junio 23, 2010

El Posnatal que no era tal

El Cartel Feminista


La propuesta que discute la Comisión Mujer, Trabajo y Maternidad convocada por el actual gobierno viene acompañada de cantos de sirenas: "Desligar el costo de la maternidad de la contratación de mujeres, a fin de incrementar fuertemente su integración al mundo del trabajo remunerado formal, especialmente de la mujeres más vulnerables"; "garantizar el mejor cuidado de nuestros hijos" y "aumentar la corresponsabilidad de padre y madre en el cuidado de los hijos y facilitar una mayor conciliación entre familia y trabajo para los hombres y mujeres en nuestro país".

Pareciera que el Ejecutivo se compromete con la necesaria mayor autonomía económica de las mujeres, y con su demanda en cuanto a que el trabajo de cuidado y la crianza sean responsabilidad social y no su destino y responsabilidad exclusiva.


Sin embargo, una mirada más acuciosa de las políticas que por otra parte propone el gobierno muestra una realidad opuesta: reforzamiento del rol tradicional de las mujeres, mayor dependencia económica y desigualdad en el mercado laboral. Ejemplo de este doble discurso lo encontramos tanto en su posicionamiento sobre la extensión del post natal como en el fomento al teletrabajo de las mujeres.


Desde fines de los años noventa se han elaborado diversos proyectos de ley (muchos de ellos archivados) dirigidos a reformar la normativa del Código del Trabajo en materia de derechos de maternidad, particularmente en lo concerniente a la extensión de post natal a seis meses. Las motivaciones han sido gatilladas por el así llamado abuso de las licencias por enfermedad de hijo/a menor de un año, y no por la búsqueda de la igualdad entre mujeres y hombres en materia de derechos laborales y en las responsabilidades de la crianza. Se parte del supuesto que la prolongación a seis meses de licencia "a la mujer" permitirá eliminar "el abuso". El contenido de las presentaciones y del debate en la Comisión Mujer, Trabajo y Maternidad, hasta la fecha, se ha mantenido dentro de las mismas propuestas formuladas con anterioridad.


Lo que fundamentalmente se plantea es traspasar parte de la licencia prenatal al postnatal, y la extensión del postnatal hasta seis meses si la madre lo estima conveniente. Pero esta prolongación no considera el aumento del subsidio para financiar los seis meses por licencia de maternidad; el mismo monto que el Estado actualmente otorga para los 84 días de postnatal deberá cubrir los seis meses. En otras palabras, las mujeres podrán extender el post natal pero ello supone disminuir su ingreso mensual. Entonces que quede claro: la modificación del postnatal se hace a costa de las mujeres trabajadoras, de su calidad de vida y la de sus familias, y del incremento de la desigualdad en el trabajo y en el hogar.


¿Por qué las mujeres trabajadoras aceptarían estas condiciones tan adversas? Se argumenta que es para asegurar el apego y el mejor cuidado del recién nacido. Como si el apego y el cuidado de éste fueran necesidades a resolver sólo por las madres, cuando a nivel mundial los estudios sostienen que ello no es así y que se debe asegurar también el apego de los padres. ¿Qué mejor oportunidad que ésta para ponernos al día con las tendencias actuales en materia de desarrollo humano y de derechos de las mujeres y de las niñas y niños que nacen?


El principio básico de cualquier política referida a maternidad debe ser el de la función social del cuidado de los hijos e hijas, que plantean múltiples documentos internacionales, según la cual la reproducción humana y las obligaciones de la crianza y educación de los/las hijos/as son responsabilidad de las y los progenitores (madres y padres), de la sociedad y del Estado, porque de ello depende la reproducción y el bienestar de la especie humana.


Desde este punto de vista, la madre y el padre deben asumir en corresponsabilidad las obligaciones y tareas que demanda el cuidado de los hijos/as, lo que implica licencia postnatal compartida e intransferible y hacer efectiva la licencia indistinta para una u otro en caso de enfermedad grave del/la menor, derecho reconocido en la legislación chilena del cual hasta ahora los hombres no han hecho uso.


La responsabilidad social y estatal significa que particularmente Estado y empleadores tienen un rol en su ámbito de acción. No es posible concebir que las licencias por pre y post natal sean un subsidio social, sino que deben entenderse como un componente de la seguridad social, en la cual deben concurrir el Estado, trabajadores/as y empleadores. Para lo cual se deberá constituir un fondo solidario que financie el salario por maternidad-paternidad durante todo el periodo de licencia de prenatal, postnatal y por enfermedad grave de los hijos e hijas menores de un año, de los padres y madres que ejerzan estos derechos.


Sólo así se avanzará en una institucionalidad que desligue el costo del cuidado de los hijos e hijas de la contratación de mujeres, y en la corresponsabilidad de hombres, mujeres, Estado y sociedad en el cuidado y la crianza.


El gobierno, a través de las declaraciones de la Ministra del Sernam, precisa hoy su verdadero discurso: "la propuesta inicial (sobre el posnatal) más que alargarlo a los seis meses era adaptarlo y flexibilizarlo mejor: pasar parte del prenatal al posnatal y además volver antes del prenatal actual, pero a media jornada... Que uno pudiera lograr una lactancia de seis meses" (La Segunda, 6 de junio). Estaría en peligro de extinción la propuesta de la corresponsabilidad, y las mujeres seguirían cargando solas el costo de la maternidad con todas sus consecuencias negativas en cuanto a salarios, ascensos y oportunidades e historia previsional. Las razones del mercado y del conservadurismo de derecha priman nuevamente sobre los derechos y los proyectos de vida de las mujeres, así como sobre los derechos de niñas y niños a desarrollar apego con padres y madres.


Fuente: Diario Uno

Sí a la Diversidad Familiar!
The Blood of Fish, Published in