenes que lucen tan viejas como una pintura de Rembrandt y tan nuevas como algo nunca antes visto. Las mestizas de Citlali, van desde bebés hasta mujeres de mediana edad, llevan tocados tribales, guirnaldas y collares y otros adornos creados a partir de elementos naturales y civilizaciones antiguas. Incluso con desnudez parcial, las modelos lucen como si estuvieran listas para conquistar al mundo. No fue sino hasta que estaba muy involucrada en el proyecto cuando supo cómo tenía que darle forma. Sabía que crearía algo que iba a apartarse de las tendencias fotográficas actuales de imágenes digitales y creadas con teléfonos celulares. También sabía que, como siempre con la fotografía analógica, la alquimia, o los dioses de la imagen, tendrían que estar de su lado.

“Pienso que creas algo con la simple idea de darle forma y compartirlo, pero después desarrolla sus propias piernas y corre hacia donde sea que otros sientan una conexión con el proyecto”, dijo.

En última instancia, Mestiza espera capturar la atención de los espectadores y mantenerla. Su propósito social es “darle voz y presencia a las minorías, como mi pueblo”, dijo. Aunque Oaxaca es un destino turístico global, sus comunidades indígenas aún enfrentan discriminación y falta de comprensión.

“Quizá soy idealista”, dijo, “pero espero que otros nos noten, y que eso quizá pueda cambiar algo; tal vez nos haga sentir más empatía por otros humanos, otras culturas y aceptar nuestras diferencias. En estos tiempos, es lo que más necesitamos”.

Fuente: NYT

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