Preguntas de mujeres, respuestas de Bruselas
Un puñado de eurodiputadas protagonizó hace varios días un acto de protesta. Vestidas de traje y corbata se plantaron a las puertas del Consejo de la Unión Europea, en Bruselas, donde reclamaron una mayor presencia de mujeres en los puestos de decisión en Europa.
En el corazón del viejo continente se habían pasado meses debatiendo sobre el futuro presidente de la UE sin tener en cuenta posibles candidatas femeninas y las diputadas optaron por la 'performance' para hacerse oír.
Ese día se encontraba en la capital belga un grupo de una treintena de cántabras para conocer de primera mano hacia dónde va Europa en materia de igualdad y de género. Y es que en todo hay niveles: aunque en la alta política se cuenta lo justo con las mujeres, sin sonrojo, la maquinaria de Bruselas trabaja -también sin descanso- para ir equiparando los derechos de ellas a los de ellos.
Se lo explicó en un encuentro en la Oficina de Cantabria de Bruselas (que dirige Inmaculada Valencia) la consejera de Igualdad de la Comisión, Delmira Paz Seara, (miembro de la representación permanente de España en la institución) quien les puso al día de cómo marchan inquietudes clásicas de aquellas que quieren ver avanzar posiciones al sexo femenino (esto es, a la mitad de la población) en todas las áreas.
Rezagados y avanzados
Seara les informó de que, actualmente, la Comisión tiene en cartera tres directivas: una referida al autoempleo, otra sobre maternidad (se quiere ampliar a 20 semanas la baja maternal) y una tercera sobre no discriminación, que no se centra exclusivamente en las mujeres. Europa se fija en otras 'no discriminaciones': las que se dan por razón de edad, orientación sexual, discapacidad y convicciones religiosas.
Mínimos a respetar
La consejera fue muy clara. España ha realizado en los últimos años un tan notable esfuerzo por garantizar con leyes los derechos femeninos que se ha puesto muy por delante de la mayoría de 'los 27', que siguen muy atrás en este ámbito. Como la meta europea es la armonización de derechos-en Europa se funciona por consensos y eso obliga a ir haciendo equilibrios entre unos países y otros-, ahora se aspira a que los rezagados suban escalones hasta alcanzar el nivel de los más avanzados.
Para ello se marcan unos mínimos que han de ser respetados por todos los miembros. Se sigue trabajando, por ejemplo, en que los partidos políticos del máximo posible de países se doten de 'listas cremallera', que van intercalando varones y mujeres, en las elecciones. Para algunos, las cuestiones de igualdad no son una prioridad. Se ve de forma nítida cuando se analiza la directiva sobre maternidad: la sola propuesta de que dos semanas del permiso maternal obligatorio se tenga que coger dos semanas antes del parto ya provoca conflictos. Unos lo ven claro y otros no.
Ahora pesa, además, el 'factor crisis'. La consejera advirtió que el momento económico lleva a poner el acento en remontar la precaria situación de crecimiento. Y las cuestiones sociales (como ésta) se resienten, aunque no se dejen de lado. A preguntas de la delegación cántabra, Seara mostró su preocupación por contar con datos armonizados entre naciones en lo que se refiere a violencia de género y en superar algunas situaciones de la mujer que chirrían, como la cotitularidad en las explotaciones agroganaderas o pesqueras.
Trabajar en red
El auditorio era especialmente sensible a estos planteamientos, toda vez que estaba formado por técnicos de la Administración regional (de Educación, de Igualdad), por sindicalistas, concejalas (y una alcaldesa), políticas, presidentas de asociaciones de mujeres de distinto signo (rurales, de viudas), trabajadoras sociales, alguna empresaria, una consultora, una experta en Protección Civil y periodistas.
Todas ellas ligadas a la Escuela de Políticas y Nuevos Liderazgos del Gobierno cántabro. Y todas llegadas a Bruselas de la mano de la Dirección General de la Mujer, que quiso que aquellas que están más implicadas con este proyecto desde el principio dieran un paso adelante en su formación, (en este caso europeísta) para prepararse para participar en la vida pública.
Ana Isabel Méndez, directora de la Mujer, ha señalado a menudo la importancia de que las mujeres «trabajen en red» por sus intereses y su departamento promueve varias iniciativas en este sentido. Con este viaje, se aspira a haberlas hecho conscientes de que los problemas de las mujeres «trascienden más allá de nuestras fronteras».
Tecnologías y servicios
En el seno de la Comisión, en otra sesión de trabajo, el grupo tuvo oportunidad de conocer las proyecciones de futuro, sobre todo en lo que tiene que ver con la educación. Las cántabras fueron rápidamente conscientes de que si no se aplica la mirada de género a los sistemas educativos europeos puede abrirse una nueva brecha entre hombres y mujeres. La UE, por ejemplo, prevé que se generen millones de empleos en los próximos 10 años en dos áreas concretas, las nuevas tecnologías y los servicios sociales. Y si todo sigue como hasta ahora ¿quién dice que ellas no tendrán muchas papeletas para ocupar los puestos peor remunerados (los del cuidado, los servicios sociales) mientras ellos copan los correspondientes al desarrollo tecnológico?.
Un bombón belga
Si algo se evidenció es que la 'igualdad' es tan delicada como un bombón belga: si no se está muy encima, se corre el riesgo de que los avances se derritan al sol. Así lo presentía hace unas fechas el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, que no tenía claro que se pudiera mantener el número de comisarias (ocho de un equipo de 27 ministros) por las propuestas de los países. Barroso llegó a afirmar que no quería dirigir un organismo que pareciera «un gobierno saudí». Pero hace días se aprobó que habrá nueve comisarias, de las que tres ocuparán vicepresidencias. Cuenta AZUL de iBanesto, alta remuneración con total disponibilidad.
Por Violeta Santiago
Fuente: El Diario Montañes