enero 12, 2010

La voz del muro vuelve a hacerse oír

Rosa Gomez Aquino es Lic. en Comunicación, semióloga y docente. En el libro 'La voz del muro' (Editorial Del Nuevo Extremo) presenta una serie de graffitis y murales callejeros que pintan la ciudad de Buenos Aires y que muchas veces no vemos. Aquí adelantamos su prólogo.

La pintura comenzó en los muros y luego se trasladó a otro tipo de soportes. Con el graffiti, el mural callejero y las pintadas, el arte recupera su espacio primal y regresa a sus principios. Pero lo hace desde un lugar distinto, atravesado por prácticas, saberes y dispositivos que no se encontraban en sus orígenes. Los colores, las expresiones y las formas reconquistaron la sorpresa y la mirada desprevenida del hombre. La voz del muro vuelve a hacerse oír.





Arte urbano

Intervenciones gráficas sobre paredes, ventanas, persianas, puertas y portones. A veces en una única capa, otras, en múltiples superpuestas a modo de palimpsesto. Descascaradas por el paso del tiempo y la lluvia, o terminadas ayer nomás y brillando en un esplendor que se sabe fugaz.

Salidas evidentemente de manos infantiles o fruto de artistas adultos con técnicas por demás depuradas. Con una temática clara o absolutamente inclasificables.
Toda ciudad tiene sus artistas callejeros. Y también quienes fotografían sus trabajos. Los murales y pintadas que recogí en este libro pertenecen todos a la Ciudad de Buenos Aires.

Son sólo algunas de las muchas muestras de arte urbano y callejero que se encuentran delimitadas por la Avda. General Paz y el Riachuelo. Las fotografías fueron sacadas con una Nikon Coolpix 4600 entre el 1 de mayo y el 28 de diciembre de 2008.

La perspectiva es a veces de frente, otras oblicua, y en ocasiones, hasta con algún objeto que se interpone, porque intenté reproducir una percepción y una mirada sesgada, ajena al grado cero y similar a la del transeúnte, mirada que se obtiene a veces trabajosamente, luego de sortear múltiples obstáculos.

En esa perspectiva procuré captar lo que hace a la esencia de esa urbanidad: el equipo de aire acondicionado irrumpiendo en el medio del dibujo; la ilustración estratégicamente ubicada entre dos ventanas; el manojo de césped que se abre paso y se cuela en el diseño, o las grietas de las paredes que se adivinan debajo del dibujo, o bien, que éste aprovecha.

Algo similar sucede con el orden del volumen. No hay al respecto una organización por tema, estilo o barrio: la(s) secuencia(s) pretende reproducir un ordenamiento tan saludablemente caótico como el que lo asalta a quien deambula por esta ciudad.

Aquí están, entonces, desde esa perspectiva y con ese saludable desorden, algunas de las muchas voces de los muros de Buenos Aires.



Por Rosa Gomez Aquino
Fuente: Artemisa Noticias

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