septiembre 21, 2018

ELA: presento la investigación “Violencia política contra las mujeres en Argentina”

El Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA) presentó, esta semana, la investigación “Violencia política contra las mujeres en Argentina: Experiencias en primera persona”. Con el objetivo de visibilizar y concientizar sobre la violencia contra las mujeres en política, un tema incipiente tanto en la agenda local como regional que a diferencia de lo que sucede con la violencia doméstica ha sido poco explorado, la publicación recoge los primeros datos empíricos sobre la dimensión del problema y las experiencias en primera persona de mujeres políticas dentro del Poder Legislativo.

De visita en el programa Punto G, Periodismo y Género, Lucia Martelotte, Directora Adjunta de ELA, explicó que “violencia política es un término bastante novedoso que sufren las mujeres cuando hacen política. Dos cosas la definen: una es que tiene básicamente un componente de género y otra que el objetivo es impedir que las mujeres accedan a los cargos de poder o que se hagan efectivos.”Según la ley modelo de violencia po­lítica de la OEA “Debe entenderse por violencia política contra las mujeres cualquier acción, conducta u omisión, realizada de forma directa o a través de terceros que basada en su género, cause daño o sufrimiento a una o varias mujeres, y que tenga por objeto o por resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de sus derechos políticos. La violencia política contra las mujeres puede incluir entre otras, violencia física, sexual, psicológica, moral, económica o simbólica”(art 3).

¿A quiénes entrevistaron?

Primero se hizo una parte más cualitativa, entrevistas en profundidad con legisladoras de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y congresistas nacionales y después realizamos una encuesta cerrada a 45 legisladoras de 11 provincias y de todo el arco político. Lo que encontramos fue que 8 de cada 10 participantes dijeron haber sufrido a lo largo de sus trayectorias políticas alguna situación de violencia por el mero hecho de ser mujeres, lo que demuestra que es un fenómeno invisibilizado pero bastante extendido.

¿Pudieron identificar algún común denominador?

Si, lo que se ve en Argentina es que el tipo de violencia más extendida es la simbólica llegando al 28% y después viene la violencia psicológica sobre la cual una de cada dos mujeres dijeron haberla sufrido. También fue interesante y preocupante que, si bien las edades de las entrevistadas iban de los 33 a más los más de 60 años, la mayoría refirió haber sufrido violencia en sus épocas de militancia cuando eran jóvenes.

¿Quiénes son los agresores?

Ahí también tenemos una caracterización, en relación al sexo más del 60% dijeron que fueron varones, un 30% que fueron agredidas indistintamente por varones y mujeres y menos del 10% dijo que la agresora fue una mujer. Y en cuanto a la pertenencia, más del 70% de los hechos fueron a través de las redes sociales y en segundo lugar aparece alguien del mismo o de otro partido político. Así se identifican dos ámbitos: Internet y los lugares donde se hace política.

En el informe se nombran las tareas de cuidado que mayoritariamente recaen sobre las mujeres condicionando la participación en cualquier espacio, como se vincula con la violencia política?

Les preguntamos cuales eran los factores que identificaban como principales obstáculos para que las mujeres hagan política y lo que sale más claramente son los factores culturales y los roles impuestos a las mujeres en la sociedad. En el tema de cuidados más del 90% de las encuestadas lo marcó como principal y también el tema de los cuidados se vincula con la permanencia en los espacios. Inclusive teniendo en cuenta que las legisladoras tienen un nivel económico holgado, más del 50% refirió tener reclamos de hijas e hijos a la hora de dedicarse a la política.

A nivel normativo hay algunos proyectos de ley en nuestro país para abordar esta problemática, cómo es en el resto de la región?

Hay dos formas de abordarlo, hay países como Perú, Costa Rica, Ecuador que están yendo por leyes específicas sobre violencia y acoso político hacia las mujeres igualandoel modelo de Bolivia que tiene la primera ley del mundo sobre esta problemática que es del año 2012 y por otro lado están los países que buscan reformar la legislación sobre violencia contra las mujeres en general tipificando la violencia política como Paraguay que lo hizo el año pasado. En Argentina hay 5 proyectos actualmente, el pionero del año 2016 de la senadora Nancy González y 4 que se están por debatir en diputados buscando reformar la ley 26485. Ninguno de los proyectos propone una ley solo de violencia y acoso político contra las mujeres.

¿Qué otras propuestas de visibilización se muestran en el trabajo?

Cuando le preguntamos a las legisladoras, las respuestas iban por el lado de que se reconozca como un problema que tiene muchas causas y por ende también una solución que debe ser integral, no alcanza con una reforma normativa. Las entrevistadas afirmaron que es necesario emplear otro tipo de medidas, como “Realizar campañas de concientización en medios de comu­nicación” (84%), “Generar espacios para el fortalecimiento de redes de las mujeres en po­lítica” (76%) y “Contar con organismos públicos donde efectuar denuncias y recibir aseso­ramiento” (62%).

Muchas de las mujeres que participaron deben haberse dado cuenta de esta violencia sobre la marcha de la entrevista…

Si, uno de los efectos que tiene esta investigaciónes ayudarlas a reflexionar sobre sus propias trayectorias y ser conscientes de que muchas de las cosas que les sucedieron no eran naturales de la política sino que eran situaciones de violencia. La entrevista las ayudo a repensar y reconocer como violencia hechos que tenían naturalizados.

“La violencia contra las mujeres en política constituye un obstáculo que impide su plena participación en puestos de toma de decisión en diferentes espacios y refuerza roles tradicionales de género, socavando la calidad de la democracia, el desarrollo y el pleno disfrute de sus derechos humanos. La ausencia de mujeres en la vida política no solo limita el ejercicio pleno de la democracia para quienes conforman el 50% de la población sino que además restringe la pluralidad de voces en el debate público, en el que los intereses de las mujeres se ven, por lo tanto, menos representados. A través de la violencia política se socava no sólo la autonomía en la toma de decisiones, sino también la autonomía físi­ca. Por este motivo, reconocer y trabajar sobre este problema resulta fundamental para contribuir con el pleno ejercicio de los derechos de las mujeres y con la consolidación de democracias sólidas e inclusivas”.

  • Podes descargar el documento completo: AQUÍ

Por Alejandra Benaglia
Periodista, Feminista y delegada sindical
Fuente: http://diariofemenino.com.ar/

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