Irina, la Loca: "Me inspiro en toda la maldad humana para hacer mis performances"
Suena la música y entra como una reina. Baila y se contonea mientras los flashes la encandilan y los aplausos la dejan sorda. La actriz erótica, que usa bigotes y una barba falsa, lanza una mirada hacia su público y deja en el suelo una copa. Se sube el vestido de plástico transparente y se sienta sobre el vaso. Lo llena con su orina, se la toma y lo que sobra, lo escupe. Sus súbditos, agradecidos de recibir sus desechos, gritan eufóricos y victoriosos. Es "Irina, la Loca", que con sus performances logra encender a las cerca de 100 personas que asisten a cada fiesta underground y gay que anima."Mis números no duran más de cinco minutos y son de alto impacto. Me preocupo de que te choquen, de que te queden en la mente para siempre", reflexiona la actriz. 
Génesis
Irina Gallardo Báez (35) las emplumó tempranito de Chile. Primero partió a Brasil, donde estudió circo, y luego, en 1999, se fue al Viejo Continente."Partí detrás de un pinche, pero la cosa no funcionó. Como estaba de ilegal en España, en Barcelona me subí al El Barco de los Locos", cuenta.La embarcación había sido adaptada para montar obras de teatro en su bodega principal, así que mientras navegaban los tripulantes y actores confeccionaban sus trajes y ensayaban. En cada puerto había una función. "Una vez la nave chocó en un pueblo costero de puras lecherías. Nos cobraron dos mil euros de multa. Como no teníamos para pagarlos, nos quedamos dos años e hicimos un cabaret... ¡Nos fue re bien!", relata.
Regreso a Chile
Primero volvió a ver a su padre, el actor Fernando Gallardo, pocos días antes de morir, a fines de 2004, pero dos años después decidió radicarse definitivamente."Quería apoyar a la Presidenta Bachelet; quería respaldar su democracia, pero no resultó", dice "La Loca" terrible de achacada, porque no ha podido salir del clóset y hacer lo que a ella le gusta sin que la discriminen.Luego conoció a la alcaldesa de Cerro Navia, Cristina Girardi, quien le hizo la paleteada para poder trabajar de día y ganarse unos pesos para mantener a sus dos pitufos. "Fue súper buena onda. Gracias a ella empecé a trabajar con los abuelitos. Les hice talleres de teatro y realizamos una terapia grupal para mujeres maltratadas", cuenta.- O sea, de día eres la buena y en la noche te transformas...- Es que me creo medio salmón que nada contra la corriente. De día trato de hacer mis talleres con unas abuelitas preciosas para ayudar en la casa y el fin de semana está reservado para el ego y la lujuria.- ¿De dónde sacas tantas ideas para hacer tus actuaciones?- Me inspiro en toda la maldad humana, en las cosas negativas del ser humano, para hacer mis performances. Si la gente está dispuesta a ver guerras, asaltos y sangre en la tele es porque quiere. Si eso quiere, eso le doy.- ¿Por qué te dedicaste a la actuación erótica?- No soy una actriz pornográfica. Yo hago una sátira, una connotación de eso. Mi mamá sueña con que actúe en telenovelas, pero yo prefiero jugármela, porque sé que a la gente le fascina lo que yo hago.- ¿Y no te da lata andar escondiéndote por tener una doble vida?- No, yo creo que es súper normal. Yo me siento como una persona normal. Si yo fuera alta, rubia y estupenda, seguramente mi vida sería distinta, pero por mi corpulencia no encajo en la tele.- Igual de noche andas más pintada que boca de payaso. ¿Te da vergüenza que te reconozcan?- Después de ver a mi padre trasvestirse me quedó gustando. Yo igual uso un vestido de mujer, pero trato de que no me reconozcan para después pasar piola entre la gente. Juego con trastocarme la cara y me maquillo a fondo, uso peluca y las medias pestañas.
Diseños
Según Irina, "el erotismo es algo que lo tenemos todos, yo no lo veo sucio y no entiendo por qué horroriza tanto la pornografía. No es algo que haya que esconder, si al final todos venimos de una relación erótica". Y por eso andaba saltando en una pata con su papel en la película "Empanada de Pino", que estuvo casi un mes en la cartelera del Cine Arte Alameda y donde caracterizó a la mujer bigote, según ella, "de un éxito rotundo". Como ahora está cesante, su próximo paso será hacer y diseñar ropa erótica, y para eso ya tiene listas a las modelocas: Las tiernas veteranas de sus talleres de teatro.
Por M. Jesús Rodríguez
Fuente: La Cuarta
