Nuevo estudio: poblaciones vulnerables y desastres naturales
En la ocasión del Día Internacional para la Reducción de Desastres (8 de octubre 2008), el Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación de las Naciones Unidas para la Promoción de la Mujer (UN-INSTRAW) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) lanzan la evaluación: Salud sexual y reproductiva y violencia en personas vulnerables: La tormenta Noel en República Dominicana en la sede del UN-INSTRAW el 9 de Octubre de 2008.
La tormenta Noel pasó por la Republica Dominicana en Octubre de 2007, dejando unas 79,728 personas desplazadas, un centenar de comunidades aisladas y alrededor de 20,000 viviendas afectadas. Según estimaciones de la CEPAL, este evento atmosférico produjo pérdidas de más de US$439 millones (1.2% del PIB del país), afectando a más del 70% de la población de manera directa o indirecta.
La Evaluación busca analizar la situación e impacto de los desastres naturales en determinadas poblaciones vulnerables - incluyendo niños/as, adolescentes, mujeres, personas viviendo con VIH/SIDA, personas de mayor edad y personas con discapacidades - y la provisión de servicios de atención de salud sexual y reproductiva y prevención de la violencia contra las mujeres.
El estudio se basa sobre una serie de entrevistas a 64 informantes clave de las áreas de seguridad, gobierno local, instancias gubernamentales, direcciones provinciales y regionales de salud, hospitales, clínicas rurales, unidades de atención integral y ONGs, entre otros. Una segunda encuesta se llevó a cabo con 172 usuarios/as de servicios de salud.
La evaluación se ejecutó en Azua, Bahoruco y Barahona que están entre las regiones más afectadas por la Tormenta Noel en términos de personas desplazadas y viviendas afectadas, así como en Santo Domingo. Esas provincias presentan diferencias significativas en términos de niveles de pobreza. Mientras la proporción de hogares en pobreza extrema alcanza el 1.9% en Santo Domingo, en Bahoruco es de 31.6%, y en Azua y Barahona es de 21.6%, respectivamente.
El nivel de pobreza de un hogar tiene un impacto determinante en su capacidad de preparar y responder ante un desastre – tanto en términos del estado de la vivienda como en la vulnerabilidad de sus integrantes y la capacidad de reconstrucción del hogar.
Durante las entrevistas, se destacó que las mujeres en edad reproductiva enfrentan una limitación de acceso a atención prenatal y de parto, así como una mayor vulnerabilidad a infecciones vaginales, complicaciones del embarazo incluyendo abortos espontáneos, embarazos no deseados, stress post traumático. También se registró un incremento en casos de violencia hacia las mujeres.
Los niños/as y adolescentes enfrentaron una pérdida de espacios de socialización primaria, daño a la infraestructura educativa e insumos escolares, problemas de salud y casos de violencia. Las personas de mayor edad experimentan pérdidas materiales y medios de producción, deterioro del estado de salud, estrés post traumático, barreras de acceso a las ayudas, a la evacuación y a los refugios. Por último las personas viviendo con el VIH/SIDA enfrentaron obstáculos en al acceso y suministro del tratamiento antirretroviral (TAR).
En los 17 grupos focales, los/as participantes no ofrecieron detalles específicos sobre la violencia contra las mujeres (VCM), aunque indicaron que sabían de algunos casos antes, durante y después de la tormenta. En las zonas periféricas de Santo Domingo y en Bahoruco, el hecho de estar albergadas en casas de familia y en refugios monitoreados por la comunidad se identificó como un factor protector frente a la violencia. En Barahona y Azua, los/as informantes clave reportaron la mayor cantidad de casos de VCM.
En la República Dominicana, 24% de las mujeres entre 15-49 años declara haber vivido algún tipo de violencia física desde la edad de 15 años (ENDESA 2002). La evaluación indica que en situaciones de desastre y de recuperación post-desastre, los casos de violencia pueden aumentar: “Por el estrés que causó esta situación y la vida en los albergues, los hombres agredían a las mujeres con mayor frecuencia. Yo fui a varios refugios donde me encontré con ese problema,” comentó una de las informantes de la evaluación.
Todos los grupos vulnerables entrevistados sufrieron de estrés post traumático (duelo, tristeza, ansiedad y rasgos depresivos) como consecuencia de la pérdida de la vivienda, mobiliario, trabajo, ingresos y otros medios de vida; así como el agotamiento psicológico de enfrentarse a desastres naturales que les obligaban a “comenzar de cero” repetidas veces. “Pasamos un momento de crisis, porque donde hay niños/as y mujeres embarazadas en el medio de una inundación es muy duro psicológicamente,” indicó otra informante.
Frente a los obstáculos y a las necesidades identificadas, la evaluación propone una serie de recomendaciones concretas, entre ellas: mejorar la atención de salud sexual y reproductiva a mujeres y adolescentes en situaciones de desastres y de recuperación post-desastre, asegurando el acceso a la anticoncepción – en particular los condones, que puedan prevenir la transmisión del VIH -, la atención post-parto, los medicamentos contra infecciones y la atención post-trauma; dar una respuesta adecuada a los casos de violencia contra las mujeres, niñas y niños – incluyendo la provisión de servicios de atención de salud y legal; mejorar la situación de seguridad en los albergues para prevenir casos de abuso de poder por los guardias.
Durante el evento, las palabras de bienvenida serán ofrecidas por Carolina Taborga (Directora en funciones del UN-INSTRAW) y Gilka Melendez (Representante del UNFPA en República Dominicana). Luego habrá la presentación del estudio por Nicola Popovic (Oficial de Programa de Género, Paz y Seguridad del UN-INSTRAW) y Wendy Alba (Consultora independiente a cargo de la evaluación). Por último, Nerys Vanderhorst (Comisión Nacional de Emergencia) moderará los comentarios de los/as participantes.
Fuente: Instraw