diciembre 05, 2008

El Corán y el liderazgo femenino

Voz de la comunidad destacada: Anne Sofie Roald

¿Por qué empezó a estudiar sobre Islam, género y democracia?

Empecé a estudiar religiones comparadas en la década del setenta porque estaba fascinada tanto con las cuestiones religiosas como con las culturas extranjeras. Me interesaba la política y, como el Islam tiene la reputación de ser una "religión política", elegí especializarme en él. Como también era feminista y estaba activa en el movimiento de liberación femenina de Noruega en ese momento, me pareció muy importante estudiar críticamente las problemáticas de género en el Islam.

¿Qué la inspire a escribir Women in Islam?

Los estudios de género en el Islam me fascinaron porque aprendí que, entre los musulmanes, existen opiniones ampliamente diferentes sobre el género. Decidí examinar las fuentes religiosas (el Corán y los hadiths, que son dichos referidos del profeta Mahoma) para averiguar exactamente qué visiones estaban basadas en las fuentes religiosas y cuáles se basaban en creencias culturales.

También sentía curiosidad sobre si las expresiones religiosas de los musulmanes cambiaban cuando se trasladaban de un contexto cultural a otro y, por lo tanto, me centré en musulmanes destacados de habla árabe de varias afiliaciones que vivían en Europa.

¿Qué aprendió sobre género e Islam?

Mi principal descubrimiento fue que expertos de varias partes del mundo comprendían los textos islámicos sobre el género de manera diferente. Estas diferencias en la interpretación provenían de diferencias en lo entornos sociales y culturales de esos expertos. También estaban determinados por el período en el cual vivían.

Descubrí que había una diferencia de opinión entre los musulmanes de habla árabe que vivían en medio oriente y aquellos que vivían en Europa. La visión sobre la circuncisión femenina, por ejemplo, difiere entre los musulmanes que viven en áreas donde esta práctica es común y los musulmanes que, provenientes de esas mismas áreas, se mudaron a Europa. Estos últimos tienden a estar mucho más influenciados por el paradigma de los derechos humanos y la igualdad de oportunidades.

Mi estudio desacreditó la noción común de que hay una diferencia entre "Islam" y "cultura musulmana". Descubrí que es más o menos imposible distinguirlos. Los textos sagrados se interpretan necesariamente según el tiempo y el lugar y la biografía del intérprete (es decir, el experto islámico), y las reglas islámicas están por lo tanto completa e inevitablemente entremezcladas con expresiones culturales.

¿Puede darnos algunos ejemplos históricos de líderes políticas musulmanas?

Hay que mencionar la historia de la islamista sudanesa Souad al-Fatih durante los años sesenta. Era muy activa en las protestas contra los izquierdistas en Sudán: gritaba consignas mientras era llevada por los manifestantes varones. Encabezaba la procesión y su apariencia era real; convocaba a la gente a actuar mientras estaba sentada en una silla ubicada sobre las cabezas de los hombres.

Otro ejemplo importante de la participación política femenina es Zaynab al-Ghazali. Era miembro de la Hermandad Musulmana Egipcia. Vale la pena mencionar que hasta 1994 la Hermandad Musulmana no aceptaba mujeres en posiciones de liderazgo. Zaynab al-Ghazali, sin embargo, escribe en su autobiografía que trabajaba muy de cerca con el liderazgo de la Hermandad Musulmana y que tenía un rol importante en el desarrollo de las ideas y políticas de la organización.

¿Por qué los países musulmanes solo recientemente han extendido los derechos políticos a las mujeres?

Hay tres razones: la economía -muchos países con mayoría musulmana son países en desarrollo-, la democratización tardía y las comprensiones religiosas. La democratización tardía hizo más difícil que las mujeres fueran aceptadas en cargos políticos, ya que, en primer lugar, no había cargos políticos para ocupar y no se realizaban elecciones. Como resultado, hay una falta de capacitación en liderazgo entre las mujeres en estos países.

Además, la comprensión específica del Islam en esa parte del mundo dificultó que las mujeres participaran en política. Sin embargo, las visiones sobre la participación política femenina están cambiando.

Los islamistas cambiaron radicalmente su visión sobre el rol de las mujeres en la sociedad musulmana. La directiva de 1994 de la Hermandad Musulmana sobre la participación política femenina establece que una mujer puede ser activa en todas las actividades y posiciones políticas, excepto como líder. Esto fue un increíble paso adelante y tuvo influencia en las políticas islamistas de muchos países musulmanes.

Durante la década del sesenta, en Pakistán, la discusión teológica de Sayyid Abul A'la Mawdudi sobre los textos sagrados concernientes al liderazgo femenino en la época en que Fatima Jinnah se postuló para la presidencia sentó las bases para la posterior aceptación del liderazgo femenino en contextos islámicos.

Más recientemente, Fatima Mernissi y Muhammad al-Ghazali utilizaron los mismos argumentos basados en fuentes religiosas como al-Mawdudi para sostener el lugar de las mujeres en la mesa de decisiones.

Las mujeres sauditas aún no pueden votar o ser candidatas. ¿Por qué?

Otorgar a las mujeres el derecho a votar no es tan problemático como permitirles postularse a cargos. Pero, como lo primero sin dudas lleva a lo segundo, algunas sociedades musulmanas han negado a las mujeres el derecho al voto.

En Arabia Saudita, la interpretación de la tradicional facultad de derecho Hanbal sobre los roles de género ha hecho que muchos, tanto hombres como mujeres, consideraran la participación política femenina en términos negativos. Gran parte de la población tiene internalizado este particular patrón cultural y esta particular concepción del Islam y es complaciente sobre el reclamo de los derechos políticos.

¿Por qué la postulación de mujeres a los cargos es mucho más controversial que el voto femenino?

La razón es el hadith sobre el liderazgo femenino, que ha sido usado al máximo. Dice: "Un pueblo que tiene como líder a una mujer nunca prosperará".

Este hadith se interpreta de distintas maneras. Los estudiosos más tradicionales y conservadores dicen que significa que las mujeres nunca pueden ser líderes, mientras los más liberales lo interpretan en vista del contexto histórico en el cual se originó para significar que la mejor persona, sin importar su género, debería ser líder.

Los liberales consideran que el hadith ha sido malentendido y malinterpretado. La socióloga marroquí Fatima Mernissi, por ejemplo, se centra en la situación política de la época en que el hadith fue relatado por su narrador Abu Barra para poder interpretar su significado. Según ella, Abu Bakra refirió este hadith porque se vio forzado a elegir una alianza entre el califa Ali y A'isha (la esposa del Profeta) justo antes de la Batalla del Camello en el 656, 24 años después de la muerte del Profeta.

Es importante notar que de la biografía del Profeta está claro que las mujeres tomaban parte en la discusión y la negociación política. Por esta razón, votar es generalmente considerado como no problemático en los países musulmanes. Un ejemplo de la presencia femenina en la toma de decisiones durante la época del Profeta se encuentra en la historia sobre el segundo juramento de al-Aqaba, Aquí, mientras vivía en la Meca, el Profeta va con alrededor de setenta hombres y dos mujeres a negociar con el pueblo de Medina. Fue la preparación del próximo hijra a Medina.

¿Qué clase de futuro vislumbra para las mujeres políticas en los países musulmanes?

Creo que, con más democratización del mundo musulmán, las mujeres necesariamente tendrán mayor influencia sobre la vida política real. Hayat al-Masimi del Frente de Acción Islámica de Jordania fue, por ejemplo, miembro del parlamento jordano durante varios años a principios del siglo XXI.

Hayat al-Masimi cree que una mujer puede tener cualquier cargo, excepto el de califa, una posición que hoy es solo hipotética. Es obvio que su experiencia como líder política le ha hecho creer que no debería haber límites en el liderazgo femenino.

En los últimos diez a quince años, hemos presenciado un rápido desarrollo en las ideas sobre las mujeres y sus roles sociales. En gran medida, esto tiene que ver con el aumento en el número de mujeres con educación superior y la influencia del paradigma de los derechos humanos sobre el pensamiento religioso y cultural de todo el mundo. Es difícil decir si más musulmanas alcanzarán posiciones más altas en sus países, pero que habrá un aumento en la participación política femenina, de eso estoy segura.

De Anne-Sofie Roald

Profesora adjunta en la Universidad de Malmo, Suecia; directora de programa en el Instituto Chr. Michelsen en Bergen, Noruega; y autora de Women in Islam: The Western Experience. Historiadora de religión y convertida al Islam, su trabajo principal se encuentra en el campo de estudios de islamismo, género y migración. En esta entrevista, habla sobre el pasado y el presente de la participación política femenina en los países musulmanes. Explica que el involucramiento de las mujeres en política es un resultado de la compresión cultural y religiosa islámica de los roles de género.

Fuente: International Museum of Women

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