Seneca Falls: la convención que dio origen al feminismo moderno
El 19 de julio de 1848, en Nueva York, comenzó el movimiento feminista moderno con una convención que exigió igualdad, educación y el derecho al voto para las mujeres.

La convención marcó el inicio del movimiento sufragista que culminaría con el voto femenino en 1920.
El 19 de julio de 1848 se celebró en Estados Unidos la primera convención organizada por y para mujeres, un hecho que marcó un antes y un después en la lucha por sus derechos civiles y políticos.
Un pequeño pueblo del estado de Nueva York fue el escenario de un momento histórico. En la localidad de Seneca Falls, un grupo de mujeres, acompañadas por algunos hombres, se reunió para reclamar una transformación social profunda: el reconocimiento de la igualdad entre los sexos. Lo que comenzó como un encuentro modesto se convertiría en el acto fundacional del movimiento feminista moderno.
Durante dos días, el 19 y 20 de julio de 1848, unas 300 personas asistieron a lo que hoy se conoce como la Convención de Seneca Falls, considerada la primera asamblea organizada en favor de los derechos civiles y políticos de las mujeres en Estados Unidos. Aquella reunión no solo introdujo demandas revolucionarias para la época, como el sufragio femenino, sino que también marcó el inicio de una larga lucha por la igualdad legal y social de las mujeres.

El 19 de julio de 1848 comenzó en Seneca Falls la lucha organizada por los derechos de las mujeres.
Orígenes y contexto: mujeres en un sistema desigual
En la primera mitad del siglo XIX, las mujeres estadounidenses estaban legalmente subordinadas a los hombres. Las leyes impedían que tuvieran propiedad si estaban casadas, no podían votar ni firmar contratos, y sus oportunidades de educación y trabajo eran muy limitadas. La mayoría de los estados aplicaban la llamada doctrina de la coverture, que consideraba que la identidad legal de una mujer casada quedaba absorbida por la de su esposo.
En ese entorno, emergieron figuras como Lucretia Mott, Elizabeth Cady Stanton y otras activistas que, inicialmente involucradas en el movimiento abolicionista, comenzaron a cuestionar también la falta de derechos para las mujeres. Tras ser rechazadas en la Convención Mundial contra la Esclavitud en Londres (1840) por su género, Mott y Stanton decidieron organizar su propio encuentro.Te puede interesar: ¿Sabías que Tom y Jerry no se llamaban así al principio? Esta es la historia detrás de sus nombres
Una reunión histórica
La convocatoria para la convención fue publicada en el periódico Seneca County Courier el 14 de julio de 1848. La cita era en la Capilla Wesleyana de Seneca Falls, y el evento fue organizado principalmente por cinco mujeres: Elizabeth Cady Stanton, Lucretia Mott, Martha Coffin Wright, Mary Ann McClintock y Jane Hunt.
Durante las sesiones, se discutieron los derechos de las mujeres en la sociedad, con especial énfasis en la educación, la propiedad, la ley conyugal, y por primera vez en público, el derecho al voto.
La Declaración de Sentimientos
Uno de los documentos más influyentes de la convención fue la Declaración de Sentimientos, redactada por Elizabeth Cady Stanton. Inspirada directamente en la Declaración de Independencia de 1776, el texto adaptó sus conceptos para denunciar la opresión sistemática de las mujeres:
“Sostenemos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres y mujeres son creados iguales…”.
La declaración enumeraba 18 agravios cometidos por el “hombre” contra la mujer, que incluían:Negar el derecho al voto.
Excluir a las mujeres de la educación superior.
Someterlas a leyes creadas sin su consentimiento.
Privarlas de sus propios salarios y propiedades.
Impedirles desarrollarse plenamente en la vida pública.
Este texto fue firmado por 100 personas (68 mujeres y 32 hombres), entre ellas el influyente orador afroamericano Frederick Douglass, quien apoyó activamente la resolución en favor del sufragio femenino.

La Convención de Seneca Falls de 1848 fue la primera en exigir derechos civiles y políticos para las mujeres en EE.UU.
Un movimiento en marcha
Aunque la convención fue inicialmente criticada en la prensa y considerada radical por sectores conservadores, también encendió una chispa. En los años siguientes, surgieron más de 300 reuniones similares en diferentes estados. Se consolidó así un movimiento nacional que, con el tiempo, logró establecer asociaciones sufragistas, campañas de concienciación y acciones políticas.
Entre las líderes que surgieron posteriormente destacan Susan B. Anthony, quien, junto a Stanton, fundó la National Woman Suffrage Association, una de las más influyentes de la historia.
Declaración de Sentimientos fue el primer manifiesto que exigió igualdad legal, social y política para las mujeres.
Repercusiones a largo plazo
La lucha iniciada en Seneca Falls no tuvo frutos inmediatos. El derecho al voto femenino no se conquistó sino hasta 72 años después, con la ratificación de la Enmienda 19 a la Constitución de Estados Unidos, el 26 de agosto de 1920. Para entonces, muchas de las pioneras ya habían fallecido.
Sin embargo, su legado trascendió las fronteras de su país. La Convención de Seneca Falls inspiró movimientos similares en Europa y América Latina, y su ejemplo ha sido reivindicado por generaciones de activistas en todo el mundo.
Vigencia del mensaje
Hoy, la Declaración de Sentimientos es considerada un documento clave en la historia de los derechos civiles. El lugar donde se realizó la convención es parte del Women’s Rights National Historical Park, un sitio protegido por el gobierno de EE.UU.
Más allá del contexto histórico, los debates que se iniciaron allí siguen siendo relevantes: igualdad salarial, derechos reproductivos, participación política y el rol de las mujeres en la toma de decisiones son aún temas de discusión en pleno siglo XXI.
Por Leonardo Zúñiga
Fuente: Duplos.cl