agosto 24, 2025

Menopausia en el Aire: Encendidas

Menopausia, lo bueno, lo malo y lo no tan malo

Las comunicadoras feministas Mariana Carbajal e Ingrid Beck llevan adelante este proyecto autogestivo que va por su segunda temporada. Derribando tabúes con humor y asesoramiento científico, cuentan con muchos testimonios en primera persona y la necesidad de hacer correr la palabra menopausia en las casas, en los consultorios y en las camas. 

Ingrid Beck y Mariana Carbajal se divierten e informan sobre la menopausia, una forma de activismo feminista que ambas llevan como bandera en sus trayectorias. . Imagen: Gentileza


"Me gusta tu menopausia" podría ser el título de la charla con Ingrid Beck y Mariana Carbajal, porque cada una comparte su síntoma y no es exactamente el mismo que la otra, pero en la nota surge la necesidad de compartir algo que atraviesa la vida de las mujeres como un rayo. Un antes y un después del cuerpo y la mente que tiene un halo silencioso incluso puertas adentro de las familias: pocas recuerdan haber sido advertidas por sus madres y abuelas, y casi nadie tuvo la suerte de que profesionales de la salud tuvieran en cuenta la gran M para evaluar síntomas o padecimientos evitables. 

Unidas por el libro de Mariana, Encendidas. Un viaje íntimo por la menopausia, publicado en marzo de 2024 por Grijalbo, las periodistas se conocieron en la presentación (la autora la convocó a Ingrid a escribir y leer un texto propio sobre el tema), y a partir de entonces buscaron la manera de seguir ampliando la conversación de una etapa que sigue invisibilizada (aunque cada vez menos), que aún está rodeada de estigmas negativos y descalificantes, pero que parece sumar nuevas voceras dispuestas a poner en primera persona todos sus claroscuros. Caída del pelo, pérdida de la libido, nieblas mentales, dolores variados y muy específicos, cambios en la distribución de la grasa corporal, sube y bajas del estado de ánimo, insomnio, sofocos... Encendidas Podcast da cuenta de que todo cambia y de que puede una prenderse fuego pero no está sola. Un poco la idea de la dupla al frente de esta empresa da cuenta de esa necesidad de poner espíritu colectivo allí donde parece reinar la soledad de las cuatro paredes. 

La primera temporada de Encendidas Podcast se estrenó en diciembre de 2024 y son 10 episodios que fueron saliendo uno por semana. Ahora van por el quinto episodio de la segunda y sumaron un especialista que desmenuza un tema en cada envío. Se puede escuchar por Spotify y se puede ver por YouTube. 

¿Cómo nació este proyecto?

MC: --Por la gran injusticia de pensar ¿cómo nadie me lo contó antes?, ¿cómo nadie me lo advirtió? En nuestro caso que somos periodistas pensamos que si a nosotras nos pasó con esa intensidad, a otras mujeres les estaba y les está pasando también pero de forma silenciosa. Así me surgió la idea de escribir el libro, como una necesidad de contarlo. Creo que el silencio que atraviesa esta etapa tiene que ver con que nos avergüenza envejecer, nos da vergüenza decir tengo sequedad vaginal, tengo altibajos emocionales, no siento deseo sexual, etc. No es fácil decir todo eso. Sumado a todo el estigma que todavía tiene la idea de “la menopáusica”, todo contribuye al silencio. Cuando presenté el libro la invité a ingrid, la conocía como periodista y militante feminista, para que pusiera un poco de su humor irónico. Nos reímos mucho y sentí que había una necesidad de seguir ampliando. Entre la precarización laboral de las periodistas, el contexto adverso para nuestra agenda, y sentir que acá habia un proyecto me puse en campaña para conseguir financiamiento y cuando lo conseguí me pareció que lo mejor era invitar a Ingrid a sumarse. Así nació Encendidas: información basada en evidencia científica, nuestras propias experiencias, las voces de otras amigas y el humor atravesando todo, todo el tiempo. Riéndonos nosotras de nosotras.


IB: --Como militante feminista fracasé como menopáusica, negué todo lo que pude (risas). La palabra menopausia no vino a mi cerebro hasta que leí el libro de Mariana. Tenía un montón de signos pero los negaba. Y había circulado con profesionales de la salud que tampoco la mencionaban, algo que creo le pasa a muchas mujeres. El libro de Mariana me encendió, y llevé eso a la presentación. Mariana se animaba a contar un montón de cosas y eso tambien me animó a contar las mías. Cuando me invito a hacer el podcast, no lo dudé. 

MC: --Nos conocíamos de antes, tenemos trayectorias paralelas, nos fuimos cruzando muchas veces y en este año y medio consolidamos una dupla de trabajo que funciona muy aceitadamente, nos hicimos amigas y compartimos otras informaciones que no son sequedades e insomnios. Esto creció un montón y es una alegría porque este proyecto tiene mucho del feminismo, esto de no estar sola, e implica abrir una conversación pública para que seamos visibiles en una etapa no reproductiva pero de mucha productividad.

La ciencia tiene una gran deuda con nosotras, ¿cuál es la experiencia de Encendidas a estas respuestas que nos debe la ciencia en la menopausia?

MC: --Tuve la suerte de tener una ginecóloga que me acompaña desde el embarazo de mi hija que es especialista en climaterio. Cuando cumplí 50 y empecé a tener ese combo de signos corporales ella me confirmó que el insomnio, la caída de la libido, los olvidos, etc, eran la menopausia. Lo que puedo reprocharle tal vez es cómo a los cuarentipico no me advirtió, pero comprendo porque no todos las menopausias son iguales. Los sofocos nocturnos, por ejemplo, que a mí me sacaban el sueño, a otras no, y fue algo que supe que existía una vez que ya lo habia vivido. Pero yo tuve muchas suerte de esa escucha empática. Enseguida ella me ofreció la terapia hormonal. Y yo tenía todo ese prejuicio y ella me explicó que ahora no son las mismas hormonas. Investigando me enteré de un famoso estudio que se hizo en Estados Unidos a principios de los 2000 que se comunicó mal porque la muestra no era estandarizada y dejó flotando la idea de que esa terapia aumentaba el riesgo de eventos cardiovasculares y cáncer. Eso hizo que se suspendiera y trascendió ese temor a las hormonas. Después salió una nota en la tapa del New York Times que decía lgo así como que las mujeres hemos vivido engañadas, hablando de cómo este estudio se había comunicado mal. Obviamente que esa terapia no es para todas, pero muchas se la estaban perdiendo. En mi caso, atenuó muchísimo los síntomas, pero creo que hay una gran deuda de la ciencia, efectivamente: no todos los ginecólogos se han actualizado ni son especialistas en climaterio, en los hospitales públicos hicimos un relevamiento y en la mitad de CABA no hay especialistas. Tampoco en la formación de la carrera de medicina está muy presente, es casi invisible. Entonces hay quienes piensan que al dejar de menstruar no tiene que ir más a la ginecóloga/o. Y la ciencia que siempre puso al varón blanco hegemónico en el centro, se ha olvidado de que nosotras tenemos 20/30 años más de vida post menopausia. Estamos viendo que recién ahora se está empezando a estudiar el cerebro de la mujer en la menopausia, y la caída de los estrógenos tiene que ver con el funcionamiento de un montón de órganos, y todo esto no está tan claro, y es insólito. Hay dos millones de mujeres en la Argentina en esta situación, casi toda la población femenina va a llegar a esta etapa. ¿Qué le pasa a la ciencia? Bueno, ya sabemos: el patriarcado.


Informarse siempre es empoderarse para llegar a una consulta con datos y no con sensaciones brumosas, aunque no todos los y las profesionales tienen la escucha afinada en esta dirección...

IB: --Hay algo central de que nosotras cuestionamos que es la falta de información y la falta de empatía, Tambien la falta de formación. Además la prevencion es muy importante: si los sofocos muy agudos pueden provocar eventos cerebro vasculares, les salimos más caras a la ciencia. Entonces a todos nos conviene que esto se estudie. Hay muchas alternativas terapéuticas, a nosotras nos puede servir la de terapia hormonal, y hay otras, y hay quienes quieran tener la información, e incluso quienes la tengan y no quieran acceder a esas terapias. El déficit cognitivo, por ejemplo, que es de lo que más nos reímos pero es bastante impactante y disruptivo, en muchas puede parecerse a la locura. Ponerle nombre, decirlo, decir que se llama niebla mental, y compartirlo, puede evitar muchas desgracias.


MC: --Otro de los signos corporales asociados a la menopausia, que 8 de cada 10 lo vamos a tener en algún momento, es el síndrome genito-urinario: como los tejidos se debilitan con la caída de estrógenos, muchas mujeres no saben que el dolor en las relaciones sexuales o las infecciones urinarias a repetición, son por eso, y que se puede prevenir. Hay óvulos, hay trabajo en el suelo pélvico. Hay quienes se enteran que tienen osteopenia, que es el paso previo a la esteoporosis, cuando en el imaginario indica que la fractura fácil de un hueso va a suceder a los 80 años y no, puede suceder mucho antes y se puede prevenir. Estamos pensando cómo queremos vivir los proximos 20-30 años, y queremos vivir de la mejor manera.

IB: --También hay una deuda de la salud mental. Profesionales que tienen que darse cuenta que no es lo mismo tratar a una mujer de 50 años que está transitando la menopausia que a una más joven. Hay que tener en cuenta el momento vital que estamos pasando. No todo tiene que ver con la infancia, hay cosas que son signos físicos. Recibimos testimonios de mujeres que son diagnosticadas y recetadas con antidepresivos y en realidad lo que tienen son síntomas comunes de la menopausia. Está comprobado que la fascitis plantar, por ejemplo, tiene que ver con la caída de estrógenos. Nosotras estamos en tema y tenemos el alerta de Google pero sino una mujer que no tiene idea del origen pasa de médico en médico hablando de que le duele la planta del pie y no dando en la tecla.

MC: --Ingrid se rie porque a mí me gusta hacer actividad física, pero finalmente cada especialista que se sienta en Encendidas habla de la actividad física como algo bueno. Cada una hará lo que pueda, pero son cosas que se van descubriendo. Nuestra contribución viene por ese lado, que cada quién encuentre su solución pero no resignarse a que la menopausia te arrase. 

¿Por qué son fundamentales las políticas públicas en esta dirección?

IB: --El PAMI cubría el Viagra pero no la terapia de reemplazo hormonal, y se trata de medicamentos caros. Una trabajadora precarizada no tiene guita para comprar estrógenos. Una vez más la brecha es brutal también en esto, por eso insistimos en que haya protocolos de atención, consultorios en hospitales públicos, información. 

¿Cuál fue el dato que más les llamó la atención en este recorrido?

MC: --A mí se me congeló el hombro, que es una cosa que puede suceder. Técnicamente se llama síndrome del hombro congelado, es una sobrevascularización, tenía mucho dolor nocturno, me infiltré, y después con kinesiología y un osteópata lo pude resolver. Pero ninguno de los médicos a los que fui dio en la tecla, hasta que escribí el libro e investigando descubrí que el hombro congelado está asociado a la menopausia. Cuando lo tratamos en el podcast nos escribieron mujeres que también lo tuvieron y son cosas que no están estudiadas. No sé si tendrían otra solución, pero sería bueno saber esto de que no tenés otra cosa, mortal, que no se va a ir nunca… La información es clave, creo que si sos más joven tal vez no querés el spoiler de lo que te va a pasar, pero creo que es justo tener la posibilidad de saberlo.


Y que también habilites a que esa conversación ocurra al mismo tiempo con otros momentos vitales, porque todas tenemos amigas más jóvenes…

MC: --Y sumar a los varones también. En las relaciones de parejas heterosexuales abrir esta conversación, porque también es ayudar a esta convivencia que puede ponerse ríspida por las cosas que pasan. Con los hijos e hijas también abrir esta conversacion, naturalizar este proceso así como está naturalizada la edad del pavo en los adolescentes.

Y en relación al deseo sexual, es una desaparición inquietante...

IB: --Hay técnicas alternativas, masturbarse, usar juguetitos, mirar pelis eróticas, estimular la fantasía… Respecto de los descubrimientos que preguntabas antes, en mi caso ponerle nombre a los olvidos fue muy importante, y lo otro que me impactó tiene que ver con que la mayoría de las mujeres son despertadas entre las 3 y las 4 de la mañana. Entrevistamos a un especialista en sueño y nos dijo que a esa hora nos sube el cortisol, y encontrar esa explicación, aunque no haya nada para hacer, es tranquilizante.


MC: --Nosotras en octubre sacamos un libro de humor, escrito a cuatro manos, con ilustraciones bellísimas, con el objetivo de seguir cambiando la narrativa de la menopausia, hablar de esta transición hormonal y reirnos. Estamos muy contentas con el libro y creemos que va a aportar su granito de arena en este tema.

Encendidas Podcast se puede escuchar aquí
Más información en su Instagram.


Fuente: Las /12

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