La colcha de la solidaridad "Mujeres cosen visiones para un nuevo mundo"
En 2004, la Marcha Mundial de las Mujeres, una red internacional de 6.000 organizaciones locales de mujeres, creó una carta global para la humanidad, una declaración oficial de las metas del grupo. En 31 afirmaciones, la carta convoca a hombres, mujeres y grupos oprimidos de todo el planeta a "transformar el mundo", "cambiar radicalmente las estructuras sociales" y vivir juntos con "igualdad, paz, libertad, solidaridad y justicia". Es una visión convincente de un mundo ideal. ¿Pero qué aspecto toman estas metas abstractas para las mujeres comunes? La respuesta es la colcha de la solidaridad, un colorido patchwork de sus esperanzas y promesas de un mundo mejor.
Una marcha de relevos por el cambio
Hoy, la colcha de la solidaridad cubre la pared de la oficina que la Marcha Mundial de las Mujeres tiene en Sudáfrica. Creación colectiva de cientos de manos de mujeres individuales, la colcha recorrió el mundo antes de llegar allí. Y, como cualquier trotamundos, tiene muchas historias para contar.
En 2005, la Marcha Mundial de las Mujeres decidió hacer debutar su nueva carta mundial para la humanidad creando una marcha de relevos alrededor del mundo.
En cada una de las 64 paradas, las participantes se reunían en eventos para crear conciencia sobre la carta y obtener el apoyo de representantes electos. Y, en cada parada, las mujeres locales cosían un retazo en la colcha para representar a su país e ilustrar uno de los valores de la carta. A medida que la carta recorría el mundo, la colcha de la solidaridad fue tomando forma, un cuadrado a la vez.
Mujeres en acción
El relevo mundial se lanzó el 8 de marzo de 2005, Día Internacional de la Mujer, en San Pablo, Brasil. Treinta mil brasileñas tomaron las calles para reclamar aumentos salariales, reforma agraria y derechos al aborto. A las colcheras brasileñas se les ocurrieron los símbolos, las formas y los colores para el retazo de su país después de leer y discutir sobre secciones de la carta durante un taller. El resultado es un brillante collage de manos, pies, flores y mariposas que capturan lo que las participantes del taller describieron como "el vívido recuerdo del día en que tomamos las calles".
En Jordania, palestinas e israelíes participaron en un taller sobre la violencia contra las mujeres y su relación con la ocupación actual. En Japón, se manifestaron en la calle para denunciar la militarización de su país. En Portugal, organizaron sesiones en escuelas para crear conciencia sobre la carta.
Mientras que muchos de los retazos surgían de un esfuerzo grupal, otros eran el trabajo de artistas individuales. Ana Salazar, una de las diseñadoras de moda más influyentes de Portugal, diseñó y cosió el cuadrado de su país. "El espíritu de mis colecciones y de mi trabajo siempre fue el de la libre expresión del cuerpo femenino -dijo Salazar mientras se revelaba su diseño-. En el corazón de mi trabajo siempre estuvo la imagen de una mujer que se atreve a luchar por lo que quiere. Este cuadrado de la colcha es un reflejo de eso".
El símbolo de un país
"Cada cuadrado tiene una historia para contar y un significado detrás -dice la secretaria internacional de la Marcha Mundial de las Mujeres Miriam Nobre-. Las piezas no solo ilustran los valores expresados en la carta, sino también reflejan el arte, los colores, las texturas y los materiales particulares de cada país".
En Camerún, el cuadrado fue realizado en una tela tradicional que se obtiene de la corteza de un árbol. El retazo de Ruanda tiene bordada una mujer envuelta en la vestimenta tradicional con los colores de la bandera nacional. La canasta que sostiene tradicionalmente aparece cerrada, guardando los secretos de las mujeres. Pero la suya está abierta y revela cinco valores de la carta mundial.
De mano en mano
Cuando era posible, la Marcha Mundial de las Mujeres transfería la colcha y la carta a través de fronteras internacionales en mano. Organizaban ceremonias mientras la colcha pasaba de Bolivia a Perú, de India a Pakistán y del Líbano a Túnez.La colcha pasó de Portugal a la región gallega de España no solo en mano, sino también sobre el agua. La historiadora portuguesa Fina d'Armada describe la escena: "Equipos de remadoras de dos localidades escoltaron el ferry, todas usando los mismos colores, mayormente naranja, como para decir que las mujeres habían abolido la frontera y ya no había distinciones entre portuguesas y gallegas".
La última puntada
Las mujeres de Burkina Faso cosieron el último de los 64 retazos y dieron las puntadas finales el 17 de octubre de 2005, el Día Internacional de la Erradicación de la Pobreza. Pero los viajes de la colcha de la solidaridad no terminaron. Todavía se la envía a cada convención internacional de la Marcha Mundial de las Mujeres como una representación artística de su visión colectiva por un mundo mejor.
"La colcha es nuestra carta mundial para la humanidad expresada de un modo distinto -dice Miriam Nobre de la Marcha Mundial de las Mujeres-. Es nuestro sueño, el mundo diferente por el cual estamos luchando, materializado. Muestra que vemos los cambios no solo en el futuro, sino ahora también".
- Para más información, visite el sitio de la Marcha Mundial de las Mujeres.
Fuente: International Museum of Women