diciembre 24, 2008

Patriarcado en la historia de la Iglesia

Ruth E. Krall "Christian Ideology, Rape, and Women's Postrape Journeys to Healing", en Elizabeth G. Yoder, Ed., Peace Theology and Violence Against Women, 1992, pp. 76-91. Los siguientes párrafos son casi todos citas más o menos directas:

Desde los primeros siglos del cristianismo, los teólogos cristianos han interpretado las Escrituras de tal manera que propugnaron una doctrina de la maldad femenina. Fue lamujer quien sedujo a
Adán para que pecara, trayendo así el pecado al mundo.



  • Tertuliano (160-230). Cadamujer es una Eva, que continua atrapando al hombre en el pecado de la carne. Es por culpa de Eva que la imagen de Dios, o sea el varón, se perdiera. El varón fue creado primero a imagen de Dios, la mujer fue creada en segundo lugar y a imagen del varón. Creada de parte del cuerpo masculino, el único propósito de su existencia es servir al varón.
  • «Juan Crisóstomo (345-407), patriarca de Constantinopla, enseñó que lasmujeres eran sepulcros blanqueados, llenas de pus, flemas y todo www.menonitas.org 3 tipo de impureza. Por causa de la inmundicia de lamenstruación de lamujer, enseñaba que el varón debe controlarla, dominarla y domesticarla.
    El rasgo esencial de la relación entre los sexos debía ser la sumisión y obediencia de la mujer respecto al varón».
  • Jerónimo (340-420), teólogo famoso entre otras cosas como traductor de la versión Vulgata de la Biblia. Opinaba que Eva fue responsable del pecado de Adán, y por tanto culpable de la expulsión del Edén. Creía que lamenstruación constituía parte de lamaldición divina por el pecado de Eva, y que no había nada en el mundo más inmundo que unamujer con la regla.
  • Agustín (354-430). Opinaba que lamujer no ha sido creada a imagen de Dios, ya que sólo el
    varón es imagen de Dios. El pecado original del varón viene de la tentación de la mujer.
    Por lo tanto la mujer es culpable de la existencia del pecado. Con el paso de los siglos esta doctrina se estableció con firmeza. El varón, a pesar del pecado, sigue llevando algo de la imagen de Dios con que fue creado. La mujer, creada en segundo lugar y a imagen del varón es tan sólo una sombra de la verdadera humanidad, culpable, además, de la existencia del pecado en la tierra. Segunda en la creación y primera en el pecado, la mujer debía aceptar mansamente lamaldición divina del dominio del varón sobre ella.


Ya en la Edad Media, Tomás de Aquino (1225-1274) acusaba a lasmujeres de ser las culpables por el pecado sexual de los varones. Cuando los hombres caían en la lujuria eran víctimas inocentes de la provocación femenina. Es así como la mujer desde siempre ha sido el motivo del pecado original; el de los impulsos sexuales incontrolables.

Para Santo Tomás el ser humano era varón por naturaleza. El esperma contenía la simiente perfecta del varón y la mujer sólo hacía de incubadora durante los meses de gestación. Si nacía una mujer se debía a que algún factor a dverso había influido en el momento de la concepción o durante la gestación. Podíanhaber influido negativamente el clima, algún sobresalto o disgusto, o quién sabe qué.

Así las cosas, el únicomotivo para que exista lamujer es la ayuda que brinda al varón en la reproducción humana. Ya que el únicomotivo que justifica el asqueroso y corrupto asunto de la cópula carnal es la reproducción humana, en la Edad Media se empiezan a jerarquizar los pecados sexuales según contribuyan o no a la posibilidad de la reproducción.


Por eso la iglesia medieval tiende a condenarmás la masturbación y la homosexualidad que el incesto y la violación. Aunque la violación y el abuso sexual en el seno de la familia son condenables, por lomenos y como atenuante, pueden conducir a la concepción.


Para la iglesia medieval la Virgen María representa la feminidad idealizada. Existen entonces tres posibilidades para la sexualidad femenina: la ramera, la virgen, y la esposa. La mujer como ramera representa la carnalidad femenina depravada, la tentación de Eva siempre presente para
hacer caer a los varones. La mujer como virgen representa la masculinidad espiritual, ya que se
mantiene pura y su feminidad no se hace efectiva.


La mujer como esposa representa la maternidad, la sumisión y la obediencia. Ya que la sexualidad femenina es por naturaleza corrupta y deficiente, su única salvación se encuentra en la sumisión y obediencia perfecta a su cabeza natural, o sea el varón.


Ya en el Siglo 20, algunos predicadores enseñan una doctrina del sufrimiento femenino. Las mujeres que sufren a manos de sus hombres aprenden que tienen que aceptar esto mansamente
como la cruz que les ha tocado en imitación de Cristo. En ello prácticamente les va la salvación de sus almas, ya que hay una cadena demando instituida por Dios, en la que al varón le ha sido dado dominio sobre lamujer. La mujer ha de obedecer al varón como a Dios mismo y si esto trae consigo sufrimiento tantomejor, pues allí se hace imitadora de la pasión de Jesucristo. [Hasta aquí Krall.]


Cabe aquí hacermención de la misoginia que siempre ha caracterizado las «cazas de brujas» desde la Edad Media. Es de suponer que el ocultismo atraía tanto a los hombres como a las mujeres, igual que hoy. ¿Por qué eran siempre (o característicamente) mujeres las perseguidas, torturadas y matadas en estas campañas contra la brujería?


¿Qué enfermos sentimientos eróticos desde Patriarcado y feminismo en perspectiva cristiana pertaba en aquellos frailes y curas la tortura de las mujeres que caían en sus garras?


El tema de mujeres en autoridad en la iglesia


Surge así el tema de lamarginación de la mujer en las estructuras de autoridad de la iglesia. Obviamente, si lamujer es un ser corrupto e inferior por su mismísima naturaleza, un ser cuya única virtud y esperanza es la obediencia y sumisión, es impensable que ejerza autoridad en ese bastión de pureza que es la Santa Iglesia. Desde que la feminidad se define como corrupción y la masculinidad como Imagen de Dios, está claro que no hay nada de qué hablar.


Cuando surge este tema, algunos líderes en las iglesias evangélicas han mantenido y mantienen hasta el día de hoy actitudes francamentemisóginas, sorprendentes por la violencia y el vituperio de su descalificación de las mujeres que se sienten llamadas a servir al Señor en elministerio.


El tema de la posibilidad de igualdad para la mujer en el ministerio no se soluciona ofreciendo interpretaciones novedosas de los pasajes bíblicos que se emplean para justificar el patriarcado. Estuve presente en un debate sobre este tema en Castelldefels en 1994, y la triste conclusión a la
que llegué es que no es la Biblia lo que nos va a aclarar las ideas sobre el particular, ya que todos
la emplean para defender su postura. Las diversas interpretaciones responden a ideologías diversas; quien mantiene la ideología patriarcal no puede entender ni aceptar otra hermenéutica.


Lo cual nos trae al siguiente tema:

Patriarcado en la Biblia.


La Biblia es producto de su cultura y su era. Las observaciones que vienen a continuación pueden ser causa de cierto rechazo porque pueden parecer un cuestionamiento de la Biblia misma. No esmi propósito rechazar la Biblia en este tema ni en ningún otro. Más adelante ofreceré algunos comentarios acerca de cómo podemos emplear las Sagradas Escrituras para provecho, inspiración e instrucción incluso ante el tema que hoy nos ocupa, a pesar de las grandes distancias en el tiempo y las costumbres que hay entre los autores bíblicos y nosotros.


Pero antes de ello me parece necesario plantear el problema con toda la crudeza y dureza a que da lugar. Ignorar la realidad del texto bíblico no puede conducir nunca a la defensa de la verdad. Si la manera de concebir el mundo y la sociedad humana de aquella época y lugar incluía el patriarcado, no debería extrañarnos descubrir el patriarcado en la Biblia, que aunque contiene revelación divina es también producto de su cultura generadora. Sería cosa de necios, una labor imposible, intentar negar que la Biblia entiende las relaciones entre varones ymujeres desde una perspectiva patriarcal. La Biblia rezuma patriarcado de cabo a rabo, desde Génesis hasta el Apocalipsis.


«Inmundicia» del sistema reproductor femenino.


Ya hemos mencionado los tabúes bíblicos en torno a la menstruación. El tema siempre se aborda desde una perspectiva masculina. Son «ellas» (lasmujeres con la regla) las asquerosas, impuras e inaceptables para acercarse a la presencia de Dios; somos «nosotros», los varones, los que debemos cuidarnos del contacto con ellas, cuidarnos de tocar lo que ellas han tocado ni sentarnos donde ellas se han sentado. Y es que el interlocutor natural de la Biblia es masculino.


Los que escriben y los que leen son varones y es natural que toda la vida humana se viera desde su perspectiva.


La antropología ha descubierto otros muchos pueblos con diversidad de tabúes en torno a la menstruación, que en general ha sido un fenómeno consideradomisterioso e inexplicable. Recordemos que las Escrituras hebreas (el Antiguo Testamento) consideran que la sangre es sagrada; es la mismísima esencia de la vida, que nunca puede ser consumida por su carácter sacro. Entonces este derramamiento mensual de sangre femenina no podía menos que ser objeto de prohibición, horror y superstición. Por extensión, lamujermisma, culpable ella de este derramamiento misterioso de «vida» por elmismo orificio del que procedía la vida humana al nacer, fue considerada con horror supersticioso durante su menstruación. Ninguna cosa santa ni consagrada a Dios, incluyendo por supuesto los varones israelitas, debía entrar en contacto con ella, so pena de quedar contagiada de esta abominable impureza femenina.


Esta es la convicción que recogen los textos bíblicos, atribuyéndolos a la Palabra divina revelada a Moisés. Los cristianos evangélicos, que nos preciamos de bíblicos y creemos en la inspiración de
las Escrituras, tenemos que aceptar que nuestro texto sagrado pone estas cosas. Otro capítulo aparte es preguntarnos qué hacer hoy con estos párrafos bíblicos, como muchos otros que reflejan un mundo tan distinto al nuestro.


Hemos mencionado ya mi siguiente punto, que es el de la «ausencia» de la mujer en el texto bíblico. Esto no quiere decir que en la Biblia no haya mujeres, que las hay. Lo que se echa en falta es una perspectiva femenina sobre la vida y sobre la religión. Las mujeres son siempre «ellas», como ya hemos dicho, nunca «nosotras . Son como una minoría, o como la servidumbre, como los animales domésticos y demás posesiones que puede tener un hombre. Fuente de problemas y también de alegrías, por qué no, la Biblia instruye a los hombres a tratarlas humanitariamente, como si fuesen iguales a uno. La mujer virtuosa, dice 1 Pedro, ha de ser sumisa como Sara, que por sumisión y obediencia a su marido consintió en incorporarse a los harenes de dos reyes para provecho económico de sumarido. Una especie de prostitución en la que Abraham hace de proxeneta. Por someterse hasta estos extremos y tratar de «mi señor» a su marido, Pedro la considera modelo de la mujer ideal.


La mujer está ausente incluso del libro de Ester, aunque una mujer sea protagonista. Falta en el
libro una auténtica perspectiva femenina. Es un relato de hombres y para hombres acerca de una mujer. El libro empieza defendiendo el divorcio contra Vasti, la reina consorte, por haberse negado a obedecer los caprichos indecentes del rey persa durante una orgía borracha. Se supone que Ester, la nueva reina consorte, será más virtuosa que Vasti la rebelde. Ester hace algunas cosas interesantes, pero semueve claramente en un mundo masculino, dando ejemplo de sus virtudes femeninas de dulzura, sumisión ymansedumbre. Es el instrumento de Dios y de su tío Mardoqueo para la salvación de los judíos y la venganza contra Amán.


O sea que la Biblia habla bastante de mujeres, cuya actividad puede llegar a ser importante; pero
en la Biblia nunca son las mujeres quienes hablan.


En ese sentido se puede decir que la mujer está ausente de la Biblia. En honor a la verdad, hay excepciones que pueden ayudarnos a hallar una salida al problema planteado por el patriarcado bíblico. La excepción más clara probablemente sea el Cantar de los Cantares, en el que la sexualidad desinhibida de la esposa halla tanta expresión poética como la del esposo.


¡Aquí sí unamujer tiene voz; una voz plenamente femenina! En menor medida Rut puede que contenga algo de la perspectiva femenina de la vida. Luego en algunos pasajes de Pablo y en algunas enseñanzas de Jesús, hay un esfuerzo por ver las cosas desde el punto de vista femenino. Y poco más. Todo lo demás es hombres hablando de asuntos de hombres o de asuntos demujeres
desde la perspectiva de los hombres.




Tomado de "Patriarcado y feminismo en perspectiva cristiana"de Dionisio Byler
Menoritas.org





2 Véase también mi trabajo posterior a éste, «Números 31: Historias inmorales en el Texto Sagrado», en Alétheia Nº 18 (Alianza Evangélica Española, 2000); y mi respuesta a las críticas suscitadas, en Alétheia Nº 19 (A.E.E.,2001).
3 Sobre la naturaleza de la Biblia y las consecuencias que se derivan de ello para una hermenéutica apropiada
desde nuestra propia cultura véase Dionisio Byler, La autoridad de la Palabra en la Iglesia (Terrassa: CLIE y Bogotá: CLARA, 2002).

Sí a la Diversidad Familiar!
The Blood of Fish, Published in