Niñez cada vez más expuesta a migración y trata
Esther es una niña guatemalteca de cuatro años de dad que durante varios días viajó a través de México con la finalidad de llegar a Estados Unidos para reencontrarse con sus padres, quienes pagaron a una “coyote” para que la acompañara.
Antes de partir, la “coyote” le dio instrucciones para responder a los interrogatorios de la migra mexicana: tendría que guardar silencio, mientras que su acompañante fingiría ser su madre. También tendría que “hablar como mexicana” y aprender el himno nacional de México.
Sin embargo, en un retén de Coahuila a Esther le preguntaron que si traía “pisto” y ella respondió que sí, evidenciando no ser mexicana, pues en algunas partes de Centro América “pisto” significa dinero. Fue entonces cuando las detuvieron y Esther fue repatriada a Guatemala.
Esto es solo un pequeño esbozo del contenido de la publicación “Migración sueños y esperanzas del sur”, divulgado por la organización chiapaneca Melel Xojobal, que muestra la migración en la frontera sur, principalmente de niña y niños que viajan de Centroamérica a México para alcanzar el sueño americano.
En su intervención, Luis González Placencia, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, señaló que México, siempre reclama el trato que se le da a nuestros migrantes, pero pocas veces pone el ojo en el trato que damos a los que vienen del sur, con prácticas “reprochables”, pues en nuestro país hay actitudes de “rechazo y discriminación” hacia los migrantes, por parte de las autoridades federales.
“El fenómeno migratorio tiene que apelar a la sensibilidad y a la necesidad de aceptar al otro, así como aceptar que la crisis económica puede aumentar la migración”, puntualizó el Ombudsman capitalino.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Migración (INM), México es tránsito y destino de migración, cada año alrededor de 40 mil menores de edad que migran a Estados Unidos son repatriados a México, y de estos, 18 mil viajan solos. Durante 2007, 5 mil 700 centroamericanos fueron repatriados de México a lugares de origen.
Asimismo, durante los tres primeros trimestres de 2008, habían recibido oficio de salida de nuestro país 1,125 niñas y niños, 22 por ciento eran niñas y 82 por ciento viajaban no acompañados. De ellos, eran menores de 12 años: 100 guatemaltecos, 36 hondureños, 17 salvadoreños, 1 nicaragüense y 1 ecuatoriano.
De enero a septiembre de 2009, según el INM se repatrió 20 mil doscientos niñas y niños mexicanos, de estos 13 mil iban solos, 10 por ciento tenían menos de 12 años.
Al respecto Nashieli Ramírez, fundadora de Ririki, Intervención Social, refirió que las rutas de migración coinciden con las rutas de trata, en donde la niñez, también se ve expuesta al abuso y a la explotación laboral.
Por su parte, Luis Aguilar, fotógrafo de la publicación “Migración sueños y esperanzas de sur” señaló que cada migrante tiene un rostro, una familia, una historia, pero en medio de la indeferencia el éxodo los convierte en un migrante más, en un ser humano sin rostro, de ahí la importancia de la publicación.
Antes de partir, la “coyote” le dio instrucciones para responder a los interrogatorios de la migra mexicana: tendría que guardar silencio, mientras que su acompañante fingiría ser su madre. También tendría que “hablar como mexicana” y aprender el himno nacional de México.
Sin embargo, en un retén de Coahuila a Esther le preguntaron que si traía “pisto” y ella respondió que sí, evidenciando no ser mexicana, pues en algunas partes de Centro América “pisto” significa dinero. Fue entonces cuando las detuvieron y Esther fue repatriada a Guatemala.
Esto es solo un pequeño esbozo del contenido de la publicación “Migración sueños y esperanzas del sur”, divulgado por la organización chiapaneca Melel Xojobal, que muestra la migración en la frontera sur, principalmente de niña y niños que viajan de Centroamérica a México para alcanzar el sueño americano.
En su intervención, Luis González Placencia, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, señaló que México, siempre reclama el trato que se le da a nuestros migrantes, pero pocas veces pone el ojo en el trato que damos a los que vienen del sur, con prácticas “reprochables”, pues en nuestro país hay actitudes de “rechazo y discriminación” hacia los migrantes, por parte de las autoridades federales.
“El fenómeno migratorio tiene que apelar a la sensibilidad y a la necesidad de aceptar al otro, así como aceptar que la crisis económica puede aumentar la migración”, puntualizó el Ombudsman capitalino.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Migración (INM), México es tránsito y destino de migración, cada año alrededor de 40 mil menores de edad que migran a Estados Unidos son repatriados a México, y de estos, 18 mil viajan solos. Durante 2007, 5 mil 700 centroamericanos fueron repatriados de México a lugares de origen.
Asimismo, durante los tres primeros trimestres de 2008, habían recibido oficio de salida de nuestro país 1,125 niñas y niños, 22 por ciento eran niñas y 82 por ciento viajaban no acompañados. De ellos, eran menores de 12 años: 100 guatemaltecos, 36 hondureños, 17 salvadoreños, 1 nicaragüense y 1 ecuatoriano.
De enero a septiembre de 2009, según el INM se repatrió 20 mil doscientos niñas y niños mexicanos, de estos 13 mil iban solos, 10 por ciento tenían menos de 12 años.
Al respecto Nashieli Ramírez, fundadora de Ririki, Intervención Social, refirió que las rutas de migración coinciden con las rutas de trata, en donde la niñez, también se ve expuesta al abuso y a la explotación laboral.
Por su parte, Luis Aguilar, fotógrafo de la publicación “Migración sueños y esperanzas de sur” señaló que cada migrante tiene un rostro, una familia, una historia, pero en medio de la indeferencia el éxodo los convierte en un migrante más, en un ser humano sin rostro, de ahí la importancia de la publicación.
Por Narce Santibáñez Alejandre
Fuente: Cimac