marzo 05, 2009

Trabajo doméstico y cuidado de enfermos traban desarrollo de la mujer

Pese a todos los esfuerzos nacionales e internacionales que luchan por un mundo de iguales entre hombres y mujeres, el contexto de la celebración del Día Internacional de la Mujer continua sin ser ‘parejo’.

Así lo demuestra la Comisión de las Naciones Unidas sobre el Estado de las Mujeres, que se encuentra reunido desde hace dos días y concluirá el 13 de este mes, a lo llamado su 53 Sesión, bajo el título “La igualdad en el compartir de las responsabilidades entre mujeres y hombres, incluyendo el cuidado del contexto del VIH/SIDA”.

El documento de esta Comisión cita que mujeres y hombres en todo el mundo continúan con diferentes responsabilidades, tanto en la vida pública como en la privada, donde lo más doméstico y cuidado a personas es asumido por las mujeres. De tal forma que esta desigualdad de responsabilidades compartidas es la principal causa de la limitación de oportunidades para las mujeres en las áreas como educación, de mercado de trabajo y de la vida pública.

Destaca la situación legal y política. Precisa que en años recientes, los organismos de las Naciones Unidas se han enfocado a la necesidad de asegurar más la igualdad en el compartir de las responsabilidades entre mujeres y hombres. Y en ese sentido han elevado su voz hablando de la necesidad de contar con acciones documentadas en conferencias y reuniones.

Retoman el Programa de Acción Internacional de la Conferencia de Desarrollo Poblacional de 1994, la Declaratoria de la Plataforma de Acción de Beijing de la Cuarta Conferencia mundial de las Mujeres en el 95, El Programa de Acción en el Mundo de Desarrollo Social del 95, El Acuerdo de las Conclusiones de la Comisión del Estado de las Mujeres.

Y adicionalmente la importancia de las Convenciones de las Naciones Unidas para proveer bases legales para la igualdad del compartir de responsabilidades, así como la Convención de la Eliminación de todas las Formas de Discriminación en contra de las Mujeres. Así como la Convención de los Derechos de la Niñez y de la Convención de la Organización Internacional del Trabajo No.156 referente a Responsabilidades de la Familia y Trabajadores.


Pero la inequidad persiste.

PANDEMIA DEL SIDA EROSIONA SOPORTE FAMILIAR

En el apartado “Inequidad en la vida laboral y el balance entre hombres y mujeres”, dice:

Ambos, mujeres y hombres asalariados y no salariados por sus trabajos. El trabajo no pagado incluye actividades en negocios familiares como granjas, trabajo domestico, o el cuidado de un familiar. Los miembros de la familia enfermos requieren del cuidado, y pueden ser un joven, adulto, discapacitado, o padecer una enfermedad prolongada como el HIV/SIDA.

En esto, la demanda de cuidado intensivo se ha intensificado e incrementado la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo, y los efectos de la pandemia del VIH/SIDA hacen estragos en la publicación y erosiona el sistema tradicional de soporte familiar.

Así tanto en los países desarrollados como subdesarrollados, las mujeres están sobre representadas en el pago de cuidado y del sector laboral doméstico.

El estudio del Luxemburgo Income muestra que en las sociedades de alto ingreso económico, las mujeres representan el 68 del 88 por ciento de pago de cuidado de trabajadores, y son el 32 del 54 por ciento del total de la fuerza laboral.

Como ejemplo cita a Brasil donde el 18.3 por ciento de las mujeres empleadas trabajadoras en el servicio doméstico era el representado en el 2006, comparado con solo el 0.4 por ciento de empleado hombres en esa rama. En tanto, que en el Sur África en el 2005, el 97 por ciento de los trabajadores domésticos eran mujeres.

En todas las regiones del mundo, argumenta el documento de la ONU de las Mujeres, la mayoría del trabajo de casa y de trabajo de cuidado es realizado por las mujeres, más su situación económica social y su estatus laboral.

Este fenómeno da como resultado que esta situación dual laboral, las mujeres, trabajan más horas que los hombres y tienen menos tiempo para dormir. Así como de una participación menor en la vida pública. Como sea, hoy, hombres están involucrándose más en el cuidado de parientes en las últimas décadas.

Un estudio realizado en Switzerland donde los padres comparten responsabilidades, dice que la familia completa se beneficia. La familia desarrolla mejores opiniones de las mujeres y de los roles del hombre. El estudio muestra, también, que los niños que crecen en las familias tradicionalistas lamentan, reprochan la ausencia diaria del padre.

EQUIVALE A LA MITAD DEL PIB DE CADA NACIÓN

El siguiente apartado es el relacionado con ‘El invisible y no reconocido trabajo’:

El trabajo no pagado de la mujer, que seguido incluye el de su contribución al negocio familiar, es por mucho tiempo invisible, incontable y no valorado. Las actividades que no se les pagan raramente son incluidas en los cálculos del Gross Domestic Product GDP por sus siglas en inglés o PIB en el caso de México). Y aun así, las estimaciones de ese trabajo no pagado, si se valora, puede ser el equivalente a la mitad del PIB de cada nación.

En Nueva Zelanda, por ejemplo, el trabajo no pagado en el 2001 fue valuado en 40 billones de dólares, para el cual la contribución de las mujeres se contó en 64 por ciento.

Investigadores aseguran que el trabajo que realizan las mujeres, doméstico y de cuidado, que no se les paga, está considerada como una contribución crucial a la economía y al desarrollo social de cada país, y es un subsidio escondido en la economía, ‘es un impuesto de reproducción’ sobre la mujer.

El documento continúa diciendo que la inigualdad de compartir responsabilidades es una barrera total a la participación de las mujeres en el mercado laboral. Como ejemplo cita a Latino America, donde mas de la mitad de las mujeres de entre 20 y 24 anos de edad, realizan actividades no pagadas en las casa, y es la razón que les impide buscar trabajo remunerado. Estas mujeres dependen de los ingresos de los hombres de la familia, que además limita su influencia en la toma de decisiones y lo peor aun las deja totalmente vulnerable ante la violencia.

Para suplir un salario, las mujeres acuden a trabajo informal o temporal o a medio tiempo, incluyendo el trabajo domestico. Las mujeres que trabajan en estos sectores, o en esos trabajo s de estatus social bajo, gozan menos de los derechos básicos acceso a seguridad social y pensión. En muchos países del mundo, trabajadores domésticos, (que son mujeres migrantes o de grupos minoritarios) trabajan bajo condiciones muy difíciles , no tienen contratos de trabajo ni beneficios sociales, y pueden ser objeto de discriminación y violencia.

El compartir responsabilidades de manera desigual, entre hombres y mujeres, también, restringe la participación de las mujeres en la vida pública, Como el 30 de noviembre del 2008, mujeres sostenían solo, el 18.4 por ciento de los lugares en los parlamentos nacionales en todo el mundo. La responsabilidad domestica de casa o laboral, seguido, va en detrimento de la participación de las mujeres en la vida política.

Y así se sigue el documento. Con abundancia en las causas de la desigualdad, el cuidado de VIH/SIDA, responsabilidades multi sectoriales, reconciliación del trabajo uy la familia, innovaciones, beneficios, paternidad responsable, género igualdad y trabajo de los hombres, y ejemplos de mejoría como el de Alemania. En torno al VIH/SIDA indica que el cuidado es para 33 millones de personas en el mundo. Aquí prevalece la cultura como barrera para que los hombres sean y compartan responsabilidad de cuidado.

Así, se celebra el Día Internacional de la Mujer. Con ese marco de referencia de desigualdad. Y hoy, 5 de marzo del 2009 en Nueva York, en las Naciones Unidas, al día se le titula ‘Mujeres y hombres unidos contra la violencia en contra de las mujeres y niñas’.

Se celebra con dos paneles de discusión ‘Flexibilidad en los centros de trabajo y productividad: Estrategias y modelos de negocios en la industria y organizaciones’. Y ‘Eliminación de la violencia en contra de las mujeres a través del arte y medios de comunicación’

Por Leticia Puente Beresford/corresponsal
Fuente: Cimac Noticias

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