enero 29, 2008

”Los Tratados de Libre Comercio pueden reforzar las desigualdades de género ya existentes”

Por eso, aunque las mujeres trabajadoras son mayoría en muchos de los sectores que se han visto potenciados por los acuerdos comerciales y de inversiones, como las maquiladoras mexicanas, las condiciones de trabajo no suelen ser ahí mejores que en las fábricas nacionales similares, pueden ser incluso ser pésimas y con frecuencia no se respetan los derechos laborales de las mujeres.

Así lo indica el informe Nuestro futuro por la borda, publicado en 2007 por la organización Oxfam Internacional, confederación de 13 organizaciones que trabajan en conjunto con 3000 organizaciones locales en más de 100 países, para encontrar soluciones definitivas a la pobreza, el sufrimiento y la injusticia.

En este sentido, Oxfam señala, en coincidencia con Organizaciones de las Sociedad Civil (OSC), que las mujeres mexicanas se han visto obligadas a ocupar empleos que no cuentan con seguridad social, que implican jornadas extenuantes y que tienen remuneraciones muy bajas. Condiciones precarias y abusivas donde las violaciones de los derechos laborales son habituales y se prohíben a menudo los sindicatos.

Las largas jornadas laborales afectan especialmente a las mujeres y a las y los niños: “las mujeres se ven forzadas a trabajar para alimentar a sus hijos, lo que les obliga a permanecer muchas horas fuera de casa”, enfatiza Oxfam. En última instancia, los nuevos empleos no permiten que las mujeres y sus familias salgan de la pobreza.

En los talleres de las maquilas se obliga a las mujeres a someterse a una prueba de embarazo cuando solicitan el empleo. Y la maternidad es considerada una desventaja, como revela un testimonio recabado por Oxfam, en el cual una madre soltera señaló que cuando una empresa ubicada en México pretendía reducir su salario, el supervisor le dijo que se callara si le importaban sus dos hijos. ”A ver cómo vas a mantenerlos si te despedimos”, amenazaron.

El ejemplo extremo de cómo las mujeres son llevadas a una vida de precariedad y vulnerabilidad extrema bajo el régimen del libre comercio es que más de la mitad de las mujeres que han sido asesinadas en Ciudad Juárez eran trabajadoras de las maquiladoras, una de las pocas ofertas de trabajo abierta por el TLCAN, señala Oxfam.

Resultado de esta situación es que el TLCAN ha profundizado la desigualdad, la discriminación y la exclusión de las mujeres. Y en eso coinciden las cifras manejadas por el Instituto Nacional de las Mujeres: de las 40 millones de personas que viven en pobreza extrema en el país, el 60 por ciento son mujeres.

El TLCAN, dice Oxfam, supuso una rápida expansión del comercio y de las inversiones, pero México sufrió una caída generalizada en el empleo, tanto agrícola como industrial, y un rápido aumento en las desigualdades.

En el 2004, los salarios reales eran inferiores a los de 1994, incluso en el sector de las maquiladoras. En los diez primeros años del TLCAN, México perdió 1.300.000 empleos agrarios, resume la organización internacional.

  • Sigiloso avance de los tratados
Debido al éxito de los tratados de libre comercio para los países ricos, a pesar de los altos costos para las naciones en desarrollo, estos se multiplican, como denuncia Oxfam. Explica en su documento que el avance de los tratados se realiza en forma sigilosa, porque este proceso amenaza con negar a los países en desarrollo una posición favorable en la economía mundial.

Por eso, los países ricos, liderados por Estados Unidos y la Unión Europea, están poniendo un empeño sin precedentes en lograr tratados de libre comercio regionales y bilaterales, pero lejos de la fanfarria de las cumbres mundiales y de la prensa internacional.

Unos 25 países en desarrollo han firmado ya tratados de libre comercio con países desarrollados, y más de 100 están embarcados en negociaciones y cada semana se firman como promedio dos acuerdos bilaterales de inversiones. “Prácticamente ningún país, por pobre que sea, se ha quedado fuera”, dice Oxfam.

Los países ricos están utilizando estos “tratados de libre comercio” y acuerdos sobre inversiones bilaterales y regionales para lograr concesiones que no son capaces de conseguir en la Organización Mundial del Comercio (OMC), explica la organización.


  • La reacción
Sin embargo, en los países en desarrollo se han gestado movimientos de resistencia a dichos tratados. México no es la excepción: el 1 de enero de 2008, desde el primer minuto del día, las organizaciones campesinas y no gubernamentales, así como los miles de ciudadanas y ciudadanos que impulsan la Campaña Nacional en Defensa de la Soberanía Alimentaria y por la Reactivación del Campo 'Sin maíz no hay país y sin frijol tampoco; pon a México en tu boca', construyeron un muro humano en el Puente Córdova de Ciudad Juárez, Chihuahua.

La protesta inició ese día porque fue la fecha en que entró en vigor la liberalización del maíz, frijol, leche en polvo y azúcar impuesta a México en el TLCAN. También era una movilización en contra de la construcción del muro fronterizo y contra la violación masiva de los derechos humanos y laborales de las y los trabajadores migratorios mexicanos por parte del Gobierno y el Congreso de los Estados Unidos.

Organizaciones campesinas mexicanas iniciaron de esta manera una gran movilización en todo el país contra el TLCAN, que durará todo el mes de enero, por considerar que provocará la ruina del campo nacional. Numerosos actos en todo el país culminarán el día 31 con una gran movilización en el Distrito Federal, donde se reclamará la renegociación del Tratado, al cumplirse cinco años de la firma del Acuerdo Nacional para el Campo.

  • Informe Completo:

http://www.artemisanoticias.com.ar/images/FotosNotas/070322_Futuro_por_la_borda.pdf

Por Gladis Torres Ruiz, desde México
Fuente: Artemisa Noticias/CIMAC

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