Mujeres y niñas, alto riesgo y más sufrimiento en emergencias humanitarias
En situaciones de emergencia humanitaria, algunos grupos de población, sobre todo las mujeres y las niñas, sufren más que otros la violencia física, los desplazamientos, las enfermedades y el hambre, como ocurre en Somalia, señala la organización Visión Mundial en un comunicado.
Estas personas son abandonadas, maltratadas o ignoradas y muy a menudo mueren inadvertidas. En pocas palabras, son descuidadas, señala el organismo fundado en 1950 y que actualmente tiene presencia en más de 96 países en tres líneas básicas: desarrollo transformador; promoción de la justicia, y prevención, emergencia y rehabilitación para responder ante desastres y conflictos en las regiones que así lo requieran.
En Somalia, la prolongada inestabilidad ha tenido consecuencias negativas e impacto en todos los sectores de desarrollo. La situación de guerra, agravada por las catástrofes naturales y prolongadas sequías, afecta gravemente a la población, pero la situación de mujeres y niñas, sobre todo, ha empeorado.
Las mujeres y las niñas son más descuidadas en esta crisis, debido a su género.
Visión Mundial ha observado que las mujeres que se quedan en casa --con sus hijas, hijos, hermanas y hermanos-- porque sus esposos van a la guerra, son olvidadas. Ellas hacen una contribución muy importante a la fuerza de trabajo y hábilmente sacan adelante a sus familias, sin embargo, sus voces son relegadas y confinadas en el interior de las paredes de la casa.
Ellas carecen de información sobre dónde hay servicios de acceso o cómo obtener que sus hijos vayan a la escuela. A menudo, las mujeres que permanecen en casa son el blanco de las milicias que merodean y las abusan sexualmente.
Esto ha contribuido a un éxodo de las mujeres con sus hijas e hijos a los países vecinos en busca de refugio y protección, especialmente para sus niñas. Una mujer somalí que ahora vive en Kenia dice: "La razón por la que abandono el hogar es para proteger a mis dos hijas que eran un blanco para la violación. Mi marido que debería haber protegido murió, y no hay gobierno para protegernos".
Somalia es una sociedad patriarcal donde los hombres toman las decisiones, tanto en el hogar y en público. La mujer tiene poco o ningún control sobre la familia y los recursos de la comunidad. Los hombres, por el otra parte, tienen el mandato de proteger y tener autoridad sobre las mujeres con el fin de preservar estos valores sociales. Otras prácticas tradicionales, como la poligamia y los matrimonios precoces, son una práctica común al ser aclamados como signos de riqueza y de alta condición social.
Somalia tiene uno de los más bajos niveles de alfabetización en el mundo con un 17 por ciento; en niñas matriculadas en la escuela la tasa es de 36.1 por ciento inferior a otros países. La principal disparidad se asocia con el bajo valor en la educación de las niñas que los padres dan en comparación a los niños, y con otras prácticas culturales.
El matrimonio temprano en las niñas les quita la oportunidad de acceso a la educación, conduce a embarazos precoces, y puede dar lugar a complicaciones del embarazo (como la fístula). Además, las mujeres y las niñas sufren violencia doméstica y violencia social.
En los campamentos de desplazados internos, las mujeres y las niñas normalmente son la mayoría. Aunque ahora la práctica internacional es que ellas reciban ayuda alimentaría, no está claro lo que ocurre con los alimentos una vez que llegan a los hogares: algunos hombres venden la comida para obtener dinero y comprar khat, un narcótico que es masticado.
SAYNAP
Saynap tiene 42 años de edad y huyó de Mogadiscio con cuatro hijos y dos nietos. Ella decidió abandonar Mogadiscio después de que su hijo fue asesinado en graves enfrentamientos. Ella ahora vive en un campamento para desplazados internos justo en las afueras de Baidoa, en Somalia.
"Ese día fue terrible, hubo disparos en todas partes", recuerda Saynap: "He perdido a mi hijo y mis nietos se quedaron huérfanos. Los niños tuvieron tanto miedo y eso hizo que me decidiera a abandonar el pueblo".
Cuando Visión Mundial le preguntó lo que quiere para sus hijos, Saynap dice: "Mi mayor preocupación es sólo la forma de conseguir alimentos para los niños; ni siquiera sé si voy a obtener algo para mañana".
GUERRA Y VIOLACIONES SEXUALES
La guerra en Somalia ha agravado los problemas relacionados con género. En las ciudades los hombres ya no se sienten responsables de la familia, ya que las mujeres han demostrado que son capaces.
Viudas de guerra, que anteriormente eran atendidas por sus maridos o clanes, ahora permanecen solas. La violación, que era poco frecuente en las sociedades tradicionales, ha aumentado durante la guerra, los combatientes atacan a las mujeres por ser un grupo vulnerable. Se han dado casos donde los padres, por la violación de sus hijas, aceptan del agresor como indemnización un camello a fin de mantener el asunto tranquilo.
La inclusión, el reconocimiento, las necesidades y derechos de las mujeres y las niñas no ha sido previsto en la familia, el clan o el gobierno. El conflicto civil ha destruido los limitados recursos educativos existentes y las oportunidades disponibles para ellas son menores que la generación de sus madres.
Las intervenciones que promuevan la consolidación de la paz, los derechos de la mujer, el género y la igualdad son muy necesarios, para mejorar las condiciones de vida para las niñas y las mujeres, y, por ende, a toda la comunidad, señala Visión Mundial.
Dicho organismo, afirma en su comunicado, promueve la atención de los marginados y desatendidas durante las evaluaciones de emergencia para garantizar que sus necesidades específicas estén incluidas.
Considera que las mujeres y las niñas deben participar cuando otros están abogando por su derechos de cara a las barreras culturales y la insuficiencia de las políticas gubernamentales.
Además, finaliza, las mujeres deben incluirse en las negociaciones de paz en diferentes niveles, también deberán tener competencias desarrolladas a fin de que sean capaces de cumplir con sus necesidades básicas estén donde estén y puedan aprender a reconstruir la vida.
Estas personas son abandonadas, maltratadas o ignoradas y muy a menudo mueren inadvertidas. En pocas palabras, son descuidadas, señala el organismo fundado en 1950 y que actualmente tiene presencia en más de 96 países en tres líneas básicas: desarrollo transformador; promoción de la justicia, y prevención, emergencia y rehabilitación para responder ante desastres y conflictos en las regiones que así lo requieran.
En Somalia, la prolongada inestabilidad ha tenido consecuencias negativas e impacto en todos los sectores de desarrollo. La situación de guerra, agravada por las catástrofes naturales y prolongadas sequías, afecta gravemente a la población, pero la situación de mujeres y niñas, sobre todo, ha empeorado.
Las mujeres y las niñas son más descuidadas en esta crisis, debido a su género.
Visión Mundial ha observado que las mujeres que se quedan en casa --con sus hijas, hijos, hermanas y hermanos-- porque sus esposos van a la guerra, son olvidadas. Ellas hacen una contribución muy importante a la fuerza de trabajo y hábilmente sacan adelante a sus familias, sin embargo, sus voces son relegadas y confinadas en el interior de las paredes de la casa.
Ellas carecen de información sobre dónde hay servicios de acceso o cómo obtener que sus hijos vayan a la escuela. A menudo, las mujeres que permanecen en casa son el blanco de las milicias que merodean y las abusan sexualmente.
Esto ha contribuido a un éxodo de las mujeres con sus hijas e hijos a los países vecinos en busca de refugio y protección, especialmente para sus niñas. Una mujer somalí que ahora vive en Kenia dice: "La razón por la que abandono el hogar es para proteger a mis dos hijas que eran un blanco para la violación. Mi marido que debería haber protegido murió, y no hay gobierno para protegernos".
Somalia es una sociedad patriarcal donde los hombres toman las decisiones, tanto en el hogar y en público. La mujer tiene poco o ningún control sobre la familia y los recursos de la comunidad. Los hombres, por el otra parte, tienen el mandato de proteger y tener autoridad sobre las mujeres con el fin de preservar estos valores sociales. Otras prácticas tradicionales, como la poligamia y los matrimonios precoces, son una práctica común al ser aclamados como signos de riqueza y de alta condición social.
Somalia tiene uno de los más bajos niveles de alfabetización en el mundo con un 17 por ciento; en niñas matriculadas en la escuela la tasa es de 36.1 por ciento inferior a otros países. La principal disparidad se asocia con el bajo valor en la educación de las niñas que los padres dan en comparación a los niños, y con otras prácticas culturales.
El matrimonio temprano en las niñas les quita la oportunidad de acceso a la educación, conduce a embarazos precoces, y puede dar lugar a complicaciones del embarazo (como la fístula). Además, las mujeres y las niñas sufren violencia doméstica y violencia social.
En los campamentos de desplazados internos, las mujeres y las niñas normalmente son la mayoría. Aunque ahora la práctica internacional es que ellas reciban ayuda alimentaría, no está claro lo que ocurre con los alimentos una vez que llegan a los hogares: algunos hombres venden la comida para obtener dinero y comprar khat, un narcótico que es masticado.
SAYNAP
Saynap tiene 42 años de edad y huyó de Mogadiscio con cuatro hijos y dos nietos. Ella decidió abandonar Mogadiscio después de que su hijo fue asesinado en graves enfrentamientos. Ella ahora vive en un campamento para desplazados internos justo en las afueras de Baidoa, en Somalia.
"Ese día fue terrible, hubo disparos en todas partes", recuerda Saynap: "He perdido a mi hijo y mis nietos se quedaron huérfanos. Los niños tuvieron tanto miedo y eso hizo que me decidiera a abandonar el pueblo".
Cuando Visión Mundial le preguntó lo que quiere para sus hijos, Saynap dice: "Mi mayor preocupación es sólo la forma de conseguir alimentos para los niños; ni siquiera sé si voy a obtener algo para mañana".
GUERRA Y VIOLACIONES SEXUALES
La guerra en Somalia ha agravado los problemas relacionados con género. En las ciudades los hombres ya no se sienten responsables de la familia, ya que las mujeres han demostrado que son capaces.
Viudas de guerra, que anteriormente eran atendidas por sus maridos o clanes, ahora permanecen solas. La violación, que era poco frecuente en las sociedades tradicionales, ha aumentado durante la guerra, los combatientes atacan a las mujeres por ser un grupo vulnerable. Se han dado casos donde los padres, por la violación de sus hijas, aceptan del agresor como indemnización un camello a fin de mantener el asunto tranquilo.
La inclusión, el reconocimiento, las necesidades y derechos de las mujeres y las niñas no ha sido previsto en la familia, el clan o el gobierno. El conflicto civil ha destruido los limitados recursos educativos existentes y las oportunidades disponibles para ellas son menores que la generación de sus madres.
Las intervenciones que promuevan la consolidación de la paz, los derechos de la mujer, el género y la igualdad son muy necesarios, para mejorar las condiciones de vida para las niñas y las mujeres, y, por ende, a toda la comunidad, señala Visión Mundial.
Dicho organismo, afirma en su comunicado, promueve la atención de los marginados y desatendidas durante las evaluaciones de emergencia para garantizar que sus necesidades específicas estén incluidas.
Considera que las mujeres y las niñas deben participar cuando otros están abogando por su derechos de cara a las barreras culturales y la insuficiencia de las políticas gubernamentales.
Además, finaliza, las mujeres deben incluirse en las negociaciones de paz en diferentes niveles, también deberán tener competencias desarrolladas a fin de que sean capaces de cumplir con sus necesidades básicas estén donde estén y puedan aprender a reconstruir la vida.
Fuente: Cimac Noticias