Guatemala: Redes diversifican la trata con seres humanos
Explotación sexual, laboral y doméstica, y adopciones ilegales son las tres modalidades que las redes de tratantes de seres humanos han implementado en Guatemala para hacer crecer su "negocio", principalmente con niñas, niños y mujeres en situación de pobreza, a quienes trasladan de países como Honduras, Nicaragua y El Salvador bajo engaños de una mejor vida.
La grave situación de trata de personas, en este país centroamericano, ha provocado, incluso, que el gobierno de los Estados Unidos, uno de los países utilizados para engañar a las víctimas como destino final, haya clasificado este año a Guatemala como un lugar en observación, debido a los mínimos esfuerzos para procesar a quienes se dedican a cometer este delito.
"Pese a contar con una ley que castiga a los tratantes, las redes han visto a Guatemala como un "paraíso" para delinquir y obtener dinero por entregar niñas y niños a proxenetas, vender a mujeres y niñas en casas familiares bajo condición de esclavas y comerciar con bebés que se dan ilegalmente en adopción, porque la legislación es débil", señala Norma Cruz de la Fundación de Sobrevivientes.
Grupos de derechos de la niñez estiman que existen, por lo menos, unas 15.000 víctimas en situación de explotación sexual comercial en este país, todos niñas y niños entre los 9 y 17 años de edad.
La explotación sexual comercial de niñas y niños a nivel mundial, de acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), es uno de los negocios que más dinero genera a las redes, después del tráfico de drogas y armas.
En Guatemala persiste la modalidad de las relaciones sexuales remuneradas o con promesa de pago, las adopciones y, más recientemente, la pornografía infantil. Mientras, en Costa Rica prevalece el turismo sexual y en Honduras y Nicaragua las relaciones sexuales remuneradas.
La pornografía infantil es una de las formas que ha comenzado a descubrirse en áreas indígenas guatemaltecas, donde la pobreza condiciona la existencia de estas redes, destacan personeros de la Secretaría de Bienestar de la Presidencia.
Las redes de tráfico de personas suelen captar a niñas y niños pobres de los países centroamericanos y, bajo engaños, les ofrecen llevarlos a los Estados Unidos y Canadá con la esperanza de conseguirles un trabajo como modelos o cantantes, bajo la promesa de que ganarán mucho dinero.
"Las víctimas, entre los siete y 17 años de edad, aceptan y, tras un largo viaje por carretera, se quedan en tierras guatemaltecas, donde son entregados a dueñas de prostíbulos, bares y barras show", detalla Karina Javier, representante de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La pobreza de la niñez en Guatemala se refleja en sus números. Aquí, de cada 100 personas, 81 viven en la pobreza y, de estas, más de la mitad son indígenas (55.7%).
Este es uno de los motivos por los que, de acuerdo a María Eugenia Villareal de la Ong ECPAT, las redes aprovechan para engañar a la niñez y las mujeres y traficar con ellos, incluso dentro del mismo país.
Otra razón que contribuye a que las víctimas caigan en manos de las redes de tratantes es que más de la mitad de las mujeres no saben leer. Las guatemaltecas conforman el 51 por ciento de los 14 millones de habitantes y eso las vulnera más, añade la activista de derechos de la niñez.
La explotación sexual infantil fue una de las primeras formas de delito utilizadas en este país por las redes de tratantes, pero han expandido sus tentáculos y Leonel Dubón, de Casa Alianza, asegura que ahora trafican con seres humanos, niñas y mujeres, bajo pedido para casas particulares o restaurantes con fines de servidumbre doméstica.
En Guatemala, las niñas y niños incorporados al trabajo doméstico son explotados durante 10 horas diarias, seis días a la semana, en no pocos casos expuestos a amenazas, golpizas, acoso y abuso sexual; además de que no les pagan beneficios, vacaciones y los días de enfermedad.
El tiempo de trabajo de un adulto es de 47 horas a la semana, para los niños y niñas en situación de explotación doméstica es de 60 horas.
La oficina de los Derechos Humanos del Arzobispado estima que en el país hay por lo menos 100.000 niñas y niños entre los 10 y 14 años de edad en situación de trabajo infantil doméstico. Parte de esa niñez ha sido incorporada por las redes de tratantes de personas.
El departamento de Asuntos de Inmigración del gobierno de los Estados Unidos señala que, además, hay una trata dentro del país y hacia México y los Estados Unidos. Investigaciones de ese departamento señalan que, en el área de la frontera mexicana, niñas y niños guatemaltecos son llevados a realizar trabajo forzado y mendigar; mientras hombres y mujeres son explotados para el trabajo agrícola.
El mismo informe indica, como causa, que el gobierno de Guatemala no cumple completamente con los estándares mínimos para la eliminación de la trata, aunque reconoce que hace esfuerzos significativos para lograrlo.
Este país cuenta con una ley aprobada en el Congreso de la República que tipifica la trata de personas como delito desde el año pasado e impone condenas a quienes se dediquen a cometer este delito.
No obstante, Guatemala está ubicada en el segundo nivel de la lista de vigilancia, por segundo año consecutivo, porque no ha proporcionado evidencia de esfuerzos mayores para procesar a los tratantes y castigarlos apropiadamente por sus crímenes, destaca el informe del departamento de Asuntos de Inmigración.
Las adopciones ilegales también les han generado, a esos grupos, jugosas ganancias. Se calcula que de este país han salido, por lo menos, 5.000 bebés de forma irregular.
Autoridades de la Procuraduría General de la Nación (PGN) estiman que, antes de condenarse legalmente, este negocio había generado, hasta diciembre de 20007(2007), cerca de 200 millones de dólares estadounidenses al año a los intermediarios entre los hogares receptores y las madres que entregaban a sus hijos.
El destino de los infantes todavía sigue siendo Estados Unidos, de ahí que Guatemala sea considerado el tercer país a nivel mundial, después de China y Rusia, en proveer bebés a familias estadounidenses.
Pese a que la ley puso freno al tráfico de bebés durante un tiempo, recientemente la Policía Nacional Civil desarticuló un grupo de tratantes de infantes, los cuales llevaban a mujeres embarazadas a otro país de la región para dar a luz y, desde allí, enviaban al niño o niña hacia la familia con quien habían negociado la entrega.
La grave situación de trata de personas, en este país centroamericano, ha provocado, incluso, que el gobierno de los Estados Unidos, uno de los países utilizados para engañar a las víctimas como destino final, haya clasificado este año a Guatemala como un lugar en observación, debido a los mínimos esfuerzos para procesar a quienes se dedican a cometer este delito.
"Pese a contar con una ley que castiga a los tratantes, las redes han visto a Guatemala como un "paraíso" para delinquir y obtener dinero por entregar niñas y niños a proxenetas, vender a mujeres y niñas en casas familiares bajo condición de esclavas y comerciar con bebés que se dan ilegalmente en adopción, porque la legislación es débil", señala Norma Cruz de la Fundación de Sobrevivientes.
Grupos de derechos de la niñez estiman que existen, por lo menos, unas 15.000 víctimas en situación de explotación sexual comercial en este país, todos niñas y niños entre los 9 y 17 años de edad.
La explotación sexual comercial de niñas y niños a nivel mundial, de acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), es uno de los negocios que más dinero genera a las redes, después del tráfico de drogas y armas.
En Guatemala persiste la modalidad de las relaciones sexuales remuneradas o con promesa de pago, las adopciones y, más recientemente, la pornografía infantil. Mientras, en Costa Rica prevalece el turismo sexual y en Honduras y Nicaragua las relaciones sexuales remuneradas.
La pornografía infantil es una de las formas que ha comenzado a descubrirse en áreas indígenas guatemaltecas, donde la pobreza condiciona la existencia de estas redes, destacan personeros de la Secretaría de Bienestar de la Presidencia.
Las redes de tráfico de personas suelen captar a niñas y niños pobres de los países centroamericanos y, bajo engaños, les ofrecen llevarlos a los Estados Unidos y Canadá con la esperanza de conseguirles un trabajo como modelos o cantantes, bajo la promesa de que ganarán mucho dinero.
"Las víctimas, entre los siete y 17 años de edad, aceptan y, tras un largo viaje por carretera, se quedan en tierras guatemaltecas, donde son entregados a dueñas de prostíbulos, bares y barras show", detalla Karina Javier, representante de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La pobreza de la niñez en Guatemala se refleja en sus números. Aquí, de cada 100 personas, 81 viven en la pobreza y, de estas, más de la mitad son indígenas (55.7%).
Este es uno de los motivos por los que, de acuerdo a María Eugenia Villareal de la Ong ECPAT, las redes aprovechan para engañar a la niñez y las mujeres y traficar con ellos, incluso dentro del mismo país.
Otra razón que contribuye a que las víctimas caigan en manos de las redes de tratantes es que más de la mitad de las mujeres no saben leer. Las guatemaltecas conforman el 51 por ciento de los 14 millones de habitantes y eso las vulnera más, añade la activista de derechos de la niñez.
La explotación sexual infantil fue una de las primeras formas de delito utilizadas en este país por las redes de tratantes, pero han expandido sus tentáculos y Leonel Dubón, de Casa Alianza, asegura que ahora trafican con seres humanos, niñas y mujeres, bajo pedido para casas particulares o restaurantes con fines de servidumbre doméstica.
En Guatemala, las niñas y niños incorporados al trabajo doméstico son explotados durante 10 horas diarias, seis días a la semana, en no pocos casos expuestos a amenazas, golpizas, acoso y abuso sexual; además de que no les pagan beneficios, vacaciones y los días de enfermedad.
El tiempo de trabajo de un adulto es de 47 horas a la semana, para los niños y niñas en situación de explotación doméstica es de 60 horas.
La oficina de los Derechos Humanos del Arzobispado estima que en el país hay por lo menos 100.000 niñas y niños entre los 10 y 14 años de edad en situación de trabajo infantil doméstico. Parte de esa niñez ha sido incorporada por las redes de tratantes de personas.
El departamento de Asuntos de Inmigración del gobierno de los Estados Unidos señala que, además, hay una trata dentro del país y hacia México y los Estados Unidos. Investigaciones de ese departamento señalan que, en el área de la frontera mexicana, niñas y niños guatemaltecos son llevados a realizar trabajo forzado y mendigar; mientras hombres y mujeres son explotados para el trabajo agrícola.
El mismo informe indica, como causa, que el gobierno de Guatemala no cumple completamente con los estándares mínimos para la eliminación de la trata, aunque reconoce que hace esfuerzos significativos para lograrlo.
Este país cuenta con una ley aprobada en el Congreso de la República que tipifica la trata de personas como delito desde el año pasado e impone condenas a quienes se dediquen a cometer este delito.
No obstante, Guatemala está ubicada en el segundo nivel de la lista de vigilancia, por segundo año consecutivo, porque no ha proporcionado evidencia de esfuerzos mayores para procesar a los tratantes y castigarlos apropiadamente por sus crímenes, destaca el informe del departamento de Asuntos de Inmigración.
Las adopciones ilegales también les han generado, a esos grupos, jugosas ganancias. Se calcula que de este país han salido, por lo menos, 5.000 bebés de forma irregular.
Autoridades de la Procuraduría General de la Nación (PGN) estiman que, antes de condenarse legalmente, este negocio había generado, hasta diciembre de 20007(2007), cerca de 200 millones de dólares estadounidenses al año a los intermediarios entre los hogares receptores y las madres que entregaban a sus hijos.
El destino de los infantes todavía sigue siendo Estados Unidos, de ahí que Guatemala sea considerado el tercer país a nivel mundial, después de China y Rusia, en proveer bebés a familias estadounidenses.
Pese a que la ley puso freno al tráfico de bebés durante un tiempo, recientemente la Policía Nacional Civil desarticuló un grupo de tratantes de infantes, los cuales llevaban a mujeres embarazadas a otro país de la región para dar a luz y, desde allí, enviaban al niño o niña hacia la familia con quien habían negociado la entrega.
Por Paula Trejo
Fuente: SMLAC