junio 06, 2018

Rita Segato. "Violencia de género es problema masculino"



Antropóloga e investigadora. Es una de las pensadoras feministas más reconocidas en Latinoamérica. Su trabajo propone una mirada profunda sobre la violencia letal hacia las mujeres. De eso habla con EL TIEMPO.

Rita Segato termina la charla a la que fue invitada en la Cumbre Iberoamericana de Agendas de Género, que se desarrolló en Cuenca esta semana, y tiene a una fila de mujeres esperándola para pedirle fotos y autógrafos. Se presentan, le cuentan que son de Argentina, Bolivia, España, Paraguay, lugares donde ella es conocida por su trabajo: investigar las cuestiones de género en comunidades latinoamericanas. Nació en Argentina, pero vive entre Brasil, Bolivia y su propio país, dando clases en universidades e investigando la violencia de género.

p. En esta ciudad, hemos tenido femicidios con características muy violentas. No solo las matan, las descuartizan, queman, arrojan a los ríos… ¿por qué tanta crueldad?
r. Eso es interesante para observar, porque Ecuador no ha sido tan afectado por formas de violencia disruptivas, como Colombia, por ejemplo. Cuando comienzan a ocurrir estos eventos de extrema crueldad con el cuerpo de las mujeres hay que analizar con qué coinciden, en qué momentos ocurrieron. Cuando analizo la violencia contra la mujer, siempre intento encontrar un contexto que le dé sentido.

p. usted hace una división a los crímenes contra las mujeres
r. Yo separo los crímenes de la interpersonalidad, los que tienen que ver con la intimidad de las personas, donde también pongo a los seriales, porque tienen que ver con un psiquismo particular y los crímenes que son plenamente públicos, como los que tienen que ver con las nuevas formas de la guerra.
Los llamo femigenocidios porque no hay un relación directa entre el victimario y la víctima.

p. LOS PRIMEROS, LOS DE LA INTIMIDAD, SE HAN CONVERTIDO EN UN PROBLEMA SOCIAL
r. Los crímenes a las mujeres usualmente son empujados al reino de la intimidad y no es así. En realidad, incluso los asesinatos de la intimidad son plenamente públicos, porque tienen que ver con la obligación del hombre de mantener su posición: de control de los cuerpos, de su territorio… El mandato de masculinidad es un mandato público.

p. ¿hay sociedades que han cambiado ese mandato?
r. No hay. Pero, por mi andar por muchos lugares, tras conversar con muchas audiencias, veo una señal de que muchos hombres están corriendo de ese mandato. No solo en la sexualidad, que siempre estuvo ahí y hoy en día hay derechos importantes conquistados por la población LGBTI, pero en otros campos, como en la manera de ser, la sensibilidad, muchos hombres se están corriendo, porque están percibiendo que es muy alto el precio a pagar por figurar ante el ojo público y ante el ojo de otros hombres en cumplimiento con el mandato de masculinidad.

p. USTED SOSTIENE QUE LOS HOMBRES SON LAS PRIMERAS VÍCTIMAS DE LA MASCULINIDAD
r. Hay que entender la masculinidad. Nosotras somos las víctimas de un fenómeno, pero no somos el fenómeno. El problema de la violencia de género es un problema masculino.
Yo recibo muchos mensajes de mujeres y hubo un momento en el que empecé a recibir mensajes de hombres hablando de lo importante que es entender el sufrimiento de los hombres. Pero no es un sufrimiento causado, como algunos han dicho, que es porque las mujeres tomamos sus lugares.

p. ENTONCES ¿CUÁL ES?
r. Esa fragilidad masculina viene de lo que está pasando con la vida hoy. La vida se ha vuelto precaria y, en un imaginario arcaico, la posición masculina no es una posición precaria, es de control territorial, de capacidad de protección, etcétera. La precarización de la vida ha vuelto al hombre vulnerado. ¿Cómo demuestra él al mundo y pone ante los ojos de sus pares que es hombre todavía? En la opresión
a sus mujeres, en la violación colectiva, como La Manada, eso es una exhibición ante los otros hombres.

p. ¿qué hacer ante eso?
r. Yo veo que, con la llave de la historia, se puede hacer el desmonte del mandato de la masculinidad y para eso es indispensable pasarles la noticia a los hombres de que sufren. Hay un campo político que está reaccionando al ver que los hombres están escapando del mandato.

p. no todos los hombres están bajo ese mandato
r. Claro. Y esos son los revolucionarios. Los que generan cambios.

p. en esta cumbre se habla de espacios seguros para las mujeres, ¿cómo se 
logra eso?
r. Los espacios seguros son los comunitarios. Donde hay lazos vinculares. No estoy idealizando, no estoy diciendo que sean todos amiguitos, pero la comunidad como tal es posible. Las ciudades deben tener comunidad
y deben tener un valor asignado a la vida del
de a lado.

p. estamos en una época en la que la equidad de género, la violencia hacia la mujer empiezan a llenar la agenda de las autoridades, ¿las políticas públicas están dando resultados?
r. Ahí yo tengo una diferencia con muchos de los participantes. Creo que no. Que muchísimas de esas políticas publicas se quedan en los bolsillos de los intermediarios. Cuando son aplicadas
por burócratas no llegan al destino. La sociedad civil también se ha burocratizado. La iniciativa tiene que venir de la gente misma.

p. ¿cómo mejorar?
r. La idea es no seguir dando vueltas en círculos. Hay que entender los éxitos, observarlos muy bien, indagar en dónde sucedieron, cuándo…
Hay que hacer un registro histórico de una política pública que haya tenido éxito, que haya pasado a las manos de la comunidad y que haya sobrevivido a los cambios de gobierno. Eso no es deseperanzoso. Es esperanzoso, pero es realista. (I)

DATOS 

>crímenes. En el 2006, realizó una investigación sobre los crímenes desde Ciudad Juárez, México, en donde hizo un análisis del femicidio.
>investigación. Ha escrito innumerables trabajos a partir de una investigación que hizo con violadores en la penitenciaría de Brasilia.
>justicia. Participó en el peritaje del juicio de Guatemala en que se condenó por primera vez a miembros del Ejército por los delitos de esclavitud sexual.


Por Jackeline Beltrán
Fuente: El Tiempo

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