Maquilapolis "La ciudad de fábricas"
Mujeres de todas partes de México migran hacia el norte, a la ciudad de Tijuana, para encontrar trabajo en las maquiladoras, o fábricas, de la frontera entre México y Estados Unidos. Vienen por la promesa de un ingreso estable y un futuro mejor. Con mucha frecuencia, lo que encuentran es un ambiente laboral tóxico y una vida de pobreza desesperante. Las maquiladoras reclutan mujeres para las líneas de ensamblaje porque creen que son una mano de obra barata y dócil, pero las mujeres que aparecen en el documental Maquilápolis están probando justamente lo contrario.
Vicky Funari:
"Maquilápolis cuenta la historia de los costos humanos de la globalización; especialmente, se centra en las trabajadoras fabriles de Tijuana. Tijuana alberga a cientos de maquiladoras, que son fábricas pertenecientes a multinacionales establecidas a lo largo de la frontera entre los Estados Unidos y México. Trabajamos con un grupo de obreras, les enseñamos a usar las cámaras y trabajamos juntos durante cinco años desarrollando historias sobre lo que atravesaban siendo trabajadoras fabriles. Enfrentan cosas como abusos a los derechos humanos, peligro por químicos tóxicos -tanto en la fábrica como en los alrededores de ella- y una completa falta de infraestructura en los vecindarios donde viven. Este grupo particular de mujeres que trabajó con nosotros estaba comprometido en tratar de mejorar su situación. Son lo que llaman "promotoras", o defensoras comunales. Esta película siguió las historias de lo que estaban haciendo para mejorar sus vidas.
Sergio de la Torre:
"La película une a cineastas, obreras y activistas de ambos lados de la frontera entre los Estados Unidos y México. Es en verdad más que simplemente un film; es un proyecto que implica trabajar con obreras fabriles directamente en el proceso de realización de una película. Desde el inicio mismo del film, trabajamos con 14 obreras fabriles y les enseñamos a usar las videocámaras."
Estas trabajadoras eran parte de una organización sin fines de lucro de Tijuana llamada Factor X, que es un grupo que reclutó obreras fabriles que tenían el potencial de convertirse en activistas. Factor X llevó 14 trabajadoras fabriles por año a su oficina, que tiene una cafetería, una guardería infantil y un salón de clases, además de brindar terapia para algunas de las trabajadoras. Cada fin de semana durante todo un año, la organización las entrenaba en temas como derechos humanos, derechos laborales y violencia doméstica.
Cuando Vicky y yo nos enteramos de Factor X y su proceso con las obreras, quisimos tomar e imitar lo que ellos estaban haciendo. Así que trabajamos con Factor X, usando algunos de sus recursos ya establecidos para desarrollar el film, que no solo incluía las historias, sino también la estructura de colaboración con las trabajadoras.
Funari:
"Las obreras tenían historias fascinantes y también eran mujeres que estaban en medio de un proceso de entrenamiento y en un punto de descubrimiento en sus vidas. Estaban empezando a aprender cuáles eran sus derechos y, de repente, se daban cuenta de que lo que estaban viviendo no estaba bien y que había una solución potencial a sus problemas. Estaban todas floreciendo como mujeres, como seres humanos y como activistas. Nos dimos cuenta de que trabajar con ellas sería una maravillosa manera de contar la historia de las maquiladoras."