Fotos hogareñas de igualdad
Cien trabajadoras domésticas y empleadoras de Argentina, Chile y Colombia abandonaron sus roles cotidianos y se dejaron fotografiar por dos artistas que pretendían desdibujar, a través de la imagen, la relación jerárquica que las une.
La exposición "Lugar Común", de la fotógrafa franco-estadounidense Justine Graham y de la artista visual colombiana Ruby Rumié, fue inaugurada el 15 de este mes en el Museo de Artes Visuales (Mavi) de Santiago.
"A las dos nos interesaba el tema del empleo doméstico en el contexto latinoamericano y con el tiempo creamos esta plataforma para mostrar los puntos en común de estas mujeres que comparten el entorno doméstico bajo una relación laboral jerárquica", explicó a IPS Graham, quien, al igual que Rumié, vive desde hace años en Chile.
Las artistas retrataron de diversas formas --sentadas, paradas, de frente, de espalda y mirándose-- a cada una de las parejas convocadas a través de familiares, amigos y conocidos en Santiago, Buenos Aires, Bogotá y la caribeña ciudad colombiana de Cartagena de Indias.
Empleadoras y empleadas se vistieron con la misma camiseta blanca y las empleadoras se despojaron de joyas y adornos. Así, captándolas bajo iguales condiciones técnicas, las autoras dejaron a los espectadores la tarea de descubrir, según sus propios códigos culturales, quién era quien.
En total, 100 argentinas, chilenas y colombianas, de entre 19 y 95 años, posaron para Graham y Rumié y contestaron un cuestionario de 15 preguntas, entre ellas, la cantidad de hijos que tenían, sus deseos y temores y la edad en que tuvieron su primera menstruación y perdieron la virginidad.
La obra en exhibición en el Mavi hasta el 8 de agosto consta de dos muros con fotografías de las parejas retratadas de frente y de espalda, y de tres vídeos que dan cuenta de todo el proyecto realizado entre 2008 y 2009.
En uno de esos videos se ve a las mujeres posando en las sesiones y en otro a algunas participantes invitadas a un almuerzo atendido por estudiantes universitarias.
El tercero presenta lúdicas gráficas que agrupan a las mujeres según los aspectos que comparten: desde ser madres de dos hijos hasta temer a la soledad y a la pérdida de un ser querido.
"Cada pareja (de empleadoras y empleadas) tenía una relación distinta, algunas mucho más cercanas, de hasta 30 años o más, y otras de tres o cuatro meses", comentó Graham. Pero para todas fue complejo ser fotografiadas mirándose a los ojos, apuntó.
Para Rumié, "de alguna manera todos los latinoamericanos que vivimos la experiencia (de ser cuidados o atendidos por una trabajadora doméstica) sentimos una deuda con estas mujeres que han entregado parte de sus vidas al quehacer íntimo de otra familia, muchas veces incluso anulando sus propias vidas".
En Chile, la realidad de las empleadas domésticas que laboran "puertas adentro" fue magistralmente retratada en la película "La Nana" (2009), dirigida por el joven cineasta Sebastián Silva y protagonizada por la actriz Catalina Saavedra. El filme cosechó diversos premios en certámenes de Estados Unidos.
En América Latina, el empleo doméstico remunerado es realizado fundamentalmente por mujeres. Las "nanas", como son llamadas en Chile, suman casi 14 millones en la región y representan 14 por ciento del total de trabajadoras.
Aunque en los últimos años diversos países de la región, como Chile, Guatemala, Paraguay y Uruguay, han establecido mejoras en sus condiciones laborales con leyes de amparo, en general esta ocupación sigue siendo de las más rezagadas. Junto con servicios cada vez más profesionales conviven formas de semiesclavitud y trabajo infantil, han alertado expertos.
Durante el proyecto, Rumié pudo comprobar que en los últimos años "afortunadamente ha habido un cambio" en la relación laboral al interior del hogar, de mayor "respeto" y "menor sumisión" de parte de las empleadas.
Pero más que destacar la precariedad o desprotección laboral que sufren estas mujeres, lo que les interesaba a las autoras era evidenciar la tendencia de la población a "estratificar a una persona" basándose sólo en su apariencia, explicó la artista visual.
"Somos completamente manejados por nuestros prejuicios", planteó Rumié. En el caso del servicio doméstico, muchos de éstos son "heredados desde la época de la Colonia", enfatizó.
A su juicio, "este proyecto no sólo es una apuesta escena visual sino que una iniciativa que brindó experiencia simbólica a las mujeres".
"El hecho de sentarlas mirando a la cámara en la misma posición fue un ejercicio para dignificar a estas dos mujeres, para que miraran con el mismo orgullo, con la misma desenvoltura", agregó.
En noviembre, algunas de estas fotografías fueron publicadas en la revista Paula, del diario La Tercera, y se espera que en julio del próximo año la muestra se traslade a Washington.
Para profundizar la reflexión sobre este tema, el Mavi realiza este jueves un coloquio titulado "Empleada-Empleadora", con la participación de ambas artistas, de la ex ministra del gubernamental Servicio Nacional de la Mujer de Chile, Carmen Andrade, de la psiquiatra, Luz María Gómez, y de la historiadora, Alejandra Araya.
La exposición "Lugar Común", de la fotógrafa franco-estadounidense Justine Graham y de la artista visual colombiana Ruby Rumié, fue inaugurada el 15 de este mes en el Museo de Artes Visuales (Mavi) de Santiago.
"A las dos nos interesaba el tema del empleo doméstico en el contexto latinoamericano y con el tiempo creamos esta plataforma para mostrar los puntos en común de estas mujeres que comparten el entorno doméstico bajo una relación laboral jerárquica", explicó a IPS Graham, quien, al igual que Rumié, vive desde hace años en Chile.
Las artistas retrataron de diversas formas --sentadas, paradas, de frente, de espalda y mirándose-- a cada una de las parejas convocadas a través de familiares, amigos y conocidos en Santiago, Buenos Aires, Bogotá y la caribeña ciudad colombiana de Cartagena de Indias.
Empleadoras y empleadas se vistieron con la misma camiseta blanca y las empleadoras se despojaron de joyas y adornos. Así, captándolas bajo iguales condiciones técnicas, las autoras dejaron a los espectadores la tarea de descubrir, según sus propios códigos culturales, quién era quien.
En total, 100 argentinas, chilenas y colombianas, de entre 19 y 95 años, posaron para Graham y Rumié y contestaron un cuestionario de 15 preguntas, entre ellas, la cantidad de hijos que tenían, sus deseos y temores y la edad en que tuvieron su primera menstruación y perdieron la virginidad.
La obra en exhibición en el Mavi hasta el 8 de agosto consta de dos muros con fotografías de las parejas retratadas de frente y de espalda, y de tres vídeos que dan cuenta de todo el proyecto realizado entre 2008 y 2009.
En uno de esos videos se ve a las mujeres posando en las sesiones y en otro a algunas participantes invitadas a un almuerzo atendido por estudiantes universitarias.
El tercero presenta lúdicas gráficas que agrupan a las mujeres según los aspectos que comparten: desde ser madres de dos hijos hasta temer a la soledad y a la pérdida de un ser querido.
"Cada pareja (de empleadoras y empleadas) tenía una relación distinta, algunas mucho más cercanas, de hasta 30 años o más, y otras de tres o cuatro meses", comentó Graham. Pero para todas fue complejo ser fotografiadas mirándose a los ojos, apuntó.
Para Rumié, "de alguna manera todos los latinoamericanos que vivimos la experiencia (de ser cuidados o atendidos por una trabajadora doméstica) sentimos una deuda con estas mujeres que han entregado parte de sus vidas al quehacer íntimo de otra familia, muchas veces incluso anulando sus propias vidas".
En Chile, la realidad de las empleadas domésticas que laboran "puertas adentro" fue magistralmente retratada en la película "La Nana" (2009), dirigida por el joven cineasta Sebastián Silva y protagonizada por la actriz Catalina Saavedra. El filme cosechó diversos premios en certámenes de Estados Unidos.
En América Latina, el empleo doméstico remunerado es realizado fundamentalmente por mujeres. Las "nanas", como son llamadas en Chile, suman casi 14 millones en la región y representan 14 por ciento del total de trabajadoras.
Aunque en los últimos años diversos países de la región, como Chile, Guatemala, Paraguay y Uruguay, han establecido mejoras en sus condiciones laborales con leyes de amparo, en general esta ocupación sigue siendo de las más rezagadas. Junto con servicios cada vez más profesionales conviven formas de semiesclavitud y trabajo infantil, han alertado expertos.
Durante el proyecto, Rumié pudo comprobar que en los últimos años "afortunadamente ha habido un cambio" en la relación laboral al interior del hogar, de mayor "respeto" y "menor sumisión" de parte de las empleadas.
Pero más que destacar la precariedad o desprotección laboral que sufren estas mujeres, lo que les interesaba a las autoras era evidenciar la tendencia de la población a "estratificar a una persona" basándose sólo en su apariencia, explicó la artista visual.
"Somos completamente manejados por nuestros prejuicios", planteó Rumié. En el caso del servicio doméstico, muchos de éstos son "heredados desde la época de la Colonia", enfatizó.
A su juicio, "este proyecto no sólo es una apuesta escena visual sino que una iniciativa que brindó experiencia simbólica a las mujeres".
"El hecho de sentarlas mirando a la cámara en la misma posición fue un ejercicio para dignificar a estas dos mujeres, para que miraran con el mismo orgullo, con la misma desenvoltura", agregó.
En noviembre, algunas de estas fotografías fueron publicadas en la revista Paula, del diario La Tercera, y se espera que en julio del próximo año la muestra se traslade a Washington.
Para profundizar la reflexión sobre este tema, el Mavi realiza este jueves un coloquio titulado "Empleada-Empleadora", con la participación de ambas artistas, de la ex ministra del gubernamental Servicio Nacional de la Mujer de Chile, Carmen Andrade, de la psiquiatra, Luz María Gómez, y de la historiadora, Alejandra Araya.
Por Daniela Estrada