marzo 16, 2025

Entrevista a Soraya Maicoño, mujer de la comunidad Mapuche, tras los incendios que arrasaron en territorios ancestrales durante el verano

Habitante de una de las localidades más afectadas por las llamas que hicieron arder los bosques de la Comarca Andina, Soraya Maicoño reflexiona con Las12 desde su casa, aún con el temblor en el cuerpo por la represión y persecución a su pueblo. Ella explica por qué el ensañamiento es con quienes defienden la tierra, los ríos, todo el ecosistema que sólo necesita ser respetado y no explotado para el beneficio capitalista de unos pocos. 

Soraya Maicoño en su casa de Mallín Ahogado, Río Negro.. Imagen: Hernán Vitenberg

Desde Mallín Ahogado, Río Negro.

Los incendios en la Patagonia no solo dejaron bosques y ecosistemas destruidos, sino también varias preguntas que permanecen latentes mientras los gobiernos provinciales, el gobierno nacional y el Poder Judicial, racistas y patriarcales, intentan ocultar sus responsabilidades criminalizando una vez más al Pueblo Mapuche. “Vuelven a hostigarnos para entregarle los territorios a las empresas extractivistas”, denuncia Soraya Maicoño, actriz y cantora mapuche de Mallín Ahogado, una de las localidades más afectadas por el fuego en Río Negro. 

La persecución, al igual que ocurrió en 2022, es principalmente contra las mujeres de su comunidad, portadoras de una cultura y una espiritualidad ancestral que resultan un obstáculo para un sistema económico que solo ve en la naturaleza la posibilidad de hacer negocios. Soraya hace una revisión de los hechos y asegura que, a pesar de que los discursos de odio contra su pueblo por parte de los gobiernos se incrementaron desde la presidencia de Javier Milei, a diferencia de otros años ya no están causando el mismo efecto: “Cada vez hay más personas y organizaciones que repudian el ataque sistemático hacia las comunidades y saben que es urgente un despertar de conciencia. Darnos cuenta de la importancia de la tierra: ¿Quién se la está quedando? ¿Qué están haciendo con ella? ¿Y qué les pasa a quienes la defendemos?”. 

¿Qué hecho ubicás como el detonante de esta nueva persecución al pueblo mapuche? 

--La criminalización de los gobiernos hacia las comunidades es algo histórico, pero a comienzos de este año el desalojo fallido de la Lof Paillako -que reivindica su territorio en el Parque Nacional Los Alerces, Chubut- fue un hecho clave para todo lo que sucedió después. Ese día, decenas de móviles policiales, camionetas, efectivos del Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich, policías provinciales, personal de Parques y hasta un tanque militar ingresó a la comunidad para realizar el desalojo. Pero la gente que vive ahí decidió retirarse antes, no porque ese lugar no sea territorio mapuche, sino porque saben la brutalidad con la que se manejan en estos casos y no iban a poner en riesgo su vida. Esa acción descolocó completamente al gobierno, que no pudo llevar adelante su puesta en escena represiva ni utilizar ese desalojo para lo que tenían planeado: volver a instalar la idea de que el pueblo mapuche es terrorista. 

Unos días después empezó el primero de los incendios, en la localidad de Epuyén, y enseguida el gobierno salió a responsabilizar a las comunidades… 

--Sí, el gobierno de Chubut armó una conferencia de prensa para volver a criminalizarnos, y además la mayoría de personas que se nombró son mujeres. Pero hasta el día de hoy no pudieron dar ninguna prueba de esto. Si bien aún no hay informes de fiscalía respecto a los resultados de la investigación, en Epuyén nadie sostuvo la versión del gobierno porque la mayoría de la gente coincide en que fue un accidente. Y sin duda puede haber sido así, porque acá hay una sequía tremenda, las plantaciones de pinos son combustible para el fuego, y ese día había muchísimo viento y el clima estaba muy seco. En dos horas se quemaron 70 casas, muchas de las personas que perdieron todo son mapuche. Pero ellos siguen insistiendo con mentiras para instalar en la sociedad la idea del enemigo interno que hay que combatir. 

El segundo incendio empezó acá, cerca de Mallín Ahogado, justo dos días después de que el intendente de El Bolsón, Bruno Pogliano, diga que hay que terminar con toda la ruralidad de la zona ¿Cómo analizás esa coincidencia?

--Fue muy extraña esa coincidencia, y también dejó en evidencia que el plan del gobierno es beneficiar a todos los emprendimientos inmobiliarios y turísticos de las empresas multinacionales de esta región. Por eso la ruralidad no les conviene. Pero Mallín Ahogado es sumamente rural, desde las huertas familiares hasta las plantaciones de lúpulo. En la Comarca Andina somos un entretejido social: nos une la producción, la ruralidad, los ciclos naturales. Tenemos escuelas agrotécnicas, el colegio primario tiene vacas, a los niños se les enseña a sembrar, a tener sus propias huertas, a ser independientes. También está el Centro de Educación Agropecuaria que enseña oficios vinculados a la práctica rural y forma profesionales en el área. Esa es la esencia de este lugar, y justamente es lo que para el intendente se tiene que terminar.

Al desalojo fallido de la Lof y los dos incendios de la comarca se sumó la detención de personas que ayudaban a apagar los incendios y la intervención de la patota enviada por Lewis en la puerta de la comisaría de El Bolsón…

--Claro, esa tarde se realizó una convocatoria espontánea frente a la comisaría para exigir la liberación de estas personas, y ahí apareció la patota de Lewis a caballo, con rebenques y palos, a pegarle no solo a la gente que se estaba manifestando, sino también a una mujer policía que estaba allí. Ese hecho demostró el nivel de mafia e impunidad de quienes tienen el verdadero poder y también la falta de gobernabilidad del intendente. Después hicieron un gran allanamiento en la zona de El Hoyo, Chubut, y se llevaron detenidas a seis personas más, pero al día siguiente las tuvieron que liberar por falta de pruebas.

¿Creés que los gobiernos provinciales en consonancia con el Poder Judicial, los grandes grupos económicos y el gobierno nacional, podría haber generado este caos social para justificar los desalojos y los allanamientos en las comunidades?

--Es una posibilidad. Los allanamientos fueron 11 en total y se dieron de manera masiva y simultánea en varias partes de Chubut, en comunidades y casas particulares. Y al igual que en los desalojos, los operativos policiales fueron desmedidos. Golpearon a mujeres y ancianos, incautaron libros, computadoras, celulares, destrozaron casas y espacios de las comunidades y se llevaron detenida a Victoria Núñez Fernández, una mujer integrante de la Lof Pillán Mawiza, en la localidad de Corcovado. Con ella también inventaron toda una historia para intentar culpabilizarla, pero a los días de la detención le dieron prisión domiciliaria porque la defensa presentó evidencias que demostraron que todo era falso. La única prueba que el gobernador utilizaba para responsabilizar al pueblo mapuche por los incendios no la pudo sostener, y sin embargo todavía ningún funcionario salió a decir nada sobre el tema.

¿Qué intereses creés que hay detrás de todo eso?

--Principalmente apropiarse de grandes extensiones territoriales que están siendo cuidadas, custodiadas, desde hace muchísimo tiempo por las comunidades. Son miles de hectáreas de bosques y de agua pura en donde cada vez hay más intereses extranjeros. La tierra realmente está en esas manos, pero ellos insisten en instalar que somos los mapuche quienes no reconocemos al Estado y que la única bandera que va a flamear es la argentina, cuando en realidad Benetton tiene casi un millón de hectáreas en el país, Lewis y los qataríes tiene otras miles. Pero para el gobierno es mucho más fácil, práctico y barato reprimir y encarcelar al pueblo mapuche porque no tenemos el aparato mediático ni económico para poder contener todo ese avance represivo.

Las voces de los pueblos originarios y la situación que están atravesando todavía no tiene suficiente visibilidad en el resto de la sociedad ¿Por qué te parece que sucede esto?

--Hay algo de la vida urbana que nos aleja de las cosas más esenciales. La gente que vive en la ciudad fue perdiendo el contacto con la naturaleza. Yo por ejemplo amanezco todos los días acá, ahora que es verano todo está verde, en invierno voy a ver las lengas rojas, en el otoño voy a cosechar mis ciruelas y voy a ver las hojas caer. Y eso que va cambiando en la naturaleza también va cambiando en mí. En la comarca hay realmente un intento de otra forma de vida, un intercambio de saberes, de respeto y agradecimiento por las posibilidades de buen vivir que nos brinda la tierra. Cuando la gente realmente pueda conectarse con la naturaleza de otra forma, y no como si le perteneciera o como si fuera su dueña, va a poder entender lo injusto que es que se esté responsabilizando al pueblo mapuche por los incendios solamente para quitarnos una forma de vida, que además no solo es una elección nuestra, sino de muchas otras personas que también lo están eligiendo.

Mucha gente está eligiendo otra forma de vida porque pareciera darse cuenta de que el sistema capitalista-extractivista está destruyendo el planeta, ¿no?

--Sí, de hecho la detención de los brigadistas que estaban ayudando a apagar los incendios de alguna manera también tuvo que ver con eso: son personas que se organizaron solidariamente, espontáneamente, comunitariamente, sin líderes. Esas formas al sistema y al poder le molestan mucho. Y también por eso ahora, a diferencia de otros años, los discursos de odio contra nuestro pueblo ya no están causando el mismo efecto. Porque cada vez más personas y organizaciones repudian el ataque sistemático hacia las comunidades y saben que es urgente un despertar de conciencia. Darnos cuenta de la importancia de la tierra: quién se la está quedando, qué están haciendo con ella, y qué les pasa a quienes la defendemos. Para el gobierno, todas las personas que nos estamos oponiendo al sistema extractivista automáticamente pasamos a ser terroristas, pero paradójicamente quienes entran a nuestras casas a reprimirnos y a infundirnos terror son ellos.



Fuente: Las/12

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