abril 08, 2010

VICTORIA ALDUNATE MORALES: SOBRE MI PRISIÓN POLÍTICA

Sí he sido presa política…

Quién sabe qué miserias tejerán en su interior las que piensan que haber estado presa es una condecoración…Esta es una nota para mis amigas, compañeras, compañeros y amigos. Haber estado presa no asegura nada, no hace de la gente mejores personas. Haber estado presa no es una condecoración. No es una cosa de “héroes” –lenguaje patriarcal-.
Pero hay quienes creen que sí, quienes piensan que haber estado presa es un algo “heroico”…

¿Quién sabe qué desidias, qué frustraciones, supuran en su interior?... Yo no sé. Hay quienes parece que –miserablemente- “envidiaran” –patético envidiar cosas tan dolorosas- cuestiones que otras no olvidamos ni perdonamos…
Fue algo que me sucedió como a tantas y tantos niños, niñas, jóvenes. No sólo los adultos fueron válidos en los años que prosiguieron al 73 -$hile de Pinochet- no sólo los adultos resistieron.

Más bien recuerdo habernos visto el 79 entre jóvenes y adolescentes, solos, comenzando una protesta en la esquina de una calle cerca del cementerio general, o en una placita cercana a Mapocho –territorio de las y los empobrecidos que siempre han sido mis territorios-… No recuerdo haber visto rostros adultos…

Creo que mis tíos y otros señores adultos, estaban planificando una revolución que negociaron más tarde con los propios golpistas. Ellos, los mandos altos de la oposición no podían caer en la pelea callejera, nosotros y nosotras en cambio, éramos sólo adolescentes…

Me escondí menos que otras, lo confieso. Fui algo más fácil de atrapar que otros. No es una hazaña, es algo que no hubiera elegido jamás… (Quién sabe qué miserias tejerán en su interior las que piensan que haber estado presa es una condecoración)…

Igualmente, la misoginia, la lesbofobia, el racismo, el machismo me han enrabiado. No me dejo, nunca me dejo. Soy sobreviviente. No acepto las ofensas a mi compañera Julieta y a mí, y por ello hago mis descargos. Nunca he aceptado la impunidad de quienes se esconden tras el escasamente creativo anonimato. Yo siempre he firmado mis opiniones, populares, impopulares, tontas, ingenuas, subjetivas, urgentes o atolondradas y ansiosas…

Sólo un mentiroso, una falaz, se esconde tras una firma anónima para ofender y desprestigiar amores y alegrías que jamás podrá alcanzar… (Y no pudo ni podrá porque está demasiado concentrada en desbaratar la vida de otras).

Fui presa política en mayo de 1979, no lo olvidaré. Tengo los comprobantes de la Vicaría de la Solidaridad de esa época en Chile, aquellos que le entregaron a mi madre y a mi padre cuando me fueron a buscar porque yo era menor de edad y cuando carabineros de $hile decretó mi detención domiciliaria –yo tenía 17-.

Esos documentos, son las imágenes que inician este relato.Va también al final de este relato, el enlaces del informe de la Tortura y la Prisión política en Chile, dentro de cuyo listado está mi nombre y mi número de cédula de identidad. No tengo nada que ocultar, a no ser las resistencias a los gobiernos dictatoriales que he enfrentado, y que aprendí desde que nací en una casa comunista (de esas comunistas de antes –algo dogmáticas, pero jamás vendidas a la reacción disfrazada de izquierdas-).

Saludos feministas autónomos
victoria aldunate morales

Por Victoria Aldunate Morales

La Ciudad de las Diosas

Sí a la Diversidad Familiar!
The Blood of Fish, Published in