Chile registra más de 64.500 denuncias por desaparición de mujeres en cuatro años

Miles de mujeres participan en una marcha convocada por asociaciones feministas en conmemoración por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, en Santiago (Chile), 2021. EFE/Alberto Valdés
Desde 2019 hasta 2023 la Fiscalía registró más de 64.500 denuncias por mujeres desaparecidas en Chile por lo que se conoce como "presunta desgracia", es decir, la pérdida o extravío temporal o permanente de una persona sobre quien se ignora su paradero.
Esta cifra, revelada por el portal de Transparencia del Estado para el trabajo de fin de grado de Periodismo de tres estudiantes de la Universidad de Santiago (Usach), pone de manifiesto una forma de violencia que, si bien afecta a muchas mujeres y adolescentes, permanece invisibilizada y silenciada.
“Para nosotras estas cifras significaron un impacto total y nos preguntamos dónde se muestra realmente esta realidad en Chile. No la vemos en los medios ni siquiera mucho por redes sociales”, explica a EFE Catalina Bustamante, coautora, junto con Javiera Pérez y Ahvi Herrera, del trabajo Entre el Abandono y el Prejuicio: la lucha por justicia para las mujeres desaparecidas en Chile 2019-2023.
Además de la información del Ministerio Público, los alumnos obtuvieron también los registros de la policía durante los mismos cuatro años, que sumaban más de 50.000 casos de desaparecidas. "Ante estos números, la desaparición de mujeres en Chile se convierte en un tema de seguridad y pertenencia nacional que no ha sido abordado de forma adecuada", apuntan.
Estudiantes de la Usach y autores de la tesis de fin de grado "Entre el Abandono y el Prejuicio: la lucha por justicia para las mujeres desaparecidas en Chile 2019-2023".
La "presunta desgracia" no está tipificada como delito en Chile, pero su investigación se relaciona de forma estrecha con delitos como el femicidio, el secuestro o la violencia intrafamiliar (VIF), que son, según Bustamante, "los más comunes".
Organizaciones que estudian la desaparición de mujeres apuntan que el aumento de este fenómeno es por la necesidad de ocultar un femicidio. “Las niñas y las mujeres no desaparecen, las matan o las secuestran, por ello es importante que los protocolos sigan los lineamientos internacionales sobre crímenes violentos contra mujeres, que dentro de las hipótesis de investigación consideran que pueda haber ocurrido un crimen con marca de género”, dice a EFE Isadora Castillo, integrante de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres.
Mujeres de sectores vulnerables
El Comité de Expertas del Mecanismo de Seguimiento de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Mesecvi), expresó a principios de mayo su "profunda preocupación" por la desaparición de varias mujeres en la nortina región de Atacama "en un contexto de desprotección y de barreras en el acceso a la justicia e impunidad".
Se trata de Tanya Aciares, de 14 años y quien fue vista por última vez en octubre de 2018; Catalina Álvarez, de 16, secuestrada en junio de 2019, y de Thiare Elgueda, de 19, de quien no hay pistas de su paradero desde noviembre de 2020.
Las expertas del Mesecvi de la Organización de los Estados Americanos (OEA) consideran que estos casos "reflejan un preocupante patrón de desaparición seguido de violencia femicida de mujeres y niñas en situaciones de profunda desventaja social".
Una conclusión a la que también llegan los recién graduados en su trabajo: "La gran mayoría de las mujeres que desaparecen o que denuncian por presunta desgracia pertenecen a sectores populares o vulnerables y tienen bajos ingresos lo que las hace más invisibles dentro de la sociedad o para el Estado o para sus agentes".
En su tesis relatan que hasta la fecha, las mujeres desaparecidas "son solo cifras" y denuncian que las investigaciones llevadas a cabo por el Ministerio Público y la policía "no apuntan hacia un perfil de estas mujeres” ni tampoco “toman en cuenta sus historias de vida y contexto".
"¿Por qué, si son tantas, no hay un perfil? –pregunta Bustamante– Hay vidas detrás de estas cifras". Si bien las estadísticas revelan que existe un mayor registro de desapariciones de hombres que de mujeres, según los estudiantes, "ellos tienen mayor probabilidad de ser encontrados".
"Desidia, abandono y desinterés" del Estado
Además de cargar con el dolor de una posible desgracia, las familias de las mujeres desaparecidas cargan con "los prejuicios" a los que se enfrentan al interponer las denuncias ante la policía o en la Fiscalía. “No existe una implementación concreta de la perspectiva de género en el momento en que una mujer violentada decide denunciar a su agresor ni cuando las familias denuncian una desaparición”, sostienen en su investigación.
El Comité investigador ha llamado a actuar "con debida diligencia reforzada", "acelerar" las investigaciones y los procesos judiciales y asegurar que las familias y el entorno de las víctimas sean debidamente informadas de los avances.
Julieta Rivera, una de las portavoces de la Agrupación de Familiares Víctimas de Femicidio, dice a EFE que el Estado "es responsable" de todas las desapariciones porque no garantiza que las mujeres tengan una vida libre de violencia y los medios de comunicación “contribuyen a invisibilizar” esta realidad.
"Existe una desidia, abandono y desinterés por parte de las instituciones y agentes del Estado sobre la desaparición de mujeres", asevera Bustamante.
Familiares de víctimas de desaparición se quejan de "negligencias investigativas" en la custodia de las pruebas judiciales, sucesivos cambios de fiscal y malos tratos durante el proceso de búsqueda: "Nos mandaron a rezar" y "nos tratan como si fuéramos tontas", lamentan en el trabajo universitario María José y Andrea Palacios, hermanas de Laura Palacios, desaparecida en 2019.
"No tienen la disposición de investigar qué pasó, sino que van directo a los prejuicios, sin investigar ni acompañar a las familias, que se sienten abandonadas por el Estado y sus agentes", dice Pérez. Según ella, hay familias que ante una denuncia por presunta desgracia han recibido por respuesta que la mujer "quizás salió a carretear (de fiesta) o con el pololo (novio)", además de enfrentar trabas que alargan el proceso.
Hasta abril de 2024, de los más de 64.500 casos, 641 seguían vigentes, tres suspendidos y 63.873 terminados, sin que esto último implique que se haya encontrado a la mujer desaparecida: “Puede cerrarse el caso por instrucción de Fiscalía, que puede decir que no hay antecedentes suficientes”, añade.
Las estudiantes concluyen que ante el alza de mujeres desaparecidas, las autoridades tienen que tomar cartas en el tema y proteger más a las mujeres: "Es una situación que afecta a muchas personas –cierra Pérez– y tiene que saberse".
Por Meritxell Freixas
Fuente: Efeminista