febrero 26, 2008

El cuaderno dorado


Se puede llegar a Doris Lessing (Premio Nobel de Literatura en 2007), en la total ignorancia, sin haber leído nada sobre su vida ni críticas literarias sobre sus numerosos libros. O se puede saber de la abultada trayectoria de esta escritora británica de origen iraní, de su prolífica literatura, y su reconocimiento entre las feministas. Como sea que se la descubra no pasará desapercibida. Sobre todo después de la lectura de 'El cuaderno dorado' (Punto de lectura), su obra más nombrada, elogiada y criticada. Este libro pesado (literalmente), de casi 800 páginas, no tiene desperdicios.

Desde el prefacio, donde la propia Lessing intenta explicar, lo que el libro es para ella, cosa que críticos y criticas no habían sabido comprender; con su guiño donde recomienda abandonar todo aquel libro que nos aburre (“solamente hay una manera de leer, que es huronear en bibliotecas y librerías, tomar libros que llamen la atención, leyendo solamente ésos, echándolos a un lado cuando aburren, saltándose las partes pesadas y nunca, absolutamente nunca, leer algo por sentido del deber o porque forme parte de una moda o de un movimiento”) comienza una lectura de la cual no es posible salir inmune.

A los días de haberlo terminado, una siente la tentación de volver a leerlo. El libro es prácticamente inabarcable. Aunque en pocas palabras, El cuaderno dorado es la historia de una escritora, Anna Wulf, que publicó una sola novela en su vida y está en crisis con la escritura, aunque escribe en cuatro cuadernos distintos, fragmentos de su vida. Es también la del surgimiento de quienes Lessing llama irónicamente “mujeres libres”, mujeres que (en la década del ‘50) rechazan el modelo hegemónico de ser las señoras de la casa cuidando niños mientras sus maridos trabajan y hacen política. Hay mucho en ella sobre las diferencias entre los géneros o lo que se conoce como “guerra de los sexos”. Es también la historia de una generación de personas que creyeron y se desencantaron del comunismo en plena Guerra Fría. Pero sobre todo es una novela que habla de las relaciones humanas de una manera descarnada y abierta, sin eufemismos ni lugares comunes.

Con su escritura, Lessing llega de una manera íntima y ligada a la identificación, aunque las protagonistas son mujeres de la década del 50.

El cuaderno dorado no es una obra más, es la más importante de la escritora. Es también una de las más substanciales de muchas de la literatura inglesa, y por qué no del resto del mundo. Como no remontarse con ella a Virginia Woolf y por qué no a la Siri Hustvedt de Todo cuanto amé. ¿Será casualidad que sean mujeres?¿O será la talla de estas escritoras lo que cuenta? Lessing, ya ha dado su respuesta: 'Cuando se es una escritora perteneciente a la tradición inglesa, una debe ser consciente y sentirse agradecida de un patrimonio que significa no tener que luchar como mujer para ser publicada y valorada. En Inglaterra las mujeres se han ganado la vida como escritoras desde hace siglos y, a veces, protestando con energía contra su destino. Mi agradecida conciencia de este patrimonio es la razón por la que suscribo la máxima de Virginia Woolf, según la cual las escritoras serán libres cuando, sentadas a escribir, no piensen si escriben o no como mujeres' (http://www.biografiasyvidas.com/biografia/l/lessing_doris.htm).

En fin. Para quienes todavía no la probaron. A no perder más tiempo.


Por Sonia Santoro
Fuente: Artemisa Noticias

Sí a la Diversidad Familiar!
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