“Contra la autonomía de los cuerpos”
Para Soledad Díaz, médica especializada en Derechos Sexuales y Reproductivos, estos derechos deben ser evaluados en los distintos contextos. Considera que uno de ellos es el conflicto permanente que hay en Chile entre la autonomía de los cuerpos (DSyR) y el control de los cuerpos (imposición del deber ser). De allí que recomienda que tanto los avances como los retrocesos sean mirados con este telón de fondo. “Las fuerzas que hablan de la imposición del deber ser tienen un enorme poder”, sostiene.
¿Cuáles son los pendientes de este gobierno?
-Las influencias de los sectores conservadores y la jerarquía de la Iglesia Católica siguen siendo muy importantes. Hasta el punto de que no se legisla sobre ciertas materias, se trata de ratificar el protocolo de la Cedaw y el cardenal (Francisco Errázuriz) va al Senado a decir que esto es horrible. Esas influencias siguen estando vigentes y el discurso político no ha sido capaz de quebrarlo.
¿Qué tan fuerte son estas fuerzas en Chile?
-En Chile estas fuerzas son extraordinariamente fuertes. En algún minuto el Parlamento decidió que aborto por razones médicas ‘No se va a discutir’. No es que se discuta y se rechace, es que ‘No se va a discutir’.
¿Cómo se rompe con esto?
-Creo que nos falta más acción desde la sociedad civil. La sociedad civil no ha sido lo suficientemente efectiva para influir en las políticas. Si piensas que el año pasado, a raíz del fallo contra la anticoncepción de emergencia hubo una tremenda movilización ciudadana porque estaban en riesgo casi otros métodos anticonceptivos y el programa en Chile. Esa movilización activó algunos mecanismos, incluso la reposición del proyecto de Ley marco sobre Derechos Sexuales y Reproductivos, que apoyaron algunos parlamentarios para reingresarlo a la Cámara de Diputados. Pero ahí quedó, no pasó nada más y no hubo más presión. Los políticos no han visto en esto un tema que sea realmente importante y que les cueste votos. Mientras no vean eso, los cambios no son fáciles.
Pensaba en el inicio de la entrevista, que es consecuencia de esta última pregunta. El hecho de que la sociedad no reaccione lo suficiente tiene que ver también con la falta de incentivo por parte de los gobiernos para expresarse libremente.
-Correcto. Es como un círculo vicioso, que se quiebra en espacios como éste y como otros. Pero sigue siendo un tema en el que estamos limitados y en el que las cosas no avanza con suficiente rapidez y que, en mi interpretación, tiene que ver con el balance dentro de los partidos de la concertación, donde hay sectores conservadores adheridos. Entonces, el quórum que se necesita para cambiar algunas de las leyes vigentes o para incentivar programas no está. Porque al final hay temor a perder a la extrema derecha de la Democracia Cristiana en términos de votos.
Cuando se habla de Género en Chile, ¿se habla y se actúa sólo en pos de los derechos de las mujeres y no de la diversidad sexual?
-Creo que sí. El pequeño paso que ha habido en la cultura ha sido incorporar el género y la perspectiva de las mujeres, pero estamos lejos de incorporar la perspectiva de la diversidad sexual en el accionar político, en el accionar programático. El tema se menciona como de soslayo. Obviamente este sector es el más victimizado por el sistema. Hay una violencia de género pero la violencia con los ‘trans’ es terrible. Ellos también tienen que hacer un esfuerzo por hacerse más visible porque representan a una minoría.
Por L. V. desde Chile
Fuente: Artemisa Noticias